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El Congreso también cuenta

Es cierto que los legisladores no gozan del aprecio popular, pero no por ello debemos ignorar al Congreso al momento de dar nuestro voto. | Agustín Castilla

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Escrito en OPINIÓN el

En estos dos meses de campaña, prácticamente toda la atención se ha centrado en los candidatos a la presidencia. En diferentes espacios se habla acerca de sus posiciones, críticas y propuestas, de las polémicas que han surgido, de los debates o los resultados de las encuestas, pero muy poco se ha dicho sobre la importancia que tiene la próxima integración del Congreso.

La mala fama

Es cierto que los legisladores no gozan precisamente del aprecio popular, y por el contrario la percepción generalizada es que son una carga para el erario pues utilizan el puesto para obtener fuero, cuidar sus intereses tanto políticos como económicos y sólo van a las sesiones a dormirse. Desde luego hay razones para explicar esa negativa imagen -a pesar de la relevancia que ha ido adquiriendo sobre todo a partir de 1997 en que por primera vez el partido en el gobierno (PRI) no logró la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados- y es mucho lo que se tiene que corregir y avanzar, pero no por ello debemos ignorar al Congreso en la decisión que habremos de tomar el 1 de julio.

Fiscalizar al ejecutivo, establecer controles y servir como contrapeso

Lejos de lo que muchas veces se piensa, el papel del Congreso no se reduce únicamente a la presentación y aprobación de iniciativas de ley, a la designación de quienes integran los órganos autónomos o a la definición de impuestos y del presupuesto de egresos, tampoco a la gestión de recursos para las entidades o distritos que representan. Quizá su función más importante sea la de fiscalizar al Ejecutivo, establecer controles y servir como contrapeso. Recordemos que hace apenas un par de décadas, cuando el partido hegemónico tenía mayoría en ambas cámaras, no había cuestionamientos y se aprobaba prácticamente todo lo que mandaba el Presidente sin el menor análisis convirtiéndose en una mera oficialía de partes.

Pensar el voto desde dos aspectos

Por ello, me parece que debemos pensar el sentido de nuestro voto desde dos aspectos. En primer lugar, habría que evaluar la conveniencia de emitir un voto en planilla, es decir, por todos los candidatos del mismo partido o coalición con el propósito de darle mayoría en el Congreso al próximo Presidente de la República, o bien votar en forma diferenciada -también se le conoce como voto cruzado- para generar equilibrios y obligar al debate, al diálogo, a la negociación, a que se tome en cuenta a la oposición. Aunque el hecho de que el gobierno cuente con mayoría en ambas cámaras facilita el que pueda impulsar su programa de gobierno, la historia también nos dice que puede abrir la puerta a la imposición, al totalitarismo.

Por otra parte, es necesario que revisemos el perfil de cada uno de los candidatos que aspiran a llegar al Senado o a la Cámara de Diputados a partir de su trayectoria, su preparación, experiencia, vínculo con la comunidad, su reputación, pues urge elevar la calidad de nuestros representantes independientemente del partido al que pertenezcan.

Además, no debemos perder de vista que el voto por los candidatos de mayoría relativa al Congreso también cuenta para la asignación de los legisladores por la vía plurinominal, y que a partir de la próxima legislatura podrán buscar la reelección consecutiva, por lo cuál los Senadores podrán ser electos hasta por dos periodos y los Diputados por cuatro para sumar un total de 12 años. Se trata pues, de una decisión estratégica.

La autoflagelación del presidente

@agus_castilla  | @OpinionLSR | @lasillarota