El escritor Jorge F. Hernández fue cesado como agregado cultural de México en la embajada de España y como director de Cultura México en la misma legación por “comportamientos graves”.
La Secretaría de Relaciones Exteriores informó que esta decisión se tomó luego de que el escritor incurriera en “comportamientos graves y pocos dignos de la conducta institucional”.
Esto fue señalado en un comunicado firmado por el doctor Enrique Márquez, quien es el Director Ejecutivo de Diplomacia Cultural, mismo que había invitado al escritor a unirse al proyecto en 2019.
En otro comunicado publicado este domingo, Enrique Márquez aclaró que, la decisión de dar por terminado el contrato, no tuvo que ver con un acto de censura, como se especuló al inicio; sino que se trató de un "asunto ético y de conducta institucional".
— Enrique Márquez (@emarquezj) August 8, 2021
El doctor explicó que "en días pasados, en una reunión en la Ciudad de México, el Sr. Hernández se refirió en términos muy ofensivos y misóginos a quien era su jefa, la Sra. Embajadora de México en España, María Carmen Oñate Laborde".
Y detalló que fue el mismo escritor quien refirió lo ocurrido en dicho evento, por lo que inmediatamente se decidió dar por terminado el contrato pues "de ninguna manera podría estar de acuerdo con conductas ajenas al debido respeto a las personas y a los códigos de ética institucional.
El escritor se despidió con un mensaje en Twitter agradeciendo al equipo de Cultura de México en España.
Ayer fui cesado como Ministro para Asuntos Culturales de la Embajada de México en España. Mi aplauso y gratitud para el equipo ejemplar del Instituto Cultural de México en España y la Biblioteca Octavio Paz. pic.twitter.com/iDbbm4YgNV— Jorge F Hernández (@FJorgeFHdz) August 7, 2021
La columna que desató polémica en redes se publicó el pasado 5 de agosto en Milenio titulada "por placer" donde defiende la lectura como una actividad placentera, en respuesta a las declaraciones del director de Materiales Educativos de la SEP, Marx Arriaga, quien señaló la lectura como un acto capitalista.
Jorge F. Hernández escribió:
“Por supuesto que se puede leer bajo la muy ideologizada militancia del errado o confundido bibliotecario improvisado que acaba de clamar algo en torno al consumismo capitalista como afán opuesto a quienes creen que leyendo reviven Playa Girón o las heridas de Camboya, cuando en realidad su tufillo más bien apesta a Pol Pot (que no es precisamente un guiso inglés), ese demente que pintó en letras rojas la condena fanática contra todo aquél que llevara lentes, gafas p quevedos de diversas dioptrías ‘pues revelan que se trata de un lector’”.
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