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Reducir la violencia en 6 meses, promesa incumplida de AMLO

Tras los hechos de violencia en Minatitlán, el presidente se comprometió a bajar los índices delictivos una vez que operaran todos los programas sociales

Escrito en NACIÓN el

La promesa que hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador de reducir la violencia en seis meses, sólo fue eso: una promesa.

A 182 días de que el mandatario se comprometiera en el puerto de Veracruz a que los mexicanos notarían una reducción en la inseguridad, los delitos de alto impacto que más afectan a la población (homicidios, asaltos, violaciones, secuestros, extorsiones y robos) no paran.

“Cuando ya todos los adultos mayores estén recibiendo su pensión, cuando las personas con discapacidad tengan su pensión, cuando todos los estudiantes tengan sus becas, cuando todos los jóvenes tengan trabajo, cuando se esté produciendo más, se estén creando empleos, cuando haya más bienestar va a bajar la inseguridad”, afirmó luego de la masacre en Minatitlán donde murieron 14 personas, entre ellas un bebé.

—¿Cuándo ocurriría esto, presidente?, ¿en qué fecha? —cuestionó un reportero.

—Yo creo que en seis meses ya van a estar operando todos los programas. Eso es lo más importante de todo.

A seis meses del compromiso que hizo en el museo Naval de Veracruz, los registros del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) indican que, a partir del mes mayo, hay un repunte en las victimas por asesinato, feminicidio, secuestro y extorsiones en el país.

Además, según los datos del SESNSP dependientes de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana (SSPC), también hay una tendencia al alza en las carpetas de investigación por el total de delitos, por robo a casa habitación, a transeúnte, entre otros.

Especialistas en temas de seguridad nacional consideraron que la promesa del presidente fue una promesa política que careció de sustento ya que no especificó de qué forma se realizaría la reducción.

De acuerdo con los expertos, otro de los factores que no se tomó en cuenta, es que el país carece de estudios y metodologías de seguridad que permitan tomar decisiones en políticas de seguridad pública.

“Yo creo que los resultados se están viendo. Me parece que no hay una decisión de la política de seguridad. No va a cambiar la política, se parecen al mismo gobierno del PAN y el PRI. No veo programas o estrategias, es claro que son impermeables a las opiniones. No hay estrategia, sólo buenas intenciones, pero con eso no se resuelve el tema. Tendría que haber una reacción del gobierno para que este claro que no se puede violentar el Estado de derecho, ni hacer lo que hizo la semana pasada en Culiacán. No veo que vaya a ver un cambio en los próximos meses, porque no veo una decisión del presidente. Estamos viendo el peor pico de la violencia en México”, comentó Javier Oliva, especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Fue una promesa política. En ese momento carecía de cualquier sustento, primero en términos de diagnóstico. En términos de diagnóstico no era viable alcanzar esa meta en el corto tiempo. Segundo, no contaba con una estrategia clara en materia de seguridad pública que estuviera perfilada a los principales delitos de incidencia delictiva. Tercero, tampoco ha desarrollado en estos seis meses, ni el diagnóstico adecuado, ni les estrategias y mucho menos las herramientas para cumplir con la reducción de la violencia”, mencionó Armando Rodríguez Luna, investigador del Colectivo de Análisis para la Seguridad con Democracia (Casede).

“Ningún compromiso de la reducción de la inseguridad sin un método que lo acompañe es creíble. Cualquier persona o gobierno del cualquier país que ofrezca reducción de la violencia, temor, revitalización o de la cifra negra de delitos, cualquiera de esas ofertas debe ser acompañada de un método. Además, ese método debe ser público para poder medirlo.  Una persona que hace una promesa de reducir los delitos y no dice como, sólo es una declaración política que no tiene posibilidad de ser corroborada y verificada en sus fundamentos.  La reducción va a acompañas de métodos. El primero de ellos es un diagnóstico, de los cuales carece el país. México no tiene diagnóstico que permitan construir políticas focalizadas en función de los problemas locales. También debe haber metodologías para medir la violencia enfocadas en salud públicas, las cuales deben estar basadas en evidencia emperica con un enfoque de epidemiología”, consideró Ernesto López Portillo, coordinador del Programa de Seguridad Ciudadana de la Universidad Iberoamericana.

