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La intelectualidad de la clase media

La verdadera clase revolucionaria y la que es capaz de generar cambios en la mayoría de las sociedades en modernización es, por supuesto, la clase media

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Escrito en GUANAJUATO el

En ocasiones el proletariado industrial y el lumpenproletariado pueden oponerse al gobierno. En algunos casos los habitantes de las colonias pobres estallan en manifestaciones o motines y violencia política. Pero en general no constituyen el material con que se hacen las revoluciones o los cambios de regímenes hoy en día. El primero, tiene muchas cosas en juego en el status quo; el segundo se encuentra demasiado preocupado por los fines inmediatos.

La verdadera clase revolucionaria y la que es capaz de generar cambios en la mayoría de las sociedades en modernización es, por supuesto, la clase media. Ella es la fuente principal de la oposición urbana al gobierno. Es el grupo cuyas actitudes y valores políticos dominan la política de las ciudades. Lo que Manfred Halpern, observó acerca del Medio Oriente sigue vigente para la mayor parte de las regiones en rápida modernización: “el impulso de la nueva clase media hacia la acción revolucionaria es abrumador”.

El carácter revolucionario de la clase media resulta subrayado por las diferencias existentes en los países subdesarrollados o en vías de modernización. La imagen de la clase media como elemento de cambio, de transformación o revolucionario choca, por supuesto, con el estereotipo que la considera el pilar de la estabilidad en un sistema político moderno. Pero la relación de esa clase con estabilidad no es muy distinta a la de la opulencia con ésta.

Una clase media amplia como la nuestra, lo mismo que una gran opulencia, representa una fuerza moderada en política y eso lo sabe muy bien AMLO, por lo que le da miedo y la ataca. Como también sabe perfectamente, que los primeros elementos de clase media que aparecen en el escenario son intelectuales con raíces tradicionales (conservadores), con valores modernos y capaces de transformar el entorno político de manera gradual, como sucedió en estas últimas elecciones en el caso de la CDMX.

Por ello este nuevo ataque frontal a la clase media de la capital del país, que evidentemente se extiende a la clase media de todo México, se siente agredida y ofendida por el confrontador presidente López Obrador, que sabe bien, entre más y más divida al país, su base social los pobres, se vuelcan a estar con él para solapar, aplaudir y vitorear sus discursos de odio y enfrentamiento entre mexicanos.

Es urgente y necesario qué en los estados de la república, las clases medias de la mano de los intelectuales, interactúen directamente para generar conciencia social y abran el debate público de las ideas con respecto a los problemas que viven en cada entidad, en cada municipio y florezca un nuevo pensamiento modernizador de la mano de la sociedad civil. Por ello, entre otros factores, se perdieron elecciones en el interior del país avanzando MORENA y sus aliados, al contrario de lo sucedido en la CDMX.

¿Qué decir del otro agravio asociado a las clases medias? Lo que llamó el vulgar e ignorante presidente de México: ser aspiracionistas y egoístas. ¿No será que aún cuando alcanzó la máxima representación en un país, es tan grande su complejo de inferioridad con respecto a sus orígenes y su formación, que sabe bien que es imposible pueda tener éxito y eso lo llena de ira y frustración?

La clase media es el foco de la oposición en la ciudad; la intelectualidad, el grupo de oposición más activo de la clase media y los estudiantes son los revolucionarios más coherentes y efectivos dentro de la intelectualidad, aún en estos tiempos que los jóvenes han cambiado tanto los patrones tradicionales antes mencionados y por ello AMLO y su partido, los han cooptado con programas de gobierno, para que no crezca la nueva clase media y se fortalezcan y aumenten los pobres.

¿No cree usted?

Dr. Carlos Díaz Abrego