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Controlar y ocultar; el INAI y las Fuerzas Armadas

Este gobierno prefiere apostar por la opacidad y el ocultamiento. | Jorge Medellín

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Escrito en OPINIÓN el

Detrás de la desaparición de organismos autónomos como el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), está la intención de Andrés Manuel López Obrador de blindar a las fuerzas armadas para evitar la rendición de cuentas ante la prensa nacional y extranjera y ante la sociedad, en un contexto de militarización galopante.

Los signos de este proceso son inocultables y no muestran límite alguno. Van desde la autorización de presupuestos históricos a las secretarías de la Defensa Nacional (SEDENA) y de Marina (SEMAR), con montos superiores a los 112 mil y 35 mil millones de pesos, hasta la asignación de nuevas misiones –ya son alrededor de 30– con las que se busca acercar a los militares a la sociedad.

Con esto se pone en marcha en una estrategia híbrida dirigida a lograr la conversión pacifista en el accionar de las fuerzas armadas, para adaptar sus funciones reales de acuerdo con lo prometido en campaña en el sentido de regresarlas a sus cuarteles –cosa que no sucedió–, discurso que fue cancelado ya en el poder, pero que dejó testimonio de que el presidente reculaba más no abandonaría su idea central de reencausar a las tropas con lo dicho en aquella entrevista del 1° julio de 2019, cuando sentenció que si por él fuera desaparecería al Ejército para convertirlo en una fuerza de paz.

Militares y marinos se encargaron de poner a López Obrador en su lugar, en una fina y paciente dinámica envolvente con la que han recuperado espacios, presencia y poder en la conducción de áreas de su incumbencia y en otras que no lo son en absoluto, pero funcionan a la perfección para ampliar y justificar su avance, presencia y posicionamiento ya sea como constructoras de aeropuertos, de tramos ferroviarios, de hospitales, de sucursales bancarias, de cuarteles para la Guardia Nacional, administradoras de aeropuertos civiles, como vigilantes de aduanas, como sembradoras de árboles, como responsables de la recepción, resguardo, traslado, entrega y aplicación de vacunas anti covid-19 y, ahora, como formadoras de conscriptos con conciencia ambientalista.

La gama es amplia y pareciera no tener mancha alguna, sin embargo, el panorama de estos cambios acelerados va acompañado de medidas extremas que buscan no entorpecer la nueva dinámica de las relaciones civiles-militares en México, blindando los cambios de la Cuarta Transformación con la opacidad del manejo de datos oficiales.

Con todos los errores y deficiencias con las que opera el INAI, éste es un organismo perfectible, que puede reconstruirse para ofrecer mejores resultados y un panorama base con el que se le pueda seguir exigiendo a entidades como la SEDENA, la SEMAR o la Guardia Nacional la rendición de cuentas que hoy López Obrador busca controlar y sesgar para que sus mandos castrenses no rindan cuentas en temas sensibles como los efectos y consecuencias de la pandemia en sus filas.

Mientras la SEDENA se revuelve para negar información y da respuestas burlescas a peticiones de datos sobre este tema, la SEMAR sencillamente no informa ni publica nada al respecto en su portal, por citar un ejemplo. El Ejército mantiene en su página de internet información más o menos diaria, más o menos clara, más o menos transparente acerca del covid-19 y su impacto entre el personal en el activo.

De los retirados y sus miles y miles de derechohabientes, la SEDENA no informa de manera abierta; y cuando se le pide esta información vía el INSAI, su respuesta es que no está obligada a elaborar documentos para contestar una solicitud de datos. De la SEMAR ni hablar. No publica un sólo dato al respecto. No rinde cuentas sobre el tema. No muestra interés en dar a conocer cómo le ha impactado la, pandemia.

Es, sin duda, un tema doloroso y de muy difícil manejo entre militares y marinos, tanto así que quienes hemos publicado acerca de tema o hemos insistido en obtener estos datos, hemos recibido de inmediato llamadas, quejas, la molestia de mandos militares y navales por el manejo de la información, por el sesgo, por la línea, por lo que sea.

La permanencia y perfectibilidad del INAI como fuente y base para conocer más a fondo lo que sucede hoy con instituciones clave como la SEDENA, la SEMAR, la Guardia Nacional y la SSPC, es asunto de la mayor importancia.

Desaparecerla, absorberla y manejar desde el Estado lo que al Estado afecta, perjudica y exhibe, es contubernio, especialmente cuando la rendición de cuentas de las fuerzas armadas en México atraviesa invariablemente por el esclarecimiento de temas como las violaciones a los derechos humanos –de civiles y militares–, los oscuros manejos financieros en obras de construcción, en compra de materiales de guerra, en contrataciones con empresas fantasma, en el paso a paso de casos judiciales sobre los que no hay ya la menor información (prometida), en obras de construcción naval, en la compra de insumos para reparación de aeronaves o para la construcción de aeropuertos.

La lista es larga, embarazosa y, por lo visto, innombrable para este gobierno que prefiere apostar por la opacidad y el ocultamiento que no se atreve a decir su nombre.

Aquí, algunas tareas militares de la 4T:

-Construcción y administración de aeropuertos (Santa Lucía, Palenque, Tulum, Chetumal).

-Construcción de dos tramos del Tren Maya.

-Construcción de 2 mil 700 sucursales del Banco del Bienestar.

-Construcción de viviendas para la Guardia Nacional en Santa Fe.

-Construcción del Cuartel General de la Guardia Nacional en Santa Fe.

-Construcción de un hospital civil en Cuajimalpa.

-Construcción del Canal Centenario y de zonas de riego en Nayarit.

-Construcción de 248 cuarteles de la GN que concluirá este año (120 terminados y 52 en

obra).

-Programa Sembrando Vida, para plantar 215 millones de árboles entre 2019 y 2021.

-Programa Jóvenes Construyendo el Futuro, en el que se han habilitado 33 Centros de Capacitación para darle trabajo a jóvenes de 18 y 129 años de edad.

-Combate al robo de combustible, vigilancia de ductos.

-Vigilancia y protección de fronteras.

-Contención y detención de migrantes.

-Resguardo y traslado de papelería electoral.

-Resguardo y traslado de libros de texto gratuitos.

-Resguardo y traslado de insumos médicos para combatir el covid-19.

-Aplicación del Plan DN-III-E, en sus dos vertientes: para casos de desastre y para combate a la pandemia.

-Aplicación del Plan Marina en sus dos vertientes; para casos de desastre y para combate a la pandemia.

-Control, vigilancia y administración de las 49 aduanas del país.

-Manejo de las 17 Administraciones Portuarias Integrales del país (APIs).

-Control y Administración de 107 puertos marítimos.

-Reconversión de unidades y hospitales militares y navales para atender la emergencia sanitaria por el covid-19.

-Contratación de médicos, enfermeras y personal especializado en salud parta atender la emergencia sanitaria por el covid-19.

-Compra de medicamentos y equipo médico para atender la pandemia del covid-19.

-Adquisición y reparación de ventiladores para atender la crisis sanitaria por covid-19.

-Recepción, traslado, resguardo y aplicación de vacunas contra el covid-19.

-Repatriación de mexicanos varados en otros países tras el cierre de fronteras por el covid-19.

-Vigilancia de hospitales civiles y militares reconvertidos para atender a enfermos de covid-19.

-Combate al robo a trenes.

-Combate al secuestro apoyando a policías municipales y estatales en operativos contra este delito.

-Por Decreto Presidencial, capacitar junto con otras instituciones a conscriptos del SMN para que este tenga un enfoque ambientalista.