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“Quería negociar conmigo”: Cuando Aburto mencionó a Salinas en el caso Colosio

Mario Aburto aseguró que recibió una llamada del entonces presidente, quien le pidió que colaborara en el caso

Escrito en NACIÓN el

Eran las 9:30 horas del 29 de abril de 1994, habían pasado poco más un mes del asesinato del entonces candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, en medio de un mitin en Lomas Taurinas, Tijuana, en Baja California. 

Mario Aburto Martínez, sentenciado como autor material del asesinato del priista, se encontraba recluido en el penal del Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México, desde donde amplió su declaración sobre lo sucedido. 

En esa ocasión, Aburto Martínez aseguró que tras el asesinato de Colosio y su detención, fue sacado de las oficinas del ministerio publico federal de Tijuana esposado de pies y menos, vendado de los ojos y envuelto en un colchón. 

Lo llevaron -dijo- a un lugar en el cual “se podía escuchar el ruido de las olas del mar”, donde comenzaron a torturarlo física y psicológicamente.

“Si (Aburto) no culpaba a alguien, la iba a pasar muy mal [...] que su mamá estaba siendo torturada y que si no hablaba iban a seguir torturándola”, se lee en el expediente del caso Colosio.

Mario Aburto explicó que todo fue un accidente, que en un tropiezo disparó contra Colosio, sin embargo, sus torturadores -a quienes no identificó en su declaración- le insistieron en que si seguía con esa versión iban a matar a su familia.

Después, Aburto Martínez escuchó que aquellos hombres lo iban a llegar a instalaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para asesinarlo, al igual que a su madre. 

“Ellos ya cansados dijeron ‘hay que llevarlo a la Secretaría de la Defensa Nacional' que era donde iban a desaparecer a él y a su madre, para después decir que habían intentado escapar y que lo mataron, así como que su madre había logrado escapar sin conocerse su paradero”, se lee en la declaración de Aburto.

Sin embargo, Mario Aburto fue regresado a las instalaciones del ministerio público federal en Tijuana, donde un agente se acercó a él y le dijo que tenía una llamada del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari. 

“Se acercó un agente que, sin ser notado por sus compañeros, le dijo: ‘que el presidente Salinas de Gortari estaba en el teléfono y quería negociar conmigo’.” se lee en el expediente del caso Colosio.

Aburto aseguró que Salinas de Gortari le iba a dar lo que él quisiera siempre y cuando colaborara y dijera que le había pagado un partido político. Sin embargo, el asesino de Colosio -dijo- se negó.

“El declarante contestó que aunque lo mataran jamás se prestaría para porquería de ese tipo”, señala la ampliación de su declaración.

Por negarse, detalló Aburto, fue golpeado en el rostro por el agente que le pasó la supuesta llamada con Salinas de Gortari. 

Luego, continuaron las amenazas contra Aburto y su familia: que no iba a salir con vida y si lo hacía jamás iba a recibir justicia, que no tendría abogado porque ningún iba a tomar su caso por miedo a represalias, etcétera.

Al ser cuestionado sobre por qué no hizo esas precisiones en su primera declaración Aburto Martínez respondió que tenía desconfianza entonces de las autoridades.

En esa ampliación de su declaración, Mario Aburto también niega que tenga relación con algún grupo ideológico o político, también que fuera apodado como “El Caballero Águila” y que tuviera algún adiestramiento con armas.

 

Sobre las declaraciones relacionadas a Salinas de Gortari, Héctor S. Pérez, un agente del Ministerio Público, señaló que al final de su declaración inicial Aburto dijo que “iba comenzar a mentir y que iba a involucrar a Salinas de Gortari y a otras personas”.

Mario Aburto Martínez se encuentra en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) Número 12, en Guanajuato, donde paga la sentencia de 45 años de prisión por el asesinato de Colosio.

El pasado 3 de marzo, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) inició una queja por presuntas violaciones a los derechos humanos de Mario Aburto, como a la salud, actos de tortura, tratos crueles, inhumanos o degradantes.

En consecuencia, la CNDH pidió la reapertura del caso Colosio pues -dice- “se considera necesario se dé a conocer toda la verdad del mismo a la sociedad”.

En tanto, la Comisión solicitó medidas cautelares en favor de Mario Aburto para que se garanticen y se protejan sus derechos a la salud y a la integridad personal.

De acuerdo a su condena, se prevé que Mario Aburto salga de prisión en el año 2039, cuando tenga 69 años de edad.