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Diálogo y federalismo

Se requiere la grandeza de miras para defender el federalismo y permanecer unidos como nación. | Marco Adame

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Escrito en OPINIÓN el

El debate iniciado por los gobernadores de la Alianza Federalista trasciende la asignación del presupuesto para el 2021. Lo que está de fondo es el respeto a la forma de gobierno dispuesta en nuestra Constitución donde nos conformamos como una República representativa, democrática y federal, compuesta por Estados libres y soberanos.  

Muchos años han pasado desde que alguien contó con una mayoría en ambas cámaras como la que ahora ostenta el presidente. Y como decía Lord Acton “el poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Quizá por ello el partido mayoritario tiene hoy la tentación de concentrar el poder en una república centralista y autoritaria, en lugar de fortalecer la federación.

Y es ante este tipo de tentaciones que Benito Juárez en 1852 llamaba a “consolidar y defender el sistema federativo”; advertía sobre los “partidarios del despotismo” que buscaban destruirlo y pedía recordar “las épocas de la centralización del poder y la ominosa dictadura” para darse cuenta de “todas las desgracias que se tendría que sufrir si por una fatalidad sus instituciones fueran suplantadas por el poder central o por la dictadura”.

Asimismo, el entonces gobernador de Oaxaca, advertía que “los hombres que no pueden soportar el yugo suave de la ley, tampoco pueden conformarse con ese orden de cosas, y de aquí procede ese constante empeño de destruir el sistema federativo, substituyéndolo con el poder absoluto” 2.

Aunque el gobierno de la república ha dicho ser federalista, sus acciones lo colocan en el lado equivocado de la historia. Son ya muchos ejemplos donde sus legisladores han atacado a los organismos autónomos y han atentado en contra de los contrapesos de poder.

En el caso de los gobernadores de la Alianza Federalista, el llamado es a que haya un presupuesto más justo para que puedan cumplir con su derecho a promover el desarrollo local. Nadie está planteando romper la federación. Al contrario, lo que se busca es el pleno respeto al federalismo lo que implica que los gobernadores y presidentes municipales sean verdaderamente escuchados ante sus legítimas demandas.  

Pero hasta ahora a lo que se han enfrentado es a la cerrazón, a la negación del diálogo y a las descalificaciones constantes por parte del presidente. Y no ha habido espacios para que los gobernadores sean escuchados. 

Contrario a lo esperado en un gobierno federalista, el presupuesto ha tendido a fortalecer al gobierno central y a debilitar a los estados. Es cierto que hay una caída en la recaudación federal, pero eso no explica por qué la reducción del gasto del Gobierno federal sea sólo del 0.3% mientras que la caída para los estados y municipios sea del 9%.

El llamado de los gobernadores es para que exista un trato justo para sus estados, así como a que prevalezca el diálogo y la razón en las asignaciones presupuestales para el próximo año. El recorte de 181 mil millones de pesos en las aportaciones a los estados, la cancelación de los mecanismos de compensación fiscal, así como la apropiación de 109 fideicomisos y fondos públicos, puede resultar catastrófica para los estados y los municipios.

Y es inconcebible que cuando la inseguridad está desbordada, no haya asignaciones al Programa de Fortalecimiento para la Seguridad (Fortaseg); que cuando enfrentamos una pandemia, no se plantee la distribución de recursos del INSABI por entidad; y que cuando enfrentamos una grave crisis económica, los proyectos municipales y estatales estén parados para dar paso a obras de infraestructura federales que han sido calificadas como inviables. 

No es tiempo de divisiones y descalificaciones. Los retos que enfrentamos requieren de la unión y de la participación de todos. Es necesaria una reforma hacendaria ya que la fórmula está rebasada. Pero mientras esto sucede, se requiere la grandeza de miras para defender el federalismo y permanecer unidos como nación; sólo así podremos enfrentar estas adversidades.

1. Discurso pronunciado por Benito Juárez, gobernador del estado de Oaxaca, ante la X Legislatura, al abrir el primer periodo de sus sesiones ordinarias. Oaxaca, julio 2 de 1852

2.  Idem.