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La mano invisible del crimen organizado

¿Cómo es posible que ninguna autoridad note esta situación?. | César Gutiérrez

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Escrito en OPINIÓN el

México está viviendo una transición en su transformación. Les voy a explicar. La hegemonía del poder se ha ido descubriendo conforme vemos el escenario político, económico, social y cultural del país. Los mexicanos hemos ido despertando y comprendiendo cómo se llevaba a cabo el desfalco de nuestro país. Muchos han caído en la creencia de que antes estábamos bien, sin embargo, era por la gran opacidad y falta de información que existía.

Hoy podemos criticar a los malos funcionarios que no hacen su trabajo. Hoy podemos realizar la réplica de cómo están actuando y por qué lo hacen. Hoy podemos exhibirlos por cómo piensan y actúan, para lograr mantener el poder. Hoy los mexicanos con el uso de la tecnología y las redes pueden ventilar la flagrancia de los momentos clave que quedan grabados de aquellos que incumplen con su trabajo cobijados bajo el manto de la impunidad y la injusticia. Esta libertad no existía en sexenios anteriores, incluso han amenazado a quienes realmente dicen la verdad, esa que los incomoda ante su ego de superioridad cuando queda al descubierto de dónde proviene toda esa propaganda negativa. Es entonces cuando nos damos cuenta de la clase de actores políticos que existen en México. 

Así, iniciamos el análisis de esta semana: en recientes fechas, dentro del ámbito social se han desatado diversos movimientos que han provocado bloqueos, marchas y exigencias. Por ejemplo, tenemos las nuevas normas de Regulación y Funcionamiento de los Mercado Públicos de la Ciudad de México, que recientemente implementó la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) las cuales violan los derechos de usos y costumbres de los capitalinos. Y yo me pregunto, ¿de quién fue la mente brillante a la que se le ocurrió esta atrocidad? Estamos pasando por una pandemia a nivel mundial, apenas se está tratando de reactivar la actividad económica. El SAT anda de cacería de brujas contra los ciudadanos que sí pagamos impuestos, porque resulta que los bancos tienen la instrucción de pedir información acerca de los depósitos que realizan los ciudadanos comunes y corrientes (mientras que la delincuencia organizada no paga impuestos –esa es la realidad–). A esto hay que sumarle el cobro de derecho de piso que se da tanto en el comercio ambulante de diferentes demarcaciones (como en las alcaldías Venustiano Carranza y Cuauhtémoc) en donde es un secreto a voces que se pagan cuotas de 200 a 300 pesos diarios. Por otro lado, están los diferentes servidores públicos que se encuentran dados de alta en nómina y son aviadores, o en su defecto no cubren el perfil requerido y cuentan además hasta con antecedentes penales. Lo cual es contrario a la ley. ¿Quién cubre a estos delincuentes?

Dentro de este collage de problemas sumamos a las bandas que se dedican a la usura (prestamistas) que son grupos de delincuentes que operan sin mayor empacho en las áreas de la Merced, sin que la fiscalía de la CDMX haga o realice investigación alguna. Estamos frente a un problema de lavado de dinero, porque nadie sabe de dónde provienen estos recursos. Ya no se diga el narcomenudeo que se da incluso en los recientes conciertos, donde supuestamente en la entrada revisan al público, pero al circular por las diferentes áreas se observa el consumo indiscriminado de mariguana. ¿Cómo es posible que ninguna autoridad note esta situación?.

La problemática de todos esos pseudo líderes que luchan por los ciudadanos es una falacia. La falta de regularización de cada organización, de estatutos, acuerdos y asambleas provoca que la delincuencia aproveche esta situación al máximo sintiéndose dueña de la calle. Invaden vialidades propiciando accidentes o incendios al estar conectados con “diablitos”.

Ante la falta de supervisión, control y auditoría, muchos de los pseudo funcionarios solo están pensando en cómo perjudicar al ciudadano. Yo le sugiero a la Jefa de gobierno que haga una depuración de todos aquellos funcionarios que no actúen acorde a la cuarta transformación. Muchos de ellos se están sirviendo del poder para sus intereses particulares y enriquecerse de manera ilícita. Los hechos hablan por sí solos cuando caminamos por las calles y nos percatamos de todas estas situaciones que he descrito.          

Por último, las lamentables declaraciones del Almirante Ojeda se han utilizado para atacar a la Marina Armada de México, tal como ha sucedido con el Ejército Mexicano. Ahora tratan de hacer creer que el robo sucedido en Manzanillo, Colima, de contenedores con oro y plata sucedió en el recinto portuario de la zona federal, cosa totalmente falsa. Dichos contenedores se localizaban en los patios de una empresa particular denominada Maniobras Alonso Mireles (MAM), cuya responsabilidad no es propia de los elementos navales, pero sí de la seguridad privada que cuida dicho lugar, ya que los permisos municipales y estatales con los que cuenta dicha empresa así lo señalan. Este robo ha sido utilizado por detractores y opositores a este gobierno para crear la sensación de que los elementos militares no pueden con las responsabilidades encomendadas, creando una idea de que todo lo que pasa en el país es su culpa y responsabilidad. Inventan mentiras y hacen circular falsos rumores sobre todo caso que pudiese involucrarlos. Pero olvidan que si los elementos militares están coadyuvando en cuestiones de seguridad pública, ha sido únicamente por la incapacidad de crear policías profesionales para realizar dichas funciones de seguridad, y que por primera vez en la historia es legal esta coadyuvancia.