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“El Comandante Catrina” y la reunión secreta de policías y narcos

“No nos toquen y no los tocamos”, fue el mensaje a autoridades del Edomex… y de alcaldías de la CDMX

Escrito en METRÓPOLI el

Un reporte de inteligencia del gobierno del Estado de México, al que tuvo acceso el periodista de El Universal, Héctor de Mauleón, revela que varios comisarios de Seguridad y Tránsito del Estado de México fueron convocados en enero pasado a reunirse con operadores del crimen organizado.

Los encuentros entre los funcionarios y presuntos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se llevaron a cabo en restaurantes, de acuerdo a su columna “En tercera persona”. 

“No nos toquen y no los tocamos”, fue el mensaje.

Estas reuniones “fueron presuntamente organizadas por uno de los comisarios de seguridad, que se encargó de transmitir la invitación a sus colegas. Los criminales pidieron a los funcionarios que no interfirieran en sus actividades y se concentraran en la delincuencia común. A cambio, ni ellos ni sus hombres serían tocados”, publicó De Mauleón.

Los comisarios fueron reunidos por regiones. A los llamados asistieron directores de la zona de Amecameca (compuesta por 13 municipios), Tultitlán (cuatro municipios), Cuautitlán Izcallli (tres municipios), Ecatepec (integrada por dos municipios) y Zumpango (cinco municipios).

Tecámac, la escalada de violencia

El reporte no especifica qué directores asistieron a estas juntas. Sin embargo, recuerda el periodista, por esos días fue cesado el comisario de Tecámac, quien “no contó con los exámenes de control de confianza” y solo permaneció 23 días en el cargo.

Tras la llegada del nuevo director, dos policías municipales fueron asesinados en los Héroes Tecámac mientras cenaban en un puesto de tamales.

En nueve meses, cuatro directores de seguridad estuvieron al frente de la policía en Tecámac. Al separarse del cargo, algunos alegaron “razones familiares”. La alcaldesa Mariela Gutiérrez comenzó a recibir amenazas de muerte. En febrero, en una manta firmada por un tal “Comandante Catrina” se le exigió la liberación, “antes de 24 horas”, de un grupo de criminales internados en el penal de Chiconautla. El supuesto comandante anunció que su gente iba “a empezar a matar a todos los policías del municipio”.

A mediados de ese mes, Salvador Alejandro Sánchez, expolicía conocido como “El Comandante Catrina”, principal operador del crimen organizado en aquel municipio, fue masacrado al lado de su esposa (también expolicía).

Un mes más tarde, el fiscal regional de Tecámac y dos de sus escoltas fueron baleados en un restaurante de mariscos situado en la carretera Pachuca-México. A mediados de octubre, otro oficial fue asesinado en calles del municipio frente a sus hijas de 5, 6 y 8 años.

La columna reseña que Valle de Chalco forma parte de una de las regiones (Amecameca) cuyos comisarios, según el documento de inteligencia, fueron convocados a reunirse con los supuestos operadores del Cártel Jalisco.

“Aunque no se sabe si el director de este municipio atendió el llamado, el 28 de octubre pasado el alcalde Francisco Fernando Tenorio fue herido en la cabeza por un joven que previamente había cruzado palabras con él durante una gira. Según el fiscal del estado, Alejandro Gómez, el homicida se halla vinculado con ‘un conocido tirador de drogas que opera en Valle de Chalco’”.

De Mauleón se pregunta: ¿Cuántos comisarios cedieron en enero a las exigencias del crimen organizado? Según los trabajos de inteligencia, el hecho de que la mayor parte de ellos no haya informado a sus superiores envía señales tremendas: habla, como en Culiacán, de regiones enteras tomadas por grupos criminales dedicados al secuestro, la extorsión, el narcomenudeo y el robo de vehículos de carga. Regiones enteras en las que la policía local está mirando hacia otro lado. Zonas en las que los ciudadanos se han quedado solos.

Y advierte:

“Hay otra mala noticia. La estrategia descrita en el reporte no es exclusiva del Edomex: directores de seguridad de varias alcaldías de la Ciudad de México ya han sido abordados por representantes de grupos criminales. Muchos alcaldes lo saben. Y han preferido guardar silencio: aquí también estamos solos”.

AJ