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Agua y género

El derecho al agua potable y al saneamiento es un derecho humano esencial. | Leonardo Bastida

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Escrito en OPINIÓN el

En la India, más de 500 millones de personas acuden al baño al aire libre. Si bien los factores que provocan está realidad son diversos, la falta de instalaciones sanitarias suficientes para los más de mil millones de habitantes es uno de los principales motivos; entre otras causas, por la falta de acceso al agua derivada de una crisis hídrica en la que 70 por ciento de los recursos acuáticos del país asiático están contaminados.

La situación afecta a muchos sectores de la población. Sin embargo, uno de los más afectados es el femenino, pues se han denunciado una gran cantidad de ataques sexuales a mujeres mientras salen de sus casas para satisfacer sus necesidades fisiológicas al aire libre. Incluso, muchas de ellas sólo lo hacen una vez al día; de preferencia durante las madrugadas, que aún hay oscuridad, para evitar miradas libidinosas; acompañadas de otras mujeres, para que vigilen y eviten posibles violaciones o abusos sexuales.

Este 22 de marzo se conmemoró el Día Mundial del Agua bajo el lema “No dejar a nadie atrás” a fin de concientizar a la población mundial sobre la importancia del líquido para la humanidad y del acceso a él como una de las garantías mínimas de bienestar para las personas, pues el goce del acceso al agua contribuye a la reducción de la pobreza, el crecimiento económico e inclusivo.

En este marco, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha señalado que algunos de los motivos de discriminación con respecto al acceso al agua son el sexo y el género de las personas, lo cual es perceptible, si se toma en cuenta que cuando hace falta agua, las mujeres y las niñas son las encargadas de la recolección de la misma, en más de 80 por ciento de los casos, lo cual provoca que, incluso, deban caminar hasta varios kilómetros para acceder a ella.

Esta situación deriva en que deban recorrer caminos con poca iluminación, difícil accesibilidad y aislados, que las vulnera ante la posibilidad de sufrir algún ataque mientras los recorren.

De igual manera, el tiempo aproximado que dedica una mujer al día para recolectar agua es de hasta seis horas, provocando deserción escolar y la falta de acceso a otro tipo de oportunidades para el mejoramiento de su vida. En contraparte, un hombre dedica como máximo 30 minutos a la misma actividad.

Desde 2010, la ONU ha señalado que el derecho al agua potable y al saneamiento es un derecho humano esencial para el disfrute de la vida y de otros derechos, pues permite acceder a agua segura, accesible, asequible para uso personal y doméstico.

Tomar en cuenta aspectos como que las mujeres dejen de beber agua para no requerir ir al baño y poner en riesgo su integridad cada vez que lo hagan son algunas de las realidades por transformar en el día a día de millones de mujeres.

Masculinidades, emociones y familias

@leonardobastida | @OpinionLSR | @lasillarota