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¿Un Acuerdo Bilateral en secreto?

Da la impresión que para el gobierno de Peña Nieto, los mexicanos no podemos ni debemos saber en qué consisten los famosos Acuerdos al TLCAN. | Joel Hernández Santiago

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Escrito en OPINIÓN el

Todo, desde que hace un año, cuando comenzó la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, ha permanecido en secreto: nadie sabe, nadie supo ¿nadie sabrá? Y ese nadie se refiere a los mexicanos que estamos como los chinitos: ‘nomás mirando’ porque da la impresión que para el gobierno de Enrique Peña Nieto, los mexicanos no podemos ni debemos saber en qué consisten los famosos Acuerdos al TLCAN y qué tanto nos comprometen a partir de que estos sean aprobados en los Congresos de cada país.

Si de por sí el tema incomoda porque los mexicanos vamos a ciegas hacia compromisos que nos obligan como país y como gente de trabajo y con requerimientos para la vida, asimismo genera suspicacias que un defensor a ultranza de sus votantes, como es el presidente de Estados Unidos de América, Donald J. Trump, que se ha pasado la vida maldiciendo a México, lo mexicano y lo que de ello derive, de pronto diga que “somos buenos chicos” –en lo que se refiere a las concesiones que otorgó el gobierno mexicano para llegar al punto de “Acuerdos aceptados por las partes”…

Y además dice que los Acuerdos a los que se llegó este lunes 27 de agosto, son “justos”. ¿Justos para quién? ¿De veras Trump estaría tan contento como para haber accedido a exigencias mexicanas, al tiempo que omite beneficios para sus votantes?

¿No era suficiente tener que asumir los aranceles que impuso al hierro y aluminio mexicanos hace unos meses como para darnos cuenta de que Trump va con todo para derribar propuestas de sus socios, en este caso México? ¿Y qué pasó con los aranceles especiales que impuso México a productos estadounidenses, en reciprocidad? ¿Están operando? –Silencio al respecto–.

Trump está contento con los Acuerdos

¿Debemos estar contentos los mexicanos? ¿En qué parte de nuestras ganancias estamos? A lo más que se llega es a decirnos desde la Presidencia de la República que “los entendimientos logrados promoverán el empleo, la competitividad y el comercio en la región”. ¿Si? ¿Cómo? ¿A quién beneficiará la competitividad y el comercio?

Apenas se conocieron los Acuerdos, el presidente de Estados Unidos salió a declarar que ya está lista “la creación del Tratado Comercial Estados Unidos-México”. Esto es. Había sido su necedad hacer tratados distintos entre su país y Canadá y aparte con México. Parece haberse salido con la suya, a pesar de que los representantes mexicanos dijeron, quizá de dientes para afuera, que no se negociaría ningún acuerdo bilateral, que Canadá sería parte irrenunciable en esto…

Pues no. De pronto Canadá se desprendió de las negociaciones entre México y EUA, a modo de mutis político-económico. Se dijo que había ‘una detente’ en tanto se arreglaran las diferencias particulares entre sus dos socios del sur. Hoy resulta que Trump anuncia un “acuerdo bilateral que deshará del Tratado de Libre Comercio de América del Norte”. (La Silla Rota, 27-VIII-18)

En el comunicado oficial de Los Pinos, se dice que “como parte de la conversación –Peña Nieto-Trump– se reiteró la importancia de la participación de Canadá en el Tratado como se refrendó al Primer Ministro Trudeau en una llamada telefónica el día de ayer” –Domingo 26 de agosto–-.

Y luego mantienen la expectativa: “Hasta que no terminemos con la posición de Canadá, no podremos divulgar los elementos” ¿Será?

El primero de enero de 1994 dos cosas relevantes ocurrieron en el país: el levantamiento del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en Chiapas, cosa que atrajo la atención mundial; y la entrada en operación del TLCAN. Veinticuatro años después las cosas se han enrarecido aún más y todo parece indicar que Donald Trump ganó la batalla.

¿México hizo lo apropiado? ¿Y el gobierno de Canadá qué piensa de esta exclusión que  podría ser momentánea, pero también definitiva? ¿Cuál será en adelante la relación de México con Canadá?...

Comercio bilateral, cadenas de suministro, expansión comercial, flujo de insumos intermedios producidos en México y EUA; flujo y retorno de productos terminados; industria manufacturera –incluida la automotriz, la electrónica, los electrodomésticos y la maquinaria–, entran en la nueva relación bilateral.

Pero falta una cosa muy importante. La famosa revisión cada cinco años de los contenidos y resultados de los Acuerdos y, lo más delicado: que el Congreso de Estados Unidos de América apruebe este nuevo Tratado Bilateral porque queda entendido que se estaba negociando un acuerdo trilateral: México-Canadá-EUA, por tanto podrían haber objeciones ya que el presidente Trump no está facultado para hacer este tipo de modificaciones a acuerdos firmados…

En fin. Muchas preguntas, y sobre todo, la de: ¿Qué Acuerdos se consiguieron? ¿Qué nos compromete como nación, como país, como Estado? ¿Cuál es el compromiso adquirido por cada uno de nosotros en nuestra vida cotidiana?...

Nota bene: En la fotografía que publicaron los medios, hay que ver la mirada de arrobo y en busca de condescendencia de nuestro  canciller, Luis Videgaray, cuando saluda a Donald J. Trump al término de los trabajos: una mirada que podría tener un sentido terriblemente dramático para México.

“¡Soy inocente!”

@joelhsantiago  | @OpinionLSR | @lasillarota