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Morena y aliados “aplanaron” todo intento de frenar leyes secundarias en educación

Los morenistas, no perdieron la oportunidad de echar en cara a sus opositores legislativos la frase de moda. “Somos mayoría, el pueblo votó en las pasadas elecciones”

Escrito en NACIÓN el

Una y otra vez el bloque legislativo que integraron las bancadas Morena, Encuentro Social, partido Verde y del Trabajo, “aplanaron” todo intento del bloque minoritario (PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano) para detener la aprobación de las leyes secundarias de la ley de educación. De nada les sirvió tomar la tribuna ni intentar ganar tiempo. En cada votación y debate las cuentas eran las mismas: una asistencia promedio de 400 legisladores (de un total de 500) divididos en 300 votos a favor contra cien en contra; o 280 contra 120.

Hace trece años el escenario era el mismo, pero al revés. El bloque minoritario estaba conformado por PRD, PT y Movimiento Ciudadano, quienes pese a muchas y variadas tomas de tribuna (fueran pacíficas o violentas), eran aplastados en toda votación por el bloque mayoritario del PRI y PAN. Y aunque muchos de aquellos perredistas son hoy morenistas, no perdieron la oportunidad de echar en cara a sus opositores legislativos la frase de moda. “Somos mayoría, el pueblo votó en las pasadas elecciones”.

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Sí, la toma de tribuna del PAN, PRI, PRD y MC fue igual a las que hizo el PRD en el pasado. Y aunque ésta se realizó de manera pacífica, los morenistas (antes perredistas) miraban la escena desde sus curules. “¡La toma de tribuna es un hecho, no un derecho!”, les gritó Pablo Gómez desde su curul. “¡La ley del Congreso no se vota!”, exigió Morena a la panista Laura Rojas quien se encontraba en un dilema legislativo y moral.

Legislativo, porque ella pedía –con voz tímida y en nombre del reglamento-, que el bloque minoritario regresara a sus lugares y permitiera el debate del dictamen de las leyes secundarias de la ley de educación. Pero ellos se negaron y, por el contrario, reclamaron abrir un receso para que los coordinadores parlamentarios negociaran y pospusieran el debate hasta la próxima semana.

Y un dilema moral porque ella, como panista, no quería abrir dicho receso, sino continuar con la sesión. Pero eso significaba dar la espalda a su propia bancada, la que hace tres semanas la candidateó para presidir la Mesa Directiva; e implicaba además darle su lugar (y su peso) a la bancada de Morena que –a regañadientes- le cedió tal cargo para retirar al histórico legislador, Porfirio Muñoz Ledo.

Laura no pudo estar bien ni con Dios ni con el Diablo y tuvo que elegir. Y al hacerlo, eligió a su bancada. Eran las 16 horas cuando decretó un receso de quince minutos, lo que le costó enfrentar las reacciones de diputados morenistas que le gritaban “¡Fuera Laura! ¡Fuera Laura! ¡Porfirio! ¡Porfirio!”. Los coordinadores parlamentarios del bloque minoritario acudieron entonces al área de tras banderas para intentar negociar con Morena; pero la realidad es que se quedaron solos. Inmóvil, retador, su coordinador Mario Delgado los miró de lejos, sin la menor intención de moverse de su lugar. Y no lo hizo. Solo salió del recinto parlamentario unos minutos, para otros menesteres, no sin antes advertir a sus legisladores con voz alta, “¡no se vayan!”.

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Derrotados, regresaron quince minutos después los coordinadores René Juárez del PRI; Juan Carlos Romero Hicks, del PAN; Verónica Juárez del PRD; y Tonatiuh Bravo de Movimiento Ciudadano. Sabían bien que no podrían hacer nada frente a la aplanadora de Morena y sus aliados, y lo aceptaron.

“Nos pidió la presidenta dar las condiciones necesarias para continuar la sesión y nos solicitó dar la discusión. De todos modos, si no es ahora será el martes; y el resultado será el mismo”, declaró a LA SILLA ROTA Verónica Juárez. A pregunta expresa de que sabían de antemano que por número de votos perderían, enfrentó “sí, pero vamos a dar el debate. No fue tiempo perdido tomar la tribuna porque exteriorizamos nuestras diferencias legales con el grupo mayoritario que, en nombre de la mayoría, piensa que puede violentar el reglamento y la ley orgánica. Todo esto nos servirá para futuras acciones legales”.

En política fondo es forma. Por eso pese al desencuentro, el PRI inmediatamente buscó subsanar el vínculo con Morena. La emisaria fue una priista experta en negociación, Dulce María Sauri, quien bajó de la Mesa Directiva para encaminarse a la curul de Delgado donde permaneció hablando con él varios minutos, al tiempo que se llevaba a cabo la votación general que ganó Morena para continuar con la sesión y debatir el dictamen educativo.

El PAN siguió los pasos del PRI dos horas después, cuando afirmó a LSR, que la presidencia de Laura Rojas no estaba en riesgo por el hecho de haber decretado un receso en la sesión, luego de que el diputado panista Jorge Luis Preciado acusó, desde el micrófono de su curul: “es claro que Morena está amenazando a la Presidencia que si declara un receso van a buscar destituirla. Es clara la amenaza”.

- No, yo no me di cuenta, negó. Había tantas cosas en el pleno que no me di cuenta.

- El PAN lo dijo así desde el micrófono de su curul, se le insistió,

-No me voy a enganchar en rumores de pasillo. La conducción de la presidencia hoy ha sido impecable. Hoy no está en peligro porque fue impecable.

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El dictamen general de las leyes secundarias fue aprobado en lo general con 288 votos a favor y 129 en contra. Previo a esta votación, el último posicionamiento por partido, fue el de Morena en voz de su diputado Azael Santiago Chepi, cuya biografía legislativa indica que de 2008 a 2012 fue dirigente sindical de la sección 22 del CNTE.

En tribuna, flanqueado por otros diputados, el oaxaqueño argumentaba, “diputadas y diputados, es tiempo de transformar la educación, no me refiero a copiar modelos internacionales que no se adaptan a la realidad mexicana, ni tampoco a culpar al Magisterio por los problemas que enfrenta la educación. La Ley General de Educación que dotaremos es el reflejo de una reforma constitucional, integral y revolucionaria. Se trata de una ley progresista e incluyente”.

Y en eso estaba Santiago Chepi cuando detrás de él, inesperadamente, apareció Mario Delgado para darle su respaldo. Por eso el legislador cerró su discurso así. “Es una norma de vanguardia, que transforma la educación mexicana bajo los principios de inclusión y equidad para alcanzar la justicia social. Que viva la dignidad de las maestras y de los maestros de México ¡Que viva la educación pública! ¡Que viva la cuarta transformación! ¡Que viva México!”. Y la fotografía de ambos en tribuna, quedó para la posteridad.