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Las fallas de la Guardia Nacional

¿Acaso el comisario de la Guardia Nacional no tiene un informe claro de los grupos criminales que operan en esa región del país?. | César Gutiérrez

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Escrito en OPINIÓN el

Los lamentables hechos del 28 abril ,alrededor de las 13:00 horas, en el municipio de Aldama, N.L., donde elementos del crimen organizado reconocidos como la Tropa del infierno, perteneciente al denominado Cártel del Noroeste, atacaron a elementos de la Guardia Nacional, deja entrever que la estrategia en materia de seguridad pública de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) no está funcionando. Esto se debe a diferentes aspectos que analizaré en esta columna.

La geografía del estado de Tamaulipas y su área conurbada es de alto riesgo y muy conflictivas debido al historial de agresiones a diferentes autoridades de los tres niveles de gobierno y actores políticos.

Ahora bien, dentro de la estrategia general se puede observar que la planeación del despliegue, las comunicaciones, la coordinación entre los tres niveles de gobierno y la activación de un plan de emergencia es prácticamente nulo, ya que los lamentables hechos y la información que circula, menciona que eran 10 vehículos con blindaje artesanal y que circulaban en el centro de este municipio. Superaba la fuerza de la Guardia Nacional, lo que resultó de esta agresión fue un saldo de un elemento de la Guardia Nacional fallecido, 15 heridos y sólo dos sicarios abatidos. ¿A qué mente tan brillante se le ocurrió enviar al matadero a este personal?.

Por otra parte, existen otras interrogantes, ¿el despliegue es acorde a la problemática? ¿Se cuenta con la información general y de último momento? ¿El armamento con que cuentan los delincuentes, tiene potencia y poder de fuego? ¿Qué actitud debe de asumir el responsable de la patrulla para evitar y/o prevenir este tipo de agresiones? ¿Qué acciones inmediatas se realizaron conforme a la cadena de mando? ¿Quién supervisó el planeamiento y el desarrollo de las acciones emergentes? ¿Por qué se siguen suscitando tantos problemas por la falta de una visión táctica del terreno?

Como hemos podido observar, es necesario que a todos los elementos de la Guardia Nacional se les practique un examen para detectar los niveles de síndrome de estrés postraumático. Este tipo de trastorno puede provocar que los agentes durante el desarrollo de otras tareas o misiones, no reaccionen adecuadamente. Como ocurrió recientemente en el Estado de Sonora, en donde debido a una serie de confusiones, elementos de la Guardia Nacional dispararon en contra de dos funcionarios de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora cuando se trasladaban a bordo de una camioneta a las ocho de la noche en un camino de terracería a 35 kilómetros del municipio de Caborca.

Por otro lado, se siguen suscitando diversos accidentes con vehículos de la Guardia Nacional, en diferentes carreteras de la República Mexicana, pero esto no es nada nuevo, ya que la falta de mantenimiento, el cansancio de los choferes y las órdenes hechas al vapor, son factores determinantes para provocar un sinnúmero de accidentes. Si le rascamos, veremos mayores inconsistencias, pero de los mandos responsables –llámense comisarios–, está todo en silencio, ante la complacencia de Rosa Isela Rodríguez Velázquez, quien es la responsable de la Guardia Nacional ante el ejecutivo y del General Luis Rodríguez Bucio Comandante de la Guardia Nacional.

Como hemos podido darnos cuenta, la tropa es quien paga los platos rotos, ante la falta de liderazgo y medios necesarios para que puedan desarrollar sus actividades de vigilancia y patrullaje en tareas de seguridad pública. Todavía no se comprende que la seguridad interior no es seguridad pública, y que las áreas de incidencia delictiva deben ser estudiadas minuciosamente para poder crear una verdadera estrategia que funcione acorde a lo que se necesite. No basta con solo emitir comunicados que se limiten a no permitir los abusos de autoridad. Es muy cierto que no hay tropa zorra, sino comandantes que no saben transmitir las órdenes.

