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Salvando al Godín de Cupido

¿Qué cupido se encarga de flecharnos cada año en la oficina y en qué nos convertimos? | Aniela Cordero

Por
Escrito en OPINIÓN el

Es hora de hacer recuento de los daños. Ayer fue San Valentín, y mientras que a unos nos fue tremendamente bien, a otros… no tanto.

Como cada año, en nuestras aldeas Godínez se hacen dinámicas, se regalan flores o la tradicional paleta en forma de corazón, y nuestros queridos grinches se esconden para no tener que dar abrazos, besos o recibir regalos.

¿Qué cupido se encarga de flecharnos cada año en la oficina y en qué nos convertimos? Pues tenemos algunos ejemplares a continuación:

 

Puro amor

El día en cuestión, a la damita Godín le llega un espectacular arreglo de flores, ya sean las tradicionales y clásicas rosas rojas, o un arreglo florar más colorido. No puede faltar la tarjeta con un mensaje del caballero Godín dueño de su corazón, y un extra; un oso de peluche, caja de chocolates o joyería, depende del gusto.

Por supuesto, será la envidia de la oficina, sobre todo de aquellas damitas que sólo recibieron paleta de corazón por parte de Recursos Humanos.

¡Qué vivan los enamorados! (Porque no sabemos su estado civil).

 

La conquista

Aquí tenemos a una damita Godín cotizada por toda la aldea, por quienes todos suspiran cuando pasa, y a quién todos quieren conquistar con un detalle digno de al menos, un “Gracias” con un bateo de pestañas.

Es fácil identificarla, pues su escritorio tendrá al menos 2 arreglos de flores, sin mencionar los dulces, postres, tarjetas y más detalles que atiborrarán el espacio de trabajo, y que también serán la envidia de la oficina.

¿Quién será el afortunado? ¿Estará dentro de la misma aldea? ¿O será una rompecorazones?

 

Cupido

Siempre hay uno en cada aldea. Puede ser cupido máster, o de clóset. No juzgamos. A este Godín le encanta San Valentín y lo festeja tenga o no tenga su corazoncito dado. Es el que propone el amigo secreto una semana antes, y el mero día trae paletas o dulces para todos, junto con una nota celebrando la amistad o el compañerismo.

Es a quien debemos agradecerle que tengamos postre y que nos sintamos especiales porque se acordaron de nosotros, aunque fuera por compromiso.

Que vivan y brillen siempre con su cursilería.

 

Los normales

No odian el día, pero tampoco lo festejan. Son felices con su cupcake, paleta o detalle por parte de Recursos Humanos. Felicitan a sus compañeros pero no traen regalos y son felices si tienen con quién festejarlo. Si no, para eso está Netflix y Uber Eats.

Pronto encontrarán a su otra mitad. O no. Y está bonito, y está bien.

 

Los Grinch

Bueno, bueno, bueno. Ni les mencionen “Feliz San Valentín” porque antes de que acaben de decir la frase, ya se pusieron verdes y echaron bilis. Para ellos este día no es diferente de ningún otro, y es más, no hay razón para dejarse caer en la tentación, la mercadotecnia y la falsedad.

Nada de corazones, paletas, cupcakes, detalles o regalitos. A ellos, como si fuera un día como cualquier otro y sanseacabó.

¿El amor podrá convertirlos? ¿O el amor los querrá con todo y lo grinch que son?

Cuando tengan quien los haga suspirar les preguntamos.

¿Ya se identificaron? ¿Son una mezcla? ¿Son una especie nueva?

Yo por lo pronto, soy #PuroAmor.

¿Y ustedes?

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