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Salvando al Godín de las camisetas apestosas

O qué es una marca empleadora. | Aniela Cordero

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Escrito en OPINIÓN el

Un clásico de clásicos cuando entramos a trabajar a una nueva empresa es escuchar “Queremos verte con la camiseta bien puesta”. Y nosotros, jóvenes e inocentes, decimos que sí, sin saber qué tipo de camiseta nos estamos poniendo. Hay camisetas que nos ponemos sólo cuando es necesario, o cuando vemos la luz al final del túnel. Hay camisetas que nos quitamos a la primera de cambio, la escondemos en lo más recóndito de nuestro clóset y sólo sale si es estrictamente necesario, pero tratamos de disfrazarla con todo lo que encontramos a nuestro paso. Y hay pocas, pero reales, camisetas que portamos con orgullo las 24 horas de los 365 días del año.

¿Cómo sabemos qué camiseta traemos puesta? ¿Por qué las empresas quieren que la traigamos puesta? ¿De qué sirve?

Pues, esa camiseta tan amada y repudiada al mismo tiempo, se llama “marca empleadora” o “employer branding” (no se les vaya a olvidar el inglés). Y que no es otra cosa que la imagen que nos vende la empresa ante los que trabajamos para ella y para la sociedad. Es todo lo bueno y bonito que quieren que todos vean, para que no les dé vergüenza decir que trabajan con (para ellos) y para que más Godínez vayan a trabajar en sus oficinas.

Esto no aparece por arte de magia, ni con pura labor de convencimiento, no. Para lograr engrosar las filas de manera tan voluntaria, la marca o la empresa debe de trabajar en algo que se llama Propuesta de Valor para el Empleado, es decir, la dote.

¿Y qué incluye esa dote? Bueno, pues incluye los sueldos competitivos que tanto buscamos en el mercado, los horarios decentes y flexibles (no de foco a foco, como dijera mi mamá), los papelitos que hablan (sí, cursos y capacitaciones), y todo lo que no podemos tocar, pero sí sentir en lo más profundo de nuestro corazoncito. Es decir, la misión, visión y valores de la compañía. Todos los proyectos sociales y medioambientales que nos comprueban que no todo es capitalismo puro y duro (que sí lo es, pero hay que dejar a la conciencia tranquila de algún modo).

Bueno, pues todo eso está muy bien, pero no nos enteramos de ello por las noticias, ni por un folleto, ni por el periódico. Nos enteramos por amigos que trabajan ahí, y que son la mejor fuente de información para contarnos lo bueno, lo malo y lo que nada más no vamos a creer hasta que lo veamos. También Google, LinkedIn y demás redes sociales juegan un papel importante, pues la empresa tiene que cuidar el cómo se presenta y cómo se percibe por potenciales colaboradores. Obviamente si el nombre de la empresa aparece relacionado con temas de demandas, inconformidad y el primer sitio donde aparecen es en apestan.com pues… no es una camiseta que querramos ponernos.

Pero, si la empresa está ligada constantemente con causas benéficas, proyectos sociales, campañas ambientales y nuestros amigos están encantados de trabajar ahí, pues nos van a brillar los ojitos a la primera oportunidad de cambio que tengamos.

Vayan al clóset y revisen su camiseta. Hoy por hoy, yo tengo la mía bien puesta.