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Guardia Nacional a SEDENA

El presidente busca proteger la creación de la Guardia Nacional bajo la estructura del Ejército Mexicano. | César Gutiérrez

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Escrito en OPINIÓN el

La noticia de que desde la presidencia de la República se buscaría que la Guardia Nacional forme parte de la estructura de la SEDENA, no es una sorpresa. Desde 2019 se buscó que la nueva Guardia Nacional formara administrativamente, parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, pero fue duramente criticada por especialistas, colectivos de derechos humanos y los partidos de oposición; por lo que la administración fue entonces responsabilidad de la Secretaría de Protección y Seguridad Ciudadana, bajo el mando de Alfonso Durazo Montaño, ahora virtual próximo gobernador de Sonora.

Me pregunto ¿acaso está en peligro la continuidad de la Guardia Nacional? ¿Será que el presidente de la República apuesta a su continuidad agregándola como una tercera fuerza que engrose a la Secretaría de la Defensa Nacional? ¿Será acaso una petición del Alto Mando Militar? ¿O será sólo una estrategia para empoderar a los militares y empezar la militarización del país como muchos opositores y especialistas señalan?

En mi opinión queda claro que el presidente de la República ha basado gran parte de su prestigio político en la consolidación de la Guardia Nacional; considera que ese es el camino para garantizar la seguridad en el país. Sin embargo, ante la incompetencia de las autoridades estatales, municipales y el incremento de delitos del orden federal, ha sido imposible conseguir un avance significativo en la pacificación de algunas regiones del país. Es claro que se apuesta a la consolidación de la Guardia Nacional para que no pase como en todos los sexenios anteriores en los que se desaparecieron instituciones policiacas federales, y se debía empezar nuevamente de cero. Perdiendo años de trabajo y sin poder consolidar una fuerza de seguridad pública real, que garantice la seguridad de los ciudadanos de todo el país. No solo de las zonas urbanas más pobladas.   

Al pertenecer la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional se consideraría (por los especialistas y adversarios a la 4T) como una Fuerza Armada más. Pero debe entenderse que tendrá un tratamiento especial, distinto, al estar enfocada a la Seguridad Publica y Ciudadana. Ahora sí podríamos estar ante la posibilidad de que se garantice tener una fuerza policíaca nacional que respete el servicio de carrera. En nuestro país, las únicas instituciones que en la realidad existen y se respeta un servicio integral de carrera son las Fuerzas Armadas. Esto ayudaría a evitar el compadrazgo. No se vería más a amigos o protegidos de políticos jugar a ser policías, directores de seguridad pública o comandantes.

Me parece que habrá diferentes reacciones. Seguramente muchas de ellas serán de ataque a este proyecto. Es probable que se hable de conceptos como el respeto a los derechos humanos, la obligación de tratados internacionales, militarización y militarismo. La creación de la Guardia Nacional siempre buscó que fuera una institución de seguridad pública de carácter civil, como lo establece el artículo 4° de la Ley de la Guardia Nacional. Si se quiere llevar a cabo esta transición a la Secretaría de la Defensa Nacional, se puede reformar dicha ley y adicionar como una fuerza mixta, lo que en realidad ha sucedido.

En la búsqueda de facultar a la SEDENA en el manejo del personal de la Guardia Nacional se pueden fundar en lo que establece desde hace años la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, que establece en su artículo 29 las funciones que le corresponden a la Secretaría de la Defensa Nacional. En específico en la fracción IV se menciona “Manejar el activo del Ejército y la Fuerza Aérea, de la Guardia Nacional al Servicio de la Federación y los contingentes armados que no constituyan la Guardia Nacional de los Estados”, lo cual la faculta claramente para poder realizar el manejo de los elementos de la Guardia Nacional. 

Es muy probable que la Guardia Nacional termine siendo parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, y tenga un tratamiento especial encaminado a la seguridad pública. Así como ha pasado con el Aeropuerto Felipe Ángeles y el Tren Maya, el presidente de la República busca proteger la creación de esta institución bajo la estructura del Ejército Mexicano. Históricamente se ha visto que los militares son celosos en sus misiones y obligaciones, demostrando cumplir a cabalidad con las misiones encomendadas, lo que garantiza el crecimiento y conservación de la Guardia Nacional sin importar quién llegue a la presidencia de la República.

Me llama la atención que los grupos criminales han sabido utilizar las redes sociales como medios de comunicación efectivos a sus propósitos: filtran videos en redes sociales que se propagan rápidamente, donde le hacen saber a la población civil y a ciertos grupos que van a atacar a organizaciones delincuenciales antagónicas. En muchos casos el vestuario y equipo táctico de los delincuentes es de marca 511, en contraste con el utilizado por nuestro glorioso Ejército, el cual batalla para dotar de mejores equipos a los elementos.

Llama también  la atención muy poderosamente la forma de operar de este tipo de grupos. No logro comprender cómo es que este fenómeno le resulta imperceptible a la FGR, a las fiscalías locales, a la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, a las secretarías de seguridad estatales, y a los eruditos del Centro Nacional de Inteligencia en México. Estamos mal acostumbrados a culpar de todo al Gobierno Federal, al Ejército, o a la Marina, pero olvidamos que esta obligación es de las autoridades competentes. Me pregunto, ¿será necesario que la Guardia Nacional forme parte de la SEDENA? ¿Nos arriesgaremos a que termine en manos de políticos inexpertos, compadres o protegidos políticos?