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“Yo me casé con un traje de charro de Vicente Fernández": mariachi leonés

“Me quedó como hecho a la medida. Le dije ‘Chente nunca me has regalado nada, regálame el traje’”, cuenta entre risas

Escrito en GUANAJUATO el

León.- Adán López soñó con conocer a Vicente Fernández y se cumplió, luego deseó tocar para él y lo logró; y ya cuando formó parte de su mariachi se atrevió a pedirle prestado un sombrero para su boda, a lo que el Charro de Huentitán fue: “Mejor te presto el traje”.

La historia del mariachi de León con Vicente Fernández fue literalmente un sueño hecho realidad, un deseo cumplido. Desde que era muy joven, a los 20 años, escuchaba a Don Chente cantar y deseaba conocerlo algún día, un  objetivo que pudo cumplir cuando empezó a acudir a sus palenques. 

Adán y Vicente tenían mucho en común, ambos vivían de la música, Adán formaba parte del antiguo Mariachi Chapala de León, agrupación que integraba junto con sus primos Miguel y Ricardo Becerra y que acompañaba a distintos artistas del país.  

Adán le canta "Paloma Negra" a su esposa en sus bodas de plata. (Foto: Patricia Robles / La Silla Rota)

Su incursión en la música comenzó con dudas e incertidumbres y por poco y nunca llega a decir “Chente me prestó su traje para mi boda”, pero una impulso de seguridad lo cambió todo. Cerca de los 23 años, Adán fue invitado por sus primos Miguel y Ricardo a unirse al Chapala, pero él no se sentía calificado, en los setentas era una de las agrupaciones favoritas de todos los músicos mexicanos. Finalmente dijo que sí.

Los primos Becerra y López acompañaron a Vicente por décadas y estimulada por el tiempo y la convivencia, la relación laboral entre los tres leoneses y Don Chente se transformó en una amistad, tanto así que Adán se atrevió a hacer una petición muy personal a una de las estrellas del continente americano más populares del momento.

El traje llevaba en la espalda una águila comiéndose una serpiente bordada con hilos dorados. (Foto: Patricia Robles / La Silla Rota)

“Yo había mandado a hacer un traje de charro para mi boda de plata pero solo me faltaba algo, le dije: ‘Chente, ¿me prestas un sombrero?’”.

Adán recuerda que se lo dijo en serio y aunque también estaba abierto a la posibilidad de que la respuesta fuera negativa, no esperaba que lo que le diría Don Vicente al final sería algo más allá de lo que imaginó. 

“‘No, pues te presto el traje”, me contestó, ‘ay, ¿apoco eres capaz?’” repite Adán las palabras que intercambió Chente.

Acompañado de sus amigos y compañeros mariachis, la pareja baila el vals. (Foto: Patricia Robles / La Silla Rota)

Vicente le prometió que cuando se vieran en un palenque de Querétaro se lo daría a cambio de que él lo regresara después de su boda cuando se reencontraran en León, y así se cumplió. 

“Me quedó como hecho a la medida. Le dije ‘Chente nunca me has regalado nada, regálame el traje’”, cuenta entre risas.

Con traje negro con hilos dorados, sombrero blanco, pistola enfundada en el lado derecho de su cintura y su esposa abrazada de su brazo, entró Adán López al salón y comenzó a cantarle “Paloma Negra” a su esposa. 

A diferencia de los cuentos de hadas, el encanto no acabó a la medianoche, bailó y cantó toda la noche en la “piel” de Vicente Fernández. 

“Es que era bien buena onda con nosotros”, recuerda el músico leonés de 62 años, según sus palabras Vicente fue un hombre generoso con todos sus colaboradores, a quienes no solo respetaba como artistas, sino como amigos