A Judy Garland, una de las protagonistas de la película El mago de Oz, le gustaba decir que nació en un baúl, detrás del escenario; porque parte de su infancia y adolescencia la pasó en los estudios. No pudo disfrutar de helados, siestas, juegos o niñerías porque cedió parte de su vida a la compañía MGM.

La vida Frances Ether Gumm –su verdadero nombre- es protagonizada por Renée Zellweger en la película Judy, la cual está nominda al Óscar este 2020 por mejor actriz.

Conocer la historia de Judy deja ver la explotación que vivió de niña para pertenecer a la industria del cine. El diario Mundo describe a su madre, Ethel Milne, como una Bruja Mala del Oeste, quien a los 10 años la puso a dieta a base de anfetaminas por la mañana y barbitúricos por la noche.

A sus trece años, Judy firmó un contrato por siete años con la productora MGM, una gran casa de estudios que la explotó, tuvo que padecer raciones de hambre, rodajes de dos o tres películas a la vez y horarios que solo podían soportarse con pastillas.

El horror de trabajar para la productora incluía el acoso sexual por algunos magnates y actores de Hollywood.

A los 16 años Judy se veía como una adolescente melancólica, de nariz respingona, ojos marrones, pelo castaño y una voz prodigiosa que sedujo al mundo con su participación como Dorothy en El mago de Oz. Desde entonces su imagen era controlada por los ejecutivos de cine, quienes creían que no era atractiva, junto con su madre, quienes vigilaban su alimentación.

Para que pareciera tan niña como la pequeña actriz Shirley Temple, Judy tuvo que perder peso a base de sopa de pollo, café, 80 cigarrillos y anfetaminas, narra el diario Mundo.

En una escena de la película se deja ver como el productor le señala que puede ser reemplazada por cualquiera, excepto por su voz, esa era irremplazable.

"Judy no se parecía al resto de las estrellas de MGM. Se convirtió en este avatar para los rechazados: no lo suficientemente sexy, no lo suficientemente bonita", dijo en 2014 la periodista cultural Anne Helen Petersen en un episodio del podcast You Must Remember This.

Judy como un ícono gay

Judy se convirtió en un ícono para la comunidad gay, no solo porque su padre fue bisexual, ni por los rumores de que dos de sus cinco esposos también lo eran. Según la revista Esquire, se convirtió en un ídolo que tomó la comunidad gay por su historia de inadaptación y sufrimiento.

 

La trágica muerte de Judy contribuyó a su condición de ícono gay, la convirtió en una figura atemporal. Murió tras una sobredosis accidental de medicamentos con los que se había automedicado desde pequeña. Nadie hubiera creído que la presentación de “Over The Rainbow”  en Copenhague fuera la última.

Ross Semple, uno de sus seguidores, dijo a la BBC QUE todavía escucha religiosamente ese concierto en Copenhague. "Lloro cada vez que escucho esa grabación".

Acoso sexual den el set “El mago de Oz”

Uno de los exmaridos de Judy, Sidney Luft, escribió Judy and I: My Life with Judy Garland donde narra como la actriz sufrió abusos durante el rodaje de la película de 1939 por parte de los actores que interpretaban a los ciudadanos de Munchkin.

"Ellos le hicieron la vida miserable a Judy en el set de rodaje metiendo sus manos debajo del vestido... Los hombres tenían 40 o más años", escribió el productor y mánager, que estuvo casado con la intérprete de 1952 a 1965, y que falleció en 2005. 

"Ellos creían que podían hacer lo que les daba la gana porque eran muy pequeños", señala Luft.