Nadia fue asesinada el 8 de marzo cuando iba rumbo a su casa en Salamanca. No puedo imaginar la intensidad del dolor de su padre, de su madre, de su hermana y de su prometido, cuando supieron esta terrible noticia.
Tenía 23 años y estudiaba en la Universidad Iberoamericana León; el asesinato suscitó una inmediata conmoción en la comunidad educativa. El martes 10 una mixtura de dolor, coraje, horror y rebeldía invadió los alreredores del cuadro rojo de la Ibero; este cuadro es una sencilla estructura metálica que se ha convertido en un elemento simbólico muy conocido y es referente universitario para reunirse. Y sí, esta vez sí se tiñó de roja sangre, pero también de papeles multicolores con frases de las y los estudiantes, muy sentidas e intelectualmente bien formuladas:
Vivas libres y locas
Somos muchas y nos tenemos unas a otras
Marchamos por ti, Nadia
Nadia, ni una menos
Sigamos soñando
Somos mujeres de aulas, no de jaulas
Juntas libres y sin miedo
Dejen que sigamos soñando
Al sonoro rugir del amor
Nadia no volvió del paro
Calladita no me veo
No estamos todas
Tu voz todavía resuena
No es fallecimiento, es asesinato
Ni una estudiante menos
¿Dónde está Zamarripa?
Soy mujer
Te prefiero viva
Yo quiero vivir, no sobrevivir
Justicia para Nadia
Yo sí te creo
No era paz, era silencio
Born to be wild, no murderer
Si yo soy la siguiente, quiero ser la última
Hermana, esta es tu manada
Ni una más ni una menos, nos falta Nadia
La que quiera quemar, que queme
Somos es grito de las que ya no están
El silencio no es nuestro idioma
Vivas y libres
No volvimos todas, a diario siguen faltando diez
Ella como tú tenía sueños y metas
Perdón, porque tuvieron que faltar todas para darnos cuenta
Nadia, descansa guerrera
El día 8 que las mujeres gritan, hay más violencia
No morimos. Nos matan
De camino a casa quiero ser libre, no valiente
La culpa no era mía, ni como estaba ni como vestía
Ni Nadia, ni Nadie
Tu lucha es mi lucha
Búscame en las estrellas
Mi vida tiene valor, mi cuerpo no tiene precio
Pared limpia, pueblo mudo
Si un día no regreso, abracen a mi mamá
Cada letra, cada frase, cada elemento sentipensante contendido en estas palabras del estudiantado demanda una comprensión profunda de la tarea social y educativa que nos queda pendiente. Después de pertenecer a esta comunidad educativa durante 39 años, me queda resonando el tan vigente reto contenido en el Ideario del Sistema Universitario Jesuita: queremos promover “un pensamiento alternativo al hoy dominante, que se oponga a las corrientes e ideologías que deshumanizan, marginan en la pobreza a las mayorías, son contrarias a los derechos humanos, discriminan a la mujer, acrecientan las desigualdades, fomentan el secularismo radical y alienan mediante las lógicas del mercado y del consumismo”. De ese tamaño es la invitación y el asesinato de Nadia es un motivo muy poderoso para no perdernos en el camino.