La semana pasada se dio una de las escenas más tristes de la historia del Congreso de la Unión cuando en una votación, tanto en forma como en fondo, se perpetuó un fraude a favor de Rosario Piedra Ibarra para encabezar la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Sin menoscabar su trayectoria en la materia todo en su elección estuvo mal; desde la votación y hasta los requisitos fueron fraudulentos y más allá de temas partidistas o de visión política, el hecho de que sea “la candidata” del presidente de la República la imposibilita para ejercer un cargo de esa naturaleza.
· Para empezar ni siquiera cubría con los requisitos para ser electa Rosario Piedra. En la elección del 2018 (el año pasado, ni siquiera es que fuese hace mucho) Rosario Piedra fue candidata a diputada federal por Morena y también participó dentro de la estructura partidista de Morena como la encargada de derechos humanos.
· La autonomía de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos es importante porque su principal función es proteger los derechos humanos frente a los abusos del Estado. Una persona que juega en los dos lados y es militante de Morena (que además no renunciará, dijo que pensará tomar licencia) está imposibilitada para defender a las víctimas de sus propios compañeros y además en los hechos, están acabando con la autonomía de la institución.
· La votación en el Senado, frente a cámaras y reporteros, demostró ser fraudulenta en dos momentos diferentes. Dos senadores de Morena (incluyendo a su coordinador) metieron votos dobles a la urna (y hay video de esto) y además la suma de votos por Rosario Piedra dio 76 y había 116 senadores presentes; se necesitaban 77 para tener mayoría calificada.
· Un buen número de activistas, colectivos y organizaciones de víctimas y de derechos humanos le han solicitado a Rosario Piedra que no tome protesta, bajo el argumento central de que todos (incluyendo a Rosario) han sufrido abusos y arbitrariedad y fue legítima su elección.
· Los organismos constitucionales autónomos son contrapesos del poder y representan victorias ciudadanas. El caso específico de la Comisión Nacional de Derechos Humanos es ejemplar; no puede pertenecer a alguien que esté directamente vinculado al gobierno federal porque rompe con su espíritu. Probablemente de inicio funcione porque se dedicarían a buscar los abusos y responsables del gobierno pasado (como lo han hecho todo este año) pero también hay y habrán más víctimas del gobierno actual… y el Ombudsman o defensor del pueblo no puede ser empleada o deberle el cargo al presidente de la República.
En el cierre de la presente columna el coordinador de los senadores de Morena anunció que se repondrá el proceso de elección del titular de la CNDH, esperemos que sea real el anuncio y que la reposición sea apegada a los requisitos y a un proceso comprobablemente democrático. Lo que a final de cuentas reconoció Monreal fue el fraude inicial.