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Año nuevo, problemas viejos

"Difícilmente podemos pensar o creer que este nuevo año sea peor que el pasado, por todo lo que trajo consigo el maldito 2020 con la infernal pandemia"

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Escrito en OPINIÓN el

Los seres humanos que hemos tenido la inmensa fortuna de seguir en este mundo con salud y vida, hacemos votos porque este nuevo año 2021 sea mejor que el pasado. Es un ritual que prácticamente todos los creyentes realizamos cada nuevo año, con la sólida esperanza de creer que el naciente año nos traiga cosas mejores que el año que se fue. 

Difícilmente podemos pensar o creer que este nuevo año sea peor que el pasado, por todo lo que trajo consigo el maldito 2020 con la infernal pandemia que cambio la vida del mundo entero. Sin embargo, los coletazos del viejo e inolvidable año que pasó siguen y siguen dando de qué hablar a millones de seres en el orbe, así como en nuestro país. 

Los contagios están desatados y fuera de control al grado de ver como hoy en día no encontramos a un amigo o conocido que no haya sido contagiado de Covid-19 o tenga a un familiar enfermo e incluso haya perdido la vida por el artero virus. Y qué decir de los hospitales públicos desbordados de enfermos que se contagian a diario, miles de mexicanos. La pandemia está fuera de control, con la mayoría de estados en semáforo rojo, naranja y amarillo. 

La economía familiar rota a pedazos con el drama de contar en el seno de los hogares mexicanos con miembros que han perdido su trabajo y que desesperadamente salen a buscar una oportunidad laboral y no la encuentran. Las pequeñas y medianas empresas destruidas por la nula ayuda del gobierno federal en aplicar apoyos en pro de millones de trabajadores y empresarios que viven y se desarrollan dentro de estos negocios. 

La inseguridad…… ¡sin comentarios! El país es tierra del crimen organizado donde los distintos carteles de la droga operan a cualquier hora, en cualquier municipio y en todas las entidades federativas sin excepción alguna. Con el pretexto discursivo de las autoridades de los tres órdenes de gobierno, que existe una lucha sin cuartel por las diversas plazas en cada punto de la geografía mexicana, la paz hoy en día es una quimera para los mexicanos. 

La corrupción, esa gran bandera que el actual gobierno federal enarbola como ningún otro, que presume un día sí y otro también, que el mal de la sociedad mexicana enraizado en el aparato de gobierno ya no existe y que gracias a la 4T y a la honorabilidad del presidente AMLO y su gobierno han erradicado tan histórica costumbre. Sigue más viva que nunca con grotescos casos como por ejemplo Pío López Obrador, Felipa Obrador, las adjudicaciones directas de casi todos los procesos de licitación, la impunidad en el caso de Lozoya, el General Cienfuegos y un largo etc, etc, etc….. 

La pobreza más grande que nunca en México, donde 4 de cada 5 la padecen de acuerdo con la última medición en el país, con datos del CONEVAL. Donde “primero los pobres” solo es un slogan vil y vulgar del partido en el poder MORENA y del gobierno, que han lucrado con los pobres para hacerles creer en su empoderamiento, pero siguen sumidos en la miseria con dádivas de programas de gobierno que los mantienen a cambio de votos en las elecciones. 

El populismo socialista se ha apoderado de México y empieza arrasar gradualmente los distintos sectores de la sociedad, por ejemplo, la educación y la salud. Me explico: se empiezan a manejar con una idea de gratuidad por un gobierno altamente centralizado, garantizando el acceso total, independientemente de capacidades para estudiar. En salud, las causas inmediatas de la baja expectativa de vida son complejas, pero el alto consumo de alcohol, el tabaquismo y la baja seguridad en el lugar de trabajo, así como las condiciones de vida y alimentación de baja calidad, están asociadas con niveles de ingreso más bajos. 

Es hora de despertar y el año nuevo nos da la posibilidad de modificar y cambiar el rumbo del país y el gran retroceso que todos estamos viendo y viviendo. Está en las manos de cada uno de nosotros tomar conciencia de lo que pasa. 

¿No cree usted? 

Dr. Carlos Díaz Abrego