Main logo

Lo que pudo haber sido... y no fue

Junto con el temor y terror que produce en el ánimo nacional el Covid-19 está el tema de la crisis económica. | Joel Hernández Santiago

Por
Escrito en OPINIÓN el

De pronto la vida nos cambió. O como aquel “vino el remolino y nos alevantó” revolucionario. Lo que ni siquiera se nos pasaba por la cabeza hace un año... no, hace unos meses, hoy está aquí. Es la pandemia del terror, la del miedo, la de la subsistencia, la carga de conciencia por nuestra fragilidad humana y por nuestra debilidad institucional...

Y luego, aquel Laberinto de la Soledad que escrituró Octavio Paz hace setenta años se confirma. Somos un país no solo; sí en soledad; de mexicanos solos; distantes del poder político, el que pocas veces se estrecha con su población a no ser para efectos de beneficio electoral o de utilidad política.

Ocurrió por setenta años con el PRI en el gobierno: Era el gobierno de ‘la dictadura perfecta’ tan dañino como irresponsable; doce años con el PAN de gobierno inútil, perdidos; seis más con un gobierno poluto y hoy intocable, como fue el de Peña Nieto y cuando uno quería suponer que las cosas serían distintas parece ‘de otro modo, lo mismo’.

Todavía antes del anuncio de la Emergencia Sanitaria el 30 de marzo, debatíamos en México la posibilidad o imposibilidad de que el gobierno de la 4T rescatara al país de la crisis económica (crecimiento de -0.01-PIB) que ya estaba a la vista. Se debatía la inseguridad creciente...

...El crimen organizado como forma de vida o muerte, con violencia por todos lados. La falta de un sistema de salud pública apropiado, el fracaso económico de Pemex; el desempleo galopante; la informalidad puesta en nicho...; debatíamos la necesidad de que todo cambiara para el bien de todos.

De pronto está ahí el Covid-19 y nos obliga a poner atención en la subsistencia. Pero las señales de gobierno eran pausadas, lentas, desconfiadas y desconfiables: ‘no pasa nada’ se decía; ‘todo está bien’... ‘salgan a la calle esto no nos va a detener’... Y no fue sino cuando apretó la gravedad de la situación cuando, de forma pausada, fueron apretando las reglas de cuidado colectivo... Tarde.

Pero esta tardanza, a la vista de lo que ocurría ya en otros países, le cayó mal a muchos en México. Percibían una actitud displicente y en tono de menosprecio a la situación. Percibían que el mismo gobierno que recomendaba cuidados no los llevaba a cabo en la figura presidencial. Era como ver ahogar a alguien y pasar silbando a un lado sin hacer nada para ayudarlo...

Pero además se comenzó a cuestionar la capacidad de los sistemas públicos de salud: hospitales, clínicas, consultorios; se recordó la falta de equipamiento y de medicinas –acaso no para este momento, pero sí en general como muestra de imposibilidad–; y se dudó del vocero científico, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, quien ya había asumido la titularidad de la vocería para estos efectos a falta de un secretario de Salud, Jorge Carlos Alcocer Varela, inexistente en la práctica secretarial y en la urgencia de este momento.

El presidente dio un paso atrás en la circunstancia y dejó en manos “de la ciencia” que operara e informara sobre la situación sanitaria Covid-19. La misma ciencia que él mismo despreció acusando a los científicos de aprovechados y disminuyendo el presupuesto para la investigación científica vía Conacyt... Pero la ciencia ya está ahí. Y lo político sería manejado por el eterno Marcelo Ebrard Casaubón quien además de Canciller es una especie de todo terreno...

Pero junto con el temor y terror que produce en el ánimo nacional el Covid-19 está el tema de la crisis económica. El presidente dijo en un momento dramático que esto de la pandemia “le cayó como anillo al dedo a la 4-7” Ni más ni menos. Esta forma de resumir la tragedia de muchos pesó en el ánimo de muchos... lo convirtió en desánimo: ‘estamos solos’, se dijo.

Y sí, le cayó como anillo al dedo la crisis de salud porque se atribuye a esto la grave debilidad económica de México hoy. No es por mala administración, se quiere decir, es por el Coronavirus. Así que por ahí se quiso encontrar la solución. Pero la crisis económica ya estaba ahí...

Y ante los reclamos de muchos, el presidente anunció el jueves 2 de abril que el siguiente domingo 5 daría a conocer un Plan de Rescate Económico –así lo dijo–. Y se generó mucha expectativa en todos los sectores. Y todos veíamos como una propuesta que habría que conocer y analizar...

Pero no: lo que ocurrió el domingo 5 por la tarde fue un Informe de hechos y aspiraciones. El presidente, serio, presentó lo que ha hecho su gobierno a lo largo de este año (de lo que convendrá un análisis riguroso) y también su plan de inversiones en tareas que de antemano estaban programadas y presupuestadas.

Pero no hubo un Programa de Rescate Económico. No lo hubo y a lo más que se llegó es a la decisión de que a los funcionarios de alto nivel del gobierno federal se les quitarán beneficios salariales como aguinaldos, bonos, viáticos...

Fuera de detalles que se pueden ver en el video de este acto informativo, la ausencia de un mensaje a la Nación caló de nueva cuenta en el ya desánimo nacional.

Y caló porque era el momento en el que el Presidente debió colocarse al frente de la situación mediante un liderazgo fuerte, sincero, emotivo, práctico y eficiente; un liderazgo que define a los hombres de Estado... No. No ocurrió.

Un liderazgo necesario para conducir el destino de la nación y no sólo el momento crítico traducido en política. Un liderazgo que muestre amor por México y por los mexicanos, y no sólo por la política y lo político.

Un liderazgo que construya a una Nación y que pase a la historia... Ya no... O sí, quizá, pero la historia que es maestra de la vida dirá la última palabra por lo que pasó ayer y lo que seguirá pasando en nuestro país: México; el único que tenemos y al que más queremos los que somos de aquí.