Main logo

Estado fallido

Cuando un gobierno no garantiza el acceso a servicios básicos a su población, estamos en presencia de lo que se conoce en Ciencia Política, como Estado fallido

Por
Escrito en OPINIÓN el

No hay ninguna duda, que hoy por hoy, México y su gobierno, constituyen un Estado fallido. Quién no quiera aceptarlo o asumirlo como tal, simplemente es porque no quiere verlo así y asumir la triste realidad. Cuando un gobierno no garantiza el acceso a servicios básicos a su población, estamos en presencia de lo que se conoce en Ciencia Política, como Estado fallido. Es muy sencillo identificarlo. Sí el gobierno federal o nacional en turno, no es capaz de proveer el mínimo funcionamiento de sus instituciones y la puesta en marcha de sus políticas públicas, en beneficio del pueblo, el Estado falla, no sirve, no funciona y hay que quietarlo o cambiarlo. 

Usted lo sabe muy bien apreciado lector. No contamos con medicamentos básicos en la seguridad social: se llame ISSSTE o IMSS. Hemos vivido y sufrido lo que jamás nunca habíamos padecido los mexicanos, desabasto de gasolina. ¿Se acuerda? El crecimiento económico del país, antes de la pandemia mundial, era cero. Usted vivió en carne propia, la incapacidad de un gobierno federal, aturdido e improvisado, para ayudar al pueblo en cuanto a las políticas públicas para dar solución al mortífero COVID-19. 

¿Por qué México es un Estado fallido? Eso puede darse, a que ha perdido el monopolio de la fuerza, sufre un vacío de poder, legitimidad disputada, instituciones frágiles o carece de capacidades y recursos para satisfacer las necesidades esenciales de sus ciudadanos.

¿Usted diga estimada lectora? Estás son las “razones” teóricas, que la academia nos enseña a los politólogos para identificar las causas de un Estado fallido. Esté gobierno, es el más legitimado en la historia moderna del país, al ser votado el candidato, hoy Presidente, con el mayor número de votos en una elección presidencial. 

La fuerza y el poder del actual mandatario AMLO y su partido político MORENA, es más que evidente para toda la sociedad en su conjunto. Por consiguiente, no existe ni ha existido, el cuestionamiento a su legitimidad, ni mucho menos, que exista fuerza política alguna, que pueda hacer sombra o competencia al mandatario y a su instituto político. Las instituciones políticas de México, son las que son y que heredó López Obrador, del PRI histórico y de la alternancia política que vivió la nación, con dos gobiernos consecutivos emanados del PAN.

Si bien es cierto, que nuestras instituciones públicas no son un ejemplo de eficacia administrativa, no están muy lejos de los viejos patrones burocráticos de gobiernos consolidados o vistos cómo modernos y eficaces. El actual gobierno federal, recibió un país con finanzas sanas, sobre todo, con la capacidad de movilidad económica y financiera para seguir una inercia de crecimiento anual de 3 o 4%. La carencia de capacidad intelectual y académica es notoria del mandatario de la nación y de sus colaboradores del gabinete legal y ampliado. 

El actual gobierno mexicano y por ende el Estado, se ha caracterizado por su incapacidad para controlar el territorio nacional, su falta de autoridad es más que evidente en cualquier rincón del país. Que decir, la pérdida se su presencia ante la comunidad internacional. Para prueba, lo que sucedió hace 24 horas en la IX edición de la Cumbre de las Américas.

¿Qué decir del tema de la seguridad pública? Qué es una obligación constitucional del estado mexicano, ahora entregado públicamente al crimen organizado. Donde gobiernan y hacen lo que quieren los diferentes cárteles del narcotráfico. Estamos viviendo una auténtica crisis política y social, con tintes muy cercanos a humanitarios, y el pueblo de México, no hace nada ni le interesa. Han comprado a los pobres y mientras ellos reciban es dinero público, que pertenece a todos los mexicanos, la indiferencia y apatía es total por parte de los más pobres.

No nos hagamos bolas. El punto decisivo de una correcta interpretación de la estabilidad democrática, está en la relación entre la cultura y la estructura política: sólo una cultura cívica, es decir, una cultura política que sea congruente con la estructura, puede explicar la presencia y el mantenimiento de un sistema democrático. Hoy en día, la estructura está dominada por el dinero que otorga el actual gobierno a los pobres, que son mayoría en nuestro país, por consiguiente, los pobres no cuentan con cultura política.

¿Dónde está la oposición política de México?

¿No cree usted?