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Saldo económico 2020

El PIB mundial será negativo entre 4 y 5 por ciento. A esto, hay que agregar una serie de factores que determinarán el rumbo económico de 2021. | Ismael Jiménez

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Escrito en OPINIÓN el

El 2020, quedará marcado en los anales de la historia, el mundo es otro antes y después de una pandemia que aderezó un cúmulo de crisis, conflictos y rezagos, que se venían arrastrando décadas atrás.

El atolladero en el que estamos sumidos es multifactorial, esto hace complejo encontrar soluciones únicas ante análisis simples. La crisis que dejó el covid-19, no será fácil de superar.

El panorama económico, es uno de los temas que preocupa sobre lo que podría acontecer el año que viene. Pero antes de intentar dilucidar lo que depara 2021, vale la pena tener una fotografía de qué nos deja 2020 en materia económica a nivel global.

De entrada, el PIB mundial será negativo entre 4 y 5 por ciento. A esto, hay que agregar una serie de factores que determinarán el rumbo económico de 2021.

Uno de ellos, que presagia parte del reacomodo de los cambios que vienen, es la pérdida de la hegemonía del dólar como principal moneda de cambio. La divisa norteamericana perdió el 8.7 por ciento de su valor frente al Euro y 7 por ciento frente al Yuan chino, dos de las principales divisas del orbe.

En el caso de China, las autoridades de ese país, decidieron dejar de seguir la paridad cambiaria de su moneda con el dólar como principal referencia comercial, lo mismo hizo Rusia, dando paso a que varios países de Asia y Oriente Medio, incluido Venezuela, dejarán de utilizar el dólar como principal moneda de intercambio comercial.

China dio un paso más allá y anunció la creación de una criptomoneda con la que busca digitalizar todas las operaciones comerciales entre sus ciudadanos y con sus socios comerciales. La Unión Europea, también piensa ya en una moneda digital. La virtualización de las monedas, es una tendencia que poco a poco va ganando espacio a nivel mundial y su implementación, dará paso a un reacomodo no solo en el comercio global, sino también en el financiero. En donde el dólar, estaría perdiendo su hegemonía mundial.

Una muestra de ello, es el ascenso de las criptomonedas lideradas por el Bitcoin. A principios de año, se cotizaba por arriba de 7 mil dólares y al momento de escribir esta columna, se cotiza en 26,500 dólares. Una burbuja especulativa, dicen algunos, cierto, pero este refugio para muchos inversionistas, habrá marcado la tendencia de lo que viene a futuro. El oro, fue el otro refugio, su precio creció a lo largo del año 21 por ciento.

De la mano con las divisas, los bancos centrales se debaten ante la necesidad de incentivar las economías internas con tasas históricamente bajas. Mantener las tasas de referencia en donde se encuentran hoy, podría prolongarse mucho tiempo, antes de pensar en un aumento, hacer lo contrario, implicaría espirales inflacionarias.  

Aunado a lo anterior, la deuda pública de los países se disparó. En casos como Estados Unidos, ya supera el cien por ciento con respecto a su PIB, mismo caso de Reino Unido, Canadá, España, Brasil y Japón que al cierre de año, su deuda pública será superior al 250 por ciento con referencia a su PIB.

Los bancos centrales, han debido inyectar dinero artificial con el objetivo de mantener el funcionamiento de su economía interna mediante el consumo. Lo anterior junto con la adquisición de deuda, ha llevado a los países a incrementar su deuda pública.

México ha mantenido la vertical en ese sentido, debido a que se han roto récords en captación de remesas; con el ajuste del gasto público, los recursos se dirigieron a los apoyos sociales para incentivar el consumo. Hasta el momento, no se ha emitido deuda, mientras el tipo de cambio, se encuentra en niveles previos a la pandemia.

No obstante, México aún no está exento de verse en la necesidad de emitir dinero o deuda esto, en caso de que, pasado el primer trimestre, no haya señales de que la economía retomará su crecimiento hacia la segunda mitad de 2021.

Finalmente, el precio del petróleo superó los 50 dólares por barril, cuando se vaticinaba que el energético no recuperaría los niveles previos al inicio de la pandemia. Hoy el West Texas Intermediate se cotiza arriba de 60 dólares; el Brent en 50 y la mezcla mexicana, en 44 dólares. 

Cierto, esos precios son inferiores a los de principios de año, pero la demanda para mantener a las industrias operando se recuperó, pese al parón de la economía global. El precio de los energéticos, enfrentará el ascenso vertiginoso de las energías renovables, principalmente para la generación de electricidad y los vehículos eléctricos.

No obstante, la carrera por la recuperación económica en todos los rincones del planeta, podría generar presiones y distorsiones de mercado ante la necesidad de combustibles fósiles, principalmente por los países emergentes y más pobres.

Esto daría pie para mantener los precios del petróleo en niveles de 50 dólares el barril, sin embargo, las tensiones y presiones en Medio Oriente, podrían impactar en la producción y precios. 

Las autoridades iraníes, ya hablan de disminuir la producción para evitar una mayor alza de precios en los energéticos, pero lo que está detrás, es en realidad, la preparación de un escenario más complejo, pues los países de la región, comienzan a conformarse en bloques apoyados por Rusia, China y Turquía, para hacer frente a Israel. Pero esta, es historia de otra entrega.