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Adiós a los micros

La megalópolis requiere de un sistema que impulse una red de transporte para las personas que se mueven entre ambas entidades.

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Escrito en OPINIÓN el

Las micros es uno de los sistemas que más penetración tiene en la CDMX y mueve a la mayor cantidad de personas. También es el sistema que más quejas tiene y mayores irregularidades presenta ante los usuarios.


Una de las múltiples soluciones para abatir la congestión y contaminación en la Zona Metropolitana del Valle de México, pasa necesariamente, como ya lo he dicho en anteriores ocasiones, por mejorar el transporte público.


Los microbuses, ese mal endémico de la metrópoli, que llegaron a finales de los 80´s y principios de los 90´s como producto de la modernización para sacar de circulación a los camiones “chimecos”, son ahora obsoletos.


Apenas la semana pasada, el Centro Mario Molina dio a conocer el documento, “Soluciones de Fondo para Mejorar la Calidad del Aire del Valle de México”. En este documento delinea, entre otras acciones, acelerar el desarrollo de sistemas de transporte público de bajas emisiones, de calidad e integrado a escala metropolitana.


Una medida que limita la operatividad a un sistema como los microbuses, que es antiguo y deficiente en su servicio, y que además no cubre las necesidades de las personas que se mueven por la CDMX.


Desde hace un par de años, la Ciudad de México se dio a la tarea de sustituir estas unidades viejas, que en su mayoría han cumplido con su periodo de vida con más de 30 años y que el sistema bajo el cual operaban, el de hombre camión, traía consigo enormes deficiencias.


Ante este panorama se inició la sustitución de los microbuses, hasta los últimos días de diciembre del año pasado, el Gobierno de la Ciudad de México realizó la chatarrización de mil 600 unidades que ya han sido sustituidas por buses, medida comprendida en el Programa de Compactación de Vehículos 2015-2016.


De igual forma, en los últimos meses se han integrado a la flotilla de RTP, 191 autobuses M1, de los cuales 20% cuenta con rampa automática para sillas de ruedas, y 80 autobuses para renovar el parque vehicular de la Línea 1 Ecobús, Santa Fe–Balderas.


Y la integración de los corredores Sevilla-Defensa y Toreo-Buenavista, para retirar de circulación a 244 microbuses e integrar 111 unidades de nueva generación.


El reto para la actual administración es que 5 mil camiones agrupados en corredores (los cuales tienen un modelo de empresa), sustituyan 16 mil microbuses, los cuales brindan un mejor servicio con personal capacitado, unidades nuevas, choferes que no deben competir por pasaje al tener un sueldo garantizado y que son capacitados en seguridad vial, entre otros beneficios.


Para poder realizar esto, se debió modificar la Ley de Movilidad en la CDMX, sin embargo, los esfuerzos deben ser conjuntos en la Megalópolis, donde todavía vemos en algunas zonas aledañas, camiones viejos, altamente contaminantes.


La megalópolis requiere de un sistema que impulse una red de transporte para las personas que se mueven entre ambas entidades, que no sea contaminante y que ayude a reducir la congestión, pasando por un servicio adecuado e infraestructura de calidad.


Del mismo modo, es necesario establecer un órgano regulador del transporte, que de manera metropolitana ayude a establecer políticas públicas que mejoren el transporte, de forma coordinada y con compromisos de metas a mediano y largo plazo y donde se de la participación de los diversos sectores de la sociedad y gobierno.