“El mundo ya se va a acabar, hay una pandemia. ¡Qué mejor que viva el amor!, ¿o no?, y si es con varias personas, mejor”, dice Lola Landa quien desde hace dos años practica el poliamor, y durante esta pandemia ha usado las aplicaciones para seguir en contacto con sus parejas y practicar sexting, dice en entrevista para La Cadera de Eva.

Las relaciones poliamorosas también fueron afectadas por la pandemia. La sana distancia evitó que siguieran en contacto físico, esto llevó a las personas poliamorosas a interactuar por redes sociales. Además, a experimentar otras formas de expresar su afecto y experimentar su sexualidad, como es el envío de nudes o practicar sexting que es el envío de mensajes sexuales o eróticos.

“Nos hemos dejado de ver por un tema de riesgo, no tanto por nosotros, sino por quienes vivimos que son personas mayores y preferimos cuidarnos, por eso hemos hecho sexting o seguimos hablando por WhatsApp”, dice Lola.

25 %  de los jóvenes de 18 a 30 años prefieren tener relaciones no monógamas, de acuerdo con el Observatorio de Consumo Joven, que analizó las relaciones de los jóvenes en la era de las redes sociales. Para Gabriela Rougier, psicóloga especialista en terapia de parejas, las personas encuentran en este tipo de relaciones "múltiples experiencias afectivas y amorosas con diferentes estilos de personas y consienten la libertad de poder hacerlo sin tener la sensación de que están violando algún código de fidelidad".

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Semáforo naranja, salida para los hoteles

Cuando la Ciudad de México cambió a semáforo naranja fue una oportunidad para las parejas poliamorosas de salir a hoteles y tener encuentros sexuales.

“Sí fui a un hotel, pero no me sentí segura. Me preguntaba si habían desinfectado bien la cama o el baño. Me da más ansiedad salir que hablar con ellos por internet. Aunque sí llevé mis productos desinfectantes, pero aún así no me sentía segura”, dice Lola.
 

Beto Juárez también tiene una relación poliamorosa con su esposa. Los dos comenzaron a citarse con sus otras parejas hoteles, cuando en la Ciudad de México se cambió a semáforo naranja. Ahora consideran que haberlo hecho fue un riesgo.

“Cuando abrieron los hoteles, comencé a salir otra persona. Aunque quien salió primero fue mi esposa, me dijo ‘él se cuida, este virus nunca se va a ir, así que me llevo mi cubrebocas’. Ella me dio confianza, entonces yo vi a chica con la que salía. Sé que fue un riesgo, pero confiamos”.

La situación de la pandemia dificulta que las personas poliamorosas se reúnan en otros lugares y si lo hacen son espacios abiertos donde no pueden tener intimidad. Para quienes viven con sus familiares, es difícil.

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“Además, a veces aunque superes el miedo al contagio, los lugares posibles para reunirse son muy pocos, se reducen a espacios abiertos donde es poco probable que personas poliamorosas puedan mostrar su estilo de vida, por los prejuicios de la sociedad”, dice Víctor quien practica el poliamor con Sofía, su novia.

“También creo que es más difícil cuando vives con tu familia o personas a las que no les has dicho que andas en eso del poliamor, porque no quieres que te juzguen al llevar gente a tu casa”, agrega Sofía.

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“Una foto por whats no es un riesgo como la covid”

Las personas poliamorosas han decidido experimentar su sexualidad vía virtual. Incluso con personas con quienes apenas han estado en contacto.

“Una vez hicimos algo así como un trío virtual, mientras estábamos en ‘eso’ enviábamos y nos enviaba mensaje otra persona , y videos o audios, fue extraño pero fue una buena experiencia, creo”, dice Sofía.

Las aplicaciones de ligue han aumentado su uso durante la pandemia. Tinder, por ejemplo, ha registrado un 25% más de conversaciones diarias, y FaceDate ha notado un incremento en la actividad de más de 35%. Sin embargo, las aplicaciones no son las únicas formas de interactuar con otros sobre temas relacionados a lo sexual y amoroso.