Tendencia al alza

A seis meses de que el presidente se comprometiera públicamente a reducir la inseguridad, los registros del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública indican que los delitos van en aumento.

Los reportes mensuales indican que, en comparación a los seis anteriores del anuncio, delitos como homicidio, feminicidio, secuestro y extorsión van en incremento.

En el caso de los homicidios dolosos, los datos refieren que, entre los meses de noviembre y abril, hubo 16 mil 864 víctimas por asesinato, un promedio de dos mil 810 muertes mensuales. En contraste, entre los meses de mayo y septiembre (falta por contar octubre) hubo 14 mil 646 muertes, un promedio de dos mil 929 víctimas cada mes.

Incluso, en algunos estados (faltando por registrar octubre), como Campeche, Chihuahua, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Sonora y Tlaxcala ya se superaron la cifra de víctimas que se reportaron en los seis meses previos a la promesa que hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador.

En el caso de los feminicidios, los datos indican que en los seis meses previos al anuncio hubo 483 víctimas, mientras que entre mayo y septiembre van 431. En promedio, durante los últimos cinco meses se han cometido 86.2 feminicidios cada 24 horas.

Según los registros del SESNSP, en estados como Aguascalientes, Baja California, Campeche, Chiapas, Ciudad de México, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo y Tamaulipas, ya se superó la cifra de crímenes en comparación a los seis meses previos del anuncio del presidente.

Para los especialistas en materia de seguridad, la tendencia al alza de los delitos representa la falta de una política de seguridad que no se nota que vaya a cambiar en los siguientes meses.

“Los datos que dieron a conocer la semana pasada sobre la violencia en el país, indican que la tendencia va al alza. No hay un punto de inflexión como lo mencionó Alfonso Durazo, ya que delitos como homicidio van en crecimiento, así como otros delitos. Eso me parece grave porque se complica el panorama de la reducción de los homicidios y la incidencia delictiva”, comentó Armando Rodríguez.

“Se tienen que intervenir los factores de riesgo para poder transformar las dinámicas que originan la violencia. Una de ellas es atacar el estilo parental violento, ya que el padre y la madre han regularizado la violencia en la vida familiar. Ese factor produce consecuencia en las vidas violentas de los criminales. También, atacar la normalización de la violencia en las escuelas. A pesar de contar con los diagnósticos, es un riesgo prometer cambios un tiempo específico, ya que, ni siquiera las metodologías pueden garantizar un cambio como se planea, debe ser poco a poco y base a un método, no en palabras y buenas intenciones”, dijo Ernesto López Portillo.

Tendencia de homicidios no va a la baja: Causa en Común

La organización Causa en Común aseguró que la tendencia de homicidios no va a la baja, sino que hay un cambio en el incremento que se registraba mensualmente durante los últimos meses.

“La tendencia de homicidios cambió, pero esto no ha evitado que los homicidios sigan aumentando. La tendencia a nivel nacional presentó un punto de quiebre en octubre de 2018 y continúa hasta hoy. Este cambio implica que las cifras de víctimas de homicidio ya no crecen de manera tan acelerada como antes, pero siguen aumentando. La tendencia ha dado un pequeño giro acercándose a una línea horizontal y el promedio mensual de homicidios se mantiene en un nivel cercano a las 2 mil 946 víctimas de homicidio. A pesar de este crecimiento menos acelerado, si se mantiene así hasta fin de año, 2019 romperá un nuevo récord anual en violencia homicida”.

A través de un comunicado, la organización informó que, no hay un punto de inflexión en la violencia en el país, por lo que es necesario trabajar en los estados donde se ha logrado evitar un incremento de los crímenes.

“En lugar de centrar la discusión en torno a la existencia de “puntos de inflexión”, es necesario detectar los lugares que han aportado a este cambio de ritmo en el crecimiento y redoblar esfuerzos para mantenerlos. De igual forma, hay que identificar las zonas que siguen registrando incrementos para, en colaboración con las instituciones locales, redefinir la estrategia”.

AJ