El pasado el 25, 27 y 29 de abril se llevó a cabo en el Parlamento abierto, la  Audiencia pública “Que la calle no lxs calle” citado en el Congreso de la Ciudad de México, acción promovida por Royfid Torres González representante ciudadano y Luis Enrique Hernández, presidente de la Asociación El Caracol, A.C.

Dicha audiencia promovió un espacio de escuchar directa y de viva voz con las poblaciones callejeras, mirando y rompiendo el silencio de sus realidades a fin de construir políticas públicas y acciones concretas para su atención. Escuchar de manera presencial sus realidades, problemáticas y propuestas, fue un ejercicio de ciudadanía y de interacción respetuosa en el cual participaron diversos actores sociales comprometidos en garantizar los derechos humanos de este sector poblacional. 

Durante las tres audiencias se pudo observar la asistencia de población callejera adulta mayor, hombres, mujeres, niñas, niños, población civil, organizaciones sociales, diputadas, diputados y especialistas en el tema. 

Las participaciones fueron diversas, desde el ¿por qué? llegaron a la calle a refugiarse y hacerla su vivienda, de las estrategias para conseguir comida, de los lugares para conseguir trabajo, de ubicar los lugares más seguros e inseguros para dormir, de la función de las instituciones y sus servicios, del encuentro con algunas organizaciones sociales, de las experiencias exitosas donde algunas personas lograron desintoxicarse, estudiar, tener un trabajo estable y escribir en una revista, hasta, aquellas realidades en las que no han podido cambiar y son vejados una y otra vez en sus derechos humanos, en los espacios donde se albergan y/o en la calle maltratados y denigrados por los cuerpos de seguridad. Diría Susana de 40 años “con el apoyo y medicina correcta: amor, dedicación y trabajo si se puede salir adelante, pero se necesita que nos den un empujoncito para lograr grandes cosas”. 

La complejidad para la atención de este sector es muy diversas y deberá realizarse de manera integral, considerando el mosaico de necesidades: salud, salud mental, educación, vivienda, capacitación, trabajo y acompañamiento jurídico, entre otros, desde la transversalización de la perspectiva de género y derechos humanos.

De manera muy sucinta las necesidades planteadas fueron: espacios seguros para albergarse, guarderías “Sabemos que la calle no es el mejor lugar para tener a nuestros hijos, pero si nos aferramos a tenerlos con nosotros, es porque tampoco podemos dejarlos en albergues, donde pueden hacerles daño, golpearlos o hasta hacerles otras cosas” (Belém, quien vive hace 16 años en la calle y tiene 4 hijos), “necesitamos ser escuchadas y visibilizadas, recuperar el cuerpo de la compañera Hermelinda que fue arrojada a la fosa común”…“ahora que sabemos que tenemos derechos necesitamos ejercerlos y contar con nuestras credenciales de elector por si se enferman nuestros hijos” (Susana, quien vivió 12 años en la calle y pudo rehabilitarse).

Fabiola tiene un cuerpo deteriorado, le cuesta mantenerse en pie “no uso activo, ni drogas” me dijo, ella nació en la calle, su mamá lleva años viviendo en la calle desde que murió su padre, me mostró una bolsa de medicamentos que le administran en una iglesia de la delegación Venustiano Carranza, sus diagnósticos médicos son asma bronquial, epilepsia, presión alta, tiene ochos hijas e hijos, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia Ciudad de México (DIF-Cdmx) le ha quitado tres y una cuñada le quito a otra hija más, a los cuales no le permiten ver. En su estado de salud difícilmente puede trabajar y recuperarse ya que requiere una alimentación específicas. 

Por otro lado, algunas de las denuncias  realizadas versaron en el despojo de sus hijas e hijos, discriminación, violencia, desamparo, ser expulsadas de sus familias, la inseguridad, maltrato, prepotencia, omisiones, en algunos casos mencionaron que les siembran delitos, abusos en el albergue de Coruña perteneciente a la Secretaria de Inclusión y Bienestar Social (SIBISO) el cual es habitado por 80 adultos mayores de 65 a 80 años y les quieren cambiar de lugar sin considerar sus necesidades y actividades que realizan, según testimonio de uno de los participantes que habitan en dicho albergue. Al respecto la diputada Daniela Alvares Camacho testificó un trato y condiciones indignas a quienes habitan dicho espacio, lo cual comprobó haciéndose pasar por una usuaria. Las mujeres manifestaron que las brigadas de apoyo les golpean y en ocasiones “hasta nos manosean. No creemos que merecemos ese trato, porque también somos personas” (Norma R.), algunos jóvenes denunciaron agresiones, violencia y robo por parte de policías y/o autoridades, entre otros. 

Algunas de las propuestas vertidas tanto del sector participante, diputados, diputadas y especialistas fueron: vivienda, acceso a programas de empleo, mejorar sus condiciones de vida, incorporar la perspectiva de género en acciones y políticas de las instituciones que atienden a dicho sector, acompañamiento familiar y legal en el caso de que les quiten a sus hijos e hijas, nombrar a la población callejera, crear políticas públicas eficientes para este sector, un trabajo conjunto de las instituciones, ciudadanía y la población que vive en la calle. Las organizaciones sociales conminaron a sumarse al Instituto de la Mujeres de la Ciudad de México, al Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia local y la Secretaria de Inclusión y Bienestar Social, ya que son los entes encargados de la construcción de políticas públicas, programas y acciones para dicho sector. 

Finalmente, esperemos que dichas audiencias no se queden en el papel y que se sumen muchas más instancias, personas y organizaciones civiles para posicionar y concretar políticas públicas sí, pero sobretodo programas, presupuestos y acciones puntuales a mediano y largo plazo, encaminadas a mejorar las condiciones de dicho sector.  

Norma G. Escamilla Barrientos es licenciada en pedagogía por la Facultad de Filosofía y Letras en la UNAM y tiene maestría en psicoterapia psicoanalítica por el Centro Eleia, A.C.

@EscamillaBarr

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