En cada protesta feminista es común encontrarnos con las críticas sobre las pintas a los monumentos, no sólo por parte de nuestra familia y amistades, sino también en los medios de comunicación y en las redes sociales, donde se han utilizado para criminalizar al movimiento; pero ¿cuál es el significado de las pintas? ¿Por qué es algo que sucede en la mayoría de las movilizaciones? Hoy te contamos por qué es una de las formas de protestas más importantes para el movimiento feminista.

“Esas no son formas”: La iconoclasia en la lucha feminista

Las pintas en las calles, monumentos y edificios se han considerado como “actos violentos y vandálicos” durante los últimos años, sin embargo, estas acciones no se realizan de forma individual y aislada, pues ocurren como parte de una movilización donde existen demandas comunes contra la violencia hacia las mujeres en México, por esta razón forman parte de la iconoclasia y toman un significado diferente.

La iconoclasia se ha transformado desde su origen, actualmente podemos pensar en los monumentos, los edificios y las calles como espacios que representan la forma en la que se construye la imagen de una ciudad, representan lo que le mostramos al exterior y lo asociamos con valores específicos que hablan de la ciudadanía y la democracia que tenemos, pero ¿qué sucede cuando estos espacios son pintados con consignas feministas o con los nombres de mujeres desaparecidas? El proyecto de ciudad se ve afectado y expone la realidad en la que vivimos miles de mujeres. 

La iconoclasia se presenta como un rechazo a la inacción de las instituciones frente a la situación de violencia contra las mujeres; las pintas a monumentos y edificios son recursos que buscan visibilizar una realidad que es constatemente silenciada, pues admitir la gravedad de la situación requiere de compromiso y voluntad política.

La Glorieta de las Mujeres que Luchan

El pasado 25 de septiembre colectivas feministas convocadas por la organización Antimonumenta: Vivas nos queremos intervinieron la antigua Glorieta de Colón y la renombraron como Glorieta de las Mujeres que Luchan, en el lugar colocaron una escultura violeta con el puño en alto y pintaron en las vallas los nombres de mujeres víctimas de feminicidio, mujeres desaparecidas y defensoras. Sin embargo, las pintas fueron borradas 12 horas después, por el Gobierno de la Ciudad de México.

Este 3 de octubre, se retomó la glorieta y las intervenciones volvieron a realizarse en las vallas. Las colectivas señalaron que querían que el espacio se mantuviera como un recordatorio de las mujeres que nos faltan y de la búsqueda de justicia. Hoy podemos encontrar en este espacio una muestra de descontento y de la realidad que viven miles de mujeres en el país.