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Diálogo, dialogo, dialogó…

Ojalá el diálogo sea el inicio de una nueva etapa; una etapa en la que se deje de hablar de culpables y se empiecen a ver a los responsables. | Julio Castillo

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Escrito en OPINIÓN el

Hace unos días y después de tres años de monólogos, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador decidió atender la invitación de Acción Nacional a un diálogo sobre diversos temas y el encuentro se dio en las oficinas de SEGOB y asistieron del PAN Marko Cortés, Cecilia Patrón, Francisco Cabeza de Vaca, Jorge Romero, Julen Rementería, José Rosas Aispuro, Alejandra Gutiérrez, Enrique Vargas y Santiago Creel (quien convocó al diálogo) y por el gobierno estuvieron el secretario de Gobernación Adán Augusto López Hernández y el subsecretario de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos, Rabindranath Salazar Solorio.

La reunión, aunque sólo fue un inicio, marca un buen precedente y da inicio a lo que se puede convertir en una nueva era de democracia deliberativa, una era en donde se termine el monólogo presidencial para que inicie el diálogo democrático, algunos comentarios al respecto: 

- Para Acción Nacional el diálogo no es nuevo y siempre ha tendido puentes para contribuir a la deliberación nacional. Sus presidentes Manuel Gómez Morin (fundador), Adolfo Christlieb Ibarrola y Carlos Castillo Peraza son grandes ejemplos de demócratas que le apostaron al diálogo, sin por ello renunciar a su identidad o a la competencia electoral. 

- Aunque muchas personas lo describen despectivamente por no entender que la naturaleza de la política debe ser deliberante, existen ejemplos de diálogos que cambiaron la historia de México como es el posterior al fraude del 88, donde se suscribió el “compromiso por la legitimidad y la democracia” que permitió el andamiaje institucional de la democracia, o el “Pacto por México” con el que se consolidaron las reformas estructurales que durante 18 años fueron postergadas… en el primer caso AMLO militaba en el PRI y en el segundo AMLO se opuso al pacto. 

- La democracia deliberativa funciona a partir de la deliberación; cuando dos discursos simplemente no se oyen no se delibera, son dos monólogos aislados. 

- La polarización social que vivimos es en buena parte por falta de capacidad política del gobierno federal, que lejos de buscar tender puentes y generar espacios de entendimiento, suele soliviantar contra la oposición y contra cualquiera que no concuerde con AMLO. 

- Prueba de lo anterior es la reacción de AMLO después del diálogo… celebró que el PAN dejara la actitud extrema de rechazar todo… pero el PAN no es quien dividió entre “chairos y fifís” a México, tampoco es quien se la vive insultando y calificando a quienes no concuerdan con sus postulados, ni tampoco es quien llama a eventos en el Zócalo para calificar a sus detractores de “neoliberalistas”, “neoporfiristas” “hipócritas” o para insultar empresarios.  

Más allá del “show” que encabeza AMLO y que necesita para seguir siendo popular, la política tiene que centrarse en lo posible y en lo que se necesita realmente. Insultando no se construyen resultados y aunque la polarización haya sido útil para mantenerse popular, la realidad está gritando que las cosas van mal y si no se cambia de rumbo se perderá mucho más que un sexenio. Ojalá el diálogo sea el inicio de una nueva etapa; una etapa en la que se deje de hablar de culpables y se empiecen a ver a los responsables.