La “reversión de la píldora abortiva” (APR O abortion pill reversal, en inglés) es un tratamiento no reconocido ni aprobado por ninguna autoridad médica, pero opera desde Estados Unidos por el grupo cristiano ultraconservador Heartbeat International. 

Este tratamiento consiste en administrar grandes cantidades de la hormona progesterona a una mujer que haya tomado la primera de las dos píldoras (mifepristona) que son para inducir el aborto. 

Especialistas de la salud han advertido que la alta dosis de la progesterona, con estos fines, puede ser una práctica peligrosa para la salud de las mujeres. Un experimento médico para comprobar la efectividad de la “reversión de la píldora abortiva”  realizado en Estados Unidos en 2019, fue suspendido cuando algunas participantes fueron hospitalizadas con hemorragias intensas. 

Asimismo, especialistas de la salud afirman que los abortos médicos no se llevan a cabo si no se toma la segunda píldora abortiva (misoprostol). 

Algunos estados de Estados Unidos como Arkansas, Kentucky, Nebraska y Tennessee exigen por ley al personal médico informar a las mujeres que existe la “reversión de la píldora abortiva” según lo reveló una investigación de openDemocracy. 

via GIPHY

Defensoras de derechos humanos en México y Uruguay afirmaron no haber escuchado de este tratamiento; sin embargo, una investigación por Latfem reveló que Heartbeat tiene vínculos con personal médico en ambos países. 

En México, el aborto esta despenalizado y legalizado únicamente en Ciudad de México y Oaxaca; sin embargo un doctor de la Ciudad de México prescribió una receta médica a una periodista mexicana encubierta en el que receto ingerir dos cápsulas de 200 miligramos de progesterona por más de tres días. 

OpenDemocracy expresó que grupos afiliados a Heartbeat suministraban a mujeres vulnerables en América Latina este tratamiento  bajo el nombre de “centros de embarazo en crisis” y ofrecen ayuda en caso de que las mujeres no tengan fondos económicos para costear la progesterona. 

No obstante, un médico chileno sostuvo: “No hay ningún medicamento en el mundo que revierta el efecto [de la mifepristona]” y afirmó la falta de investigación médica alrededor del tratamiento. Por otro lado, Heartbeat International afirmó que “la reversión de la píldora abortiva es una aplicación de vanguardia de un tratamiento usado durante décadas para prevenir abortos espontáneos y nacimientos prematuros comprobado y autorizado por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU)y añadieron que más de 2 mil mujeres han conseguido detener su aborto y salvar a sus hijos”.

Con información de Latfem