Lo dicho, el sector privado está preocupado por la reforma eléctrica. Además de que están en juego 44 mil millones de dólares de inversión nacional y extranjera, el boquete presupuestal llegaría a los 62 mil millones de pesos.
Entre los altos círculos empresariales hay un acercamiento permanente con los distintos grupos parlamentarios en la Cámara de Diputados, así como con los funcionarios de la Secretaría de Hacienda para alertar sobre los riesgos de aprobarla.
El primero, aseguran en el CCE, sería el consumo de energía más cara por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que se trasladará a los consumidores.
Las cifras que tienen sobre la mesa en el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) es que la reforma acabaría con el mercado eléctrico y eliminaría los tres pilares que se requieren para operar. Se crearía un monopolio y se terminaría con las reglas que hoy se rigen por la libre competencia; la operación eléctrica quedaría reservada al estado y controlada como un poder absoluto por la CFE.
Pero eso no es todo: según cálculos del sector privado, al momento en que se apruebe la reforma, se obligaría a las plantas privadas a dejar de producir, lo que provocaría un aumento inmediato de las tarifas eléctricas, ya que los costos con los que opera la CFE son 252% más caros que el de las empresas privadas.
Este incremento se traducirá en presiones inflacionarias al encarecerse diversos productos y servicios, además de que generará mayor endeudamiento porque el costo de la generación total subiría en 62 mil millones de pesos anuales -que es lo que necesitaría invertir la paraestatal para hacer frente a la demanda-.
A eso se sumaría la marcha atrás en la transición energética de México al darle preferencia a las energías sucias y caras, con lo que se violarían tratados internacionales como el Tratado de Libre Comercio (T-MEC) que obligaría a los inversionistas a acudir a paneles internacionales.
Cabildean en Senado por miscelánea fiscal
Ya que hablamos de la Cámara de Diputados, hay un cabildeo intenso por parte del Senador Ricardo Monreal para convencer a los legisladores de que aprueben la miscelánea fiscal.
Nos cuentan que el jaloneo se pondrá intenso en los siguientes días, ya que mientras que los senadores de Morena tienen la encomienda de avalarla, los empresarios y diversos grupos privados buscan convencerlos de echar atrás varios temas que tendrán un impacto en la planta productiva.
Para nada les convenció que se aprobara el tema de la deducción de cuentas incobrables, los límites en el acreditamiento del IVA, la simulación de actos para efectos fiscales, la deducibilidad de donativos sólo para personas físicas, la eliminación del acreditamiento en derechos sobre la minería, entre otras.
Nos adelantan que ya presentaron una serie de escritos tanto a la Secretaría de Hacienda como a los legisladores, a fin de que analicen el impacto que tendrán estas medidas en la economía.
En caso de que avale por la mayoría tendrán que recurrir a los amparos para evitar el cierre de más empresas.
Así las cosas…