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Lola Landa comparte que ella se siente más segura practicando sexting que viendo a sus parejas. “Una foto por whats no es un riesgo como el covid. Si trato de cuidar que no se me vea la cara, pero tengo tatuajes, es fácil reconocerme. Es un 50 – 50. Ellos también me mandan sus imágenes. Ellos sí de cuerpo completo. Les pido que han una carpeta especial incluso les digo que hay algunos celulares que tienen una caja fuerte. Además, les advierto que ya existe La Ley Olimpia, ‘si tu rolas mis fotos, terminas en la cárcel y al revés’, les digo”.

“Ha sido un proceso extraño porque el contacto con otras personas ha estado limitado exclusivamente a lo digital o a las redes sociales. O sea, como que no se puede hablar de una verdadera experiencia poliamorosa porque bien podría pensarse que el intercambio de mensajes no son reales, no sé cómo decirlo, hay personas que no lo consideran como real, relaciones reales”, comparte Víctor.

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Experimentar el poliamor de otra forma

Aunque llevar una relación de forma digital haga sentir a algunas personas que no es real. También les ha dado la oportunidad de conocerse e identificar lo que quieren.

“Al menos yo, he sentido menos presión por apresurarme a vivir experiencias no-monógamas y nos ha brindado la oportunidad de dedicarle más tiempo a informarnos, o leer en grupos de Facebook las experiencias de otras personas que viven el poliamor como un estilo de vida. Incluso descargamos aplicaciones como Tinder, que ahora yo ya no uso pero en algún momento se consideró como una opción…También recuerdo que descargamos una app que era para buscar tríos y otro tipo de relaciones, y aunque encontramos dos personas interesadas nunca se concretó nada porque pues las condiciones de la pandemia no lo permitieron”, señala Sofía.

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“Cuando empezó la pandemia nos sentíamos encerrados y a la primera oportunidad salimos. Pero después regresamos a semáforo rojo, tuvimos que volver a encerrarnos, pero al final tuvimos más tiempo para nosotros. Me puse a pintar la casa, a conocer más a mi esposa. Además, encontramos unos podcasts sobre el poliamor que nos ayudaron a conocer más sobre esta forma de vida”, comparte Beto Salvaje.

Rupturas por falta de contacto

Con la pandemia, algunas de las parejas terminaron ya que preferían estar en contacto físico. Para Frida ha sido difícil encontrarse con otras personas en la cuarentena. Tiene cinco años con su novio, y hace dos decidieron abrir la relación. Comenzó a salir con un compañero de la universidad, pero dejaron de verse.

“La relación que tenía con un compañero de la universidad se terminó porque no podíamos vernos, para él era muy importante estar físicamente reunidos. Con otro chavo con el que apenas me estaba relacionando cuando empezó la pandemia, aún mantengo la comunicación, nos hemos visto solo una vez en la cuarentena porque vive en otro estado y hace poco se contagió de coronavirus. Me dijo que no se quiere exponer y tampoco me quiere exponer, por lo que solo acostumbramos hablar diario, sextear a veces y tener una extraña forma de relación por internet”, comparte Frida.

Beto Juárez también terminó una relación que tenía, además de su esposa, porque ella comenzó a demandar más atención. “Me escribía más que mi esposa, en mi casa me decían que mi mente estaba más allá porque hablábamos todo el tiempo. Decidimos terminar la relación”, cuenta.

La atención en redes sociales

El tiempo de atención para las parejas poliamorosas que hacen home office o escuela a distancia ha sido difícil como el caso de Beto, Frida y Sofía. Los tres compartieron que era complicado mantener una relación en redes y atender sus deberes.

“Yo he hecho sexting con gente que conocí en aplicaciones y uno que otro chavo de mis redes sociales que ya conocía antes de la pandemia. A veces es muy complicado mantener conversaciones con otros vínculos porque al estar todo el día en la computadora por la escuela, uno ya no quiere estar frente a las pantallas después, ni para platicar a veces”, dice Sofía.

En el caso de Frida, ha preferido no buscar otras relaciones y mejor nutrir las que tiene. “No me he creado perfiles en aplicaciones de ligue porque no tengo mucho tiempo para eso por el home office, no creo que sea el mejor momento para relacionarse con otras personas, justo ahora, es mejor cuidar las relaciones que ya tenemos, ya sean románticas, amistosas o familiares”, dice.

La pandemia vino a modificar nuestra vida cotidiana incluso la forma de relacionarnos, como es el poliamor. Aunque es a través de redes como se dan muchos de estos encuentros y se generan comunidades, para las personas no-mongómas aún es importante el contacto físico.