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Gobernador de Nayarit dio aval a narcofiscal para operar

Nayarit se convirtió en el centro de operaciones de Édgar Veytia para la elaboración de drogas sintéticas y el tráfico de las mismas

Escrito en NACIÓN el

Con el aval del gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval, el exfiscal Édgar Veytia aplicaba levantones, secuestros, extorsiones y despojos a quien se resistía a la ley que imponía en la entidad.

Para el narcofiscal, amigo de Alfredo Beltrán Guzmán, El Mochomito, y de Juan Francisco Patrón Sánchez, El H2, Nayarit se convirtió en su centro de operaciones para la elaboración de drogas sintéticas y el tráfico de las mismas, según información publicada por El Universal.

Veytia tenía el apoyo del Cártel de los Beltrán Leyva y sembraba el miedo con la Policía de Nayarit, que bajo su mando operaban encapuchados.

El fiscal que fue detenido en Estados Unidos subió en el poder junto al gobernador de extracción priísta.

Su trayectoria inició como director de Tránsito y Vialidad en el municipio de Tepic, mientras Roberto Sandoval fue alcalde entre 2008 y 2011. Para agosto de 2009, escaló a secretario de Seguridad Pública, Tránsito y Vialidad de la capital nayarita.

Su poder ascendió cuando el ya gobernador de Nayarit en 2011, Roberto Sandoval, lo colocó como subprocurador y luego fiscal, en este cargo fue que habría pactado con el crimen organizado en la entidad.

Las autoridades de la Unión Americana lo acusan de conspiración internacional por importar, fabricar y distribuir heroína, metanfetaminas, mariguana y cocaína.

Édgar Veytia, a quien se le conoce como El Diablo, fue capturado el 28 de marzo en San Diego, California, por agentes de la Control Border Protection, allá permanece en custodia.

Pobladores, citados por El Universal, aseguran que Veytia contaba con el apoyo total de Roberto Sandoval, padrino de la hija del ahora exfiscal.

José contó al diario que el fiscal lo obligó a venderle un terreno de 18 mil metros cuadrados.

A través de la Policía del Estado, el fiscal presionó a este ciudadano para que accediera a venderle el terreno “al jefe”, pero siempre se negó, relató José.

En la última visita abandonaron la “amabilidad”, lo agentes sólo lo subieron a la camioneta y el fiscal le dijo: “te traje porque quiero tu terreno, quiero hacer un trato”.

El trato obligado fue de 13 millones de pesos, aunque el valor catastral de la propiedad era de 30 millones de pesos.

lrc