Cada vez son más populares frases como “deconstruir la masculinidad” o “masculinidad tóxica”, incluso, cuando un hombre busca cuestionar el sistema sexo-género y adherirse a la lucha feminista recibe recomendaciones de iniciar cuestionando sus privilegios de hombre y deconstruyendo la masculinidad. Pero ¿Qué significa deconstruir la masculinidad? ¿Qué es la masculinidad?

Durante del Facebook Live “Criticar la masculinidad, claves para ser un buen aliado”, transmitido a través de las redes de La Cadera de Eva, Óscar González, Doctor en Estudios Latinoamericanos y profesor de la asignatura “Género y masculinidades” de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, explicó:

“Cuando hablamos de masculinidad podemos estar refiriendo múltiples campos que nombran la condición de los varones en términos de sexo y género. Es un concepto ‘paraguas’ para hablar de muchas posibilidades en términos de desde dónde situamos la idea de la masculinidad”

Existe un espectro amplio para hablar de la masculinidad, de acuerdo con Óscar, la masculinidad puede pensarse como una condición de género, “nosotros establecemos de principio la posibilidad de pensar las masculinidades como una condición de género, como la condición genérica de los varones”, afirmó el experto. 

Por su parte, el Licenciado en Comunicación Miguel Flores, quien también imparte la clase “Género y masculinidades” agregó que la masculinidad es una composición social compleja y que, aunque es condicionante, no es determinante. De acuerdo con Miguel, la masculinidad es compleja porque también está atravesada por la estructura capitalista, el colonialismo y el nacionalismo, entre otras estructuras sociales. 

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La masculinidad desde las sociedades arcaicas

La masculinidad ha sido una constante en las sociedades y ha configurado la forma en la que los hombres se relacionan con el mundo y la sociedad, incluso en la actualidad. Para Óscar es importante retomar los antecedentes históricos y señalar que existía en las sociedades más antiguas un patrón de distinción entre hombres y mujeres, donde los varones tenían jerarquías y status, mientras que  las mujeres eran solamente vistas como moneda de cambio, “la antropología le llama intercambio de mujeres y Gayle Rubin [teórica feminista] le va a llamar el tráfico de mujeres”, afirmó Óscar.

Bajo esta organización jerarquizada presente desde las sociedades arcaicas, las mujeres sirven como moneda de intercambio y son los hombres quienes intercambian mujeres. “Desde esta perspectiva ya tenemos una primera visión de la masculinidad. La masculinidad es un orden jerárquico, es un mandato y es un estado, después otras feministas van a nombrarlo como un orden patriarcal”, agregó el docente.

¿Cómo comenzar a criticar la masculinidad?

En la actualidad es cada vez más común escuchar la crítica abierta al sistema patriarcal, por ello es importante cuestionar desde dónde se inicia la crítica de la masculinidad. Aunque las masculinidades son un concepto que se ha popularizado, Óscar refirió la importancia de retomar a las autoras que sentaron las bases de la teoría feminista. “La antropología feminista es la que mayormente abonado a entender cómo se configura y cómo se constituye el género”, dijo. 

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Por su parte Miguel invitó a pensar más allá de lo que actualmente se ha popularizado como la “deconstrucción de la masculinidad” y ampliar la crítica más allá de lo emocional:

“Hay más cosas, porque tendríamos que hacer una crítica profunda a este sistema económico político que llamamos capitalismo/neoliberalismo y cuestionar nuestro deseo de ser cualquier otra cosa en el mundo, nuestro deseo de ser exitosos, nuestro deseo de ser padres, nuestro deseo de ser varones de una forma distinta, cuestionar cómo todo eso queda enmarcado en lo que el mercado nos puede ofrecer o no nos puede ofrecer”, dijo Miguel.

Asimismo, Miguel invitó a cuestionar cómo el sistema configura las relaciones de los varones frente a las mujeres y frente a otros hombres. 

Finalmente los expertos enfatizaron la importancia de escuchar la voz de las mujeres y las feministas. Miguel señaló la importancia de retomar las epistemologías de las mujeres y aprender a guardar silencio para poder escucharlas:

“Tenemos que aprender a guardar silencio y aprender de sus formas de organización política”, dijo Miguel, “Más que deconstrucción requerimos un proceso de reflexivización de nuestro pensamiento, de nuestro lugar en el orden del género”, agregó.

También, el docente señaló que la lucha de los hombres no está dentro de la lucha feminista:

“Nuestra lucha no está en el feminismo, nuestra lucha tendría que estar, en todo caso, en este filosofar activo, cotidiano y comunitario de lo común, de lo convencional, pero en una lucha que podríamos declararla antipatriarcal, critica del capitalismo, critica del colonialismo. En un techo común que compartimos con el feminismo pero que no es feminista”.