El feminismo puede ser un movimiento político, un paradigma científico o filosófico y cualquier persona puede compartir e incluso, seguir sus prácticas y valores encaminados hacia la equidad y la igualdad entre las personas, para estar en contra de la violencia de género y la no discriminación. No se necesita ser de un sexo determinado para coincidir en esos valores y en esas prácticas.

El protagonismo que sobresale en algunos casos por hombres en luchas feministas es algo que a varias feministas les molesta. Me parece que el tema de la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres está mediado también en estos protagonismos, creo que se debe combatir esa brecha mediante acciones reivindicativas, sin lugar a dudas, pero también se debe apoyar la meritocracia de quienes trabajan en buenas causas o afines. Creo que aquí debe caber también la discreción y el criterio de quienes luchan por una sociedad más justa e igualitaria y no rasgarse las vestiduras entre personas que se presumen aliadas en esto, la lucha es contra el patriarcado no contra un sexo determinado.

Los estudios de las masculinidades tienen en su origen al feminismo, al menos lo tienen ciertos enfoques de las masculinidades como lo son los profeministas, que, por cierto, no son los únicos enfoques que existen al abordar las problemáticas de género de los varones, hay otros enfoques realmente esencialistas e inequitativos (ver corriente mitopoética, por ejemplo). Muchos estudios de las masculinidades, al menos en su corriente profeminista, luchan por construir modelos alternativos de la masculinidad no violentos, no homofóbicos, a favor de la equidad, luchan por descontruir al patriarcado, en eso coinciden con los feminismos. El machismo está impregnado en la sociedad y en las estructuras no sólo está adscrito al cuerpo del varón.

Si entendemos al género como una categoría relacional, la cual ha servido para evidenciar las opresiones y malestares de las mujeres, se podrá también entender que los hombres tienen que aportar en estas luchas. Aún queda mucho trabajo por el cambio histórico que los hombres debemos hacer en los cuidados personales, domésticos y hacia las y los otros, excluirles de esta tarea o dejarles solos en ello me parece un desacierto no sólo político sino tambièn social y que implica un deber del Estado a favor de la igualdad. Entre más sumemos en estas luchas, creo que estaremos en mejores condiciones de construir una sociedad igualitaria. Se trata de sumar no de restar, aunque se entienden que para ciertas acciones y en ciertos momentos cada movimiento defina sus reglas, creo que, si apoyamos un feminismo inclusivo y no punitivista también estaremos sumando a un movimiento solidario, que no genera malestar social y que es mayormente inclusivo con las diferencias, aspectos progresistas que no debemos dejar de lado.

Edgar Iván Zazueta Luzanilla

Twitter: @Edgarivanzaz

Dr. Edgar Iván Zazueta Luzanilla, es Doctor en Ciencias, con especialidad en Desarrollo Regional por el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A. C., pertenece al Sistema Nacional de Investigadores y a la Red Conacyt “Género, Sociedad y Medio Ambiente (GESMA).