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"Yo soy la mera madre de Ángel Rangel; lo asesinó la Guardia Nacional

Esta tarde, en su misa de despedida a las 12:00 nadie vistió de negro. Su familia pidió evitar ese color para recordar al joven con alegría

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Escrito en GUANAJUATO el

Irapuato.- Hoy una funeraria de Irapuato se llenó de jóvenes estudiantes. En lugar de ir a clases fueron al mausoleo a despedir a su compañero. ¡Queremos justicia para Ángel!, gritaron. Fue asesinado por uso excesivo de fuerza de parte de la Guardia Nacional el miércoles pasado. 

Esta tarde, en su misa de despedida a las 12:00 nadie vistió de negro. Su familia pidió evitar ese color para recordar al joven con alegría, “un chavo comprometido y buen amigo”. Todos siguieron la petición, y algunos pintaron de blanco con su atuendo la capilla. Su mamá estaba vestida con una blusa roja de estampado florar, a ratos también portaba una sonrisa. 

“Yo soy la mera madre de Ángel Rangel”, dijo sonriendo mientras sostenía con ambas manos una imagen del joven vestido con atuendo vaquero. El alumno de la Universidad de Guanajuato estudiaba agronomía en cuarto semestre, al igual que sus amigos que se encontraban con él al momento de la agresión de parte del oficial de la Guardia Nacional. 

Muchos de sus compañeros llegaron vestidos con estilo charro. Además del cariño que se tenían, lo que unía su amistad era el gusto compartido por el campo, por eso muchos otros fueron usando un estilo charro. 

En la entrada de la capilla un joven, vestido de sombrero y con una rosa color blanco en la mano se aguantó las ganas de llorar para poder gritar “¿Quién nos falta?”. Todos respondieron “¡Ángel!”. Apretó los labios, agachó la cabeza y juntó las manos para aplaudir. El ataúd blanco donde descansaba el cuerpo de Ángel venía en camino.

A él se unieron decenas de aplausos más, unos acompañaron la despedida con llantos, otros se ocultaron detrás de los sombreros vaqueros y lentes de sol. Pasó el ataúd y todos giraron su cuerpo para tenerlo de frente. Nadie le dio la espalda a Ángel.  Globos blancos volaron y cohetes se escucharon.

La carroza se llevó el cuerpo de Ángel para depositarlo en el panteón Los Olivos en Irapuato, donde le dieron su último adiós al joven de 19 años asesinado.