A la menstruación se le ha llamado de muchas maneras por temor a nombrar algo que se considera sucio o desagradable. En México es coloquialmente conocida como “la regla” o “Andrés, el que viene cada mes”, hay muchos tipos de apodos para nombrar a un proceso natural que se desarrolla en el cuerpo de las mujeres. 

Ha sido el movimiento feminista el que ha sacado de la penumbra a la menstruación y la ha colocado como un tema de importante discusión en todos los espacios de la vida pública. Así, tal como lo relata Sara Cuesta Torrado en el reportaje "La Nueva Revolución Menstrual”, hoy en día se puede acceder a información sobre la menstruación en internet con una simple búsqueda. También se puede acceder a talleres, páginas de redes sociales, círculos de conversación y todo tipo de espacios para la difusión de información referente al ciclo menstrual, principalmente gestionados por mujeres. 

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La revolución menstrual es parte del movimiento feminista que ha señalado las desigualdades entre hombres y mujeres, y que, a través de la discusión sobre la menstruación, motiva a las mujeres a reapropiarse de su cuerpo a través del autoconocimiento. 

De acuerdo con el texto, el activismo menstrual “promueve el autoconocimiento de los cuerpos y los ciclos para acabar con el rechazo que las mujeres sienten hacia sus reglas, reescribir la forma en que se relacionan con ellas y luchar contra la pobreza menstrual. La regla como motor de cambio social, cultural, científico, económico y político.

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“No somos iguales a los hombres”

De acuerdo con el artículo de Sara Cuesta, hoy en día hablar de la menstruación sin pena es algo común entre las jóvenes, incluso la discusión de la menstruación ha llegado a instancias como los parlamentos europeos. Pero, a pesar de que el activismo menstrual inició en la década de los setenta, hoy se vive una nueva revolución menstrual que propone una nueva perspectiva.

“Tras siglos ignorada [la menstruación], el feminismo la reivindicó en los setenta negándola como un elemento diferenciador. Las nuevas generaciones reclaman ahora el derecho a reconocer que sí lo es”, afirma el texto publicado por el medio El País.

Las mujeres hoy en día buscan visibilizar la menstruación no sólo como algo de la naturaleza del cuerpo femenino, sino también, como una experiencia que las mujeres viven desde la pubertad hasta la llegada de la menopausia, y por lo tanto, es importante voltearla a ver como algo que marca diferencias entre hombres y mujeres, no sólo en su cuerpo sino también en su forma de vivir el día a día. 

Por ello las feministas de la actualidad han empujado discusiones sobre la importancia de asegurar la gratuidad de productos de higiene menstrual, la importancia hacer investigación científica tomando en cuenta el ciclo menstrual de las mujeres, incluso la importancia de otorgar días de incapacidad en los trabajos para las mujeres que experimentan menstruaciones dolorosas por condiciones como la endometriosis o el síndrome de ovario poliquístico. 

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Un ejemplo de este activismo es Carmen Valls, endocrinóloga y autora del libro “Mujeres invisibles para la medicina”, que se ha dedicado a reivindicar la necesidad de abordar la medicina con perspectiva de género. En su libro explica que la medicina y la ciencia han tomado lo masculino como referente de lo humano sin tener en consideración que acontecimientos fisiológicos y hormonales como el ciclo menstrual son factores diferenciadores muy relevantes a la hira de analizar ciertas enfermedades.

Cada día más mujeres optan por explorar su ciclo menstrual a través del autoconocimiento, envueltas en el empuje de una revolución menstrual que no busca ocultar las diferencias entre hombres y mujeres. 

Con información de: El País