Me queda claro que la falta de coordinación entre las diferentes dependencias, así como un trabajo de inteligencia ineficaz –o más bien nulo–, da como resultado que un grupo de criminales hayan realizado un ataque de este tipo a los elementos de la Guardia Nacional con estos resultados. No entiendo cómo es posible que no se hayan tomado las precauciones, que los sistemas de inteligencia hayan fallado y no se tuviera información veraz y eficiente de que un grupo criminal que se transportaba en más de 10 vehículos, con blindaje artesanal y armas largas, con alrededor de 40 civiles armados, con uniformes tácticos, paseándose libremente por el centro de ese municipio, no fuera considerado una amenaza. No entiendo cómo es posible que se enviara a una fuerza de reacción mínima por parte de la Guardia Nacional. ¿Acaso no se analizó el hecho de que podría darse un enfrentamiento con los civiles armados? ¿Se pensó que no era necesario proteger al personal de la Guardia Nacional ante tan inminente agresión?

No hay que ser un erudito en seguridad para saber que si hay un operativo con esa cantidad de vehículos y civiles armados, por parte de un grupo criminal, se está por realizar algún tipo de acción violenta.

¿Acaso el comisario de la Guardia Nacional no tiene un informe claro de los grupos criminales que operan en esa región del país? ¿El trabajo de inteligencia falló? Lo que sí queda claro fue que no existe coordinación entre las diferentes dependencias de seguridad pública de los tres niveles. Se dieron errores y omisiones, y eso cuesta vidas. Es obvio que alguien falló y debe corregirse el error de forma inmediata, de lo contrario veremos hechos de sangre como éstos de forma cotidiana. De no hacerse cargo, elementos de la Guardia Nacional seguirán siendo atacados por estos grupos criminales, los cuales ya se han dado cuenta de que no hay apoyo de los mandos. Envían al matadero a los elementos por falta de planeación y reacción ante un hecho inminente.

En un escritorio, la planeación en papel es perfecta, ahí los operativos no fallan. En ese escenario, un grupo de 20 elementos de la Guardia Nacional puede controlar 10 camionetas blindadas de un grupo criminal sin problema ni apoyo logístico. Desde la comodidad de la oficina todo es perfecto, pero hace falta salir a las calles a ver cuál es la realidad que viven los elementos todos los días. Hay que salir a materializar los operativos que se planean desde una oficina, y que no contemplan todas las eventualidades que existen en nuestra realidad diaria y que por obvias razones fallan y cuestan vidas. 

Por último, mi solidaridad con todos esos elementos militares, marinos, guardias nacionales y policiacos, que todos los días arriesgan su vida, libertad y familia para cuidarnos. En estos momentos, parecería que tienen más derechos los criminales que las fuerzas del orden. Es lamentable que quienes se supone tienen la capacidad para hacer los análisis y prevenir situaciones de riesgo no lo hagan y dejen a los elementos a su suerte. Cuando los elementos actúan y cometen un error, entonces sí se aplica todo el peso del estado, sin considerar que se encuentran bajo gran presión y exceso de trabajo. No se les aplican exámenes de estrés postraumático después de hechos violentos, como deberían realizarse. Se les cuestiona y criminaliza ante cualquier situación fuera de lugar, sin entender ni analizar por qué suceden estos accidentes, o reacciones excesivas de fuerza. Sólo el que vive el día a día puede entender la presión a la que se encuentran expuestos cotidianamente. 

Me encantaría ver a esos especialistas que aparentemente tienen la solución a todos los problemas, pero que nunca han salido de su oficina a ver la realidad que se vive en las calles y los juzgados. Es tan fácil criticar desde la comodidad del sillón, detrás de un celular o de una computadora a los que con esfuerzo y disciplina salen a jugarse la libertad y la vida todos los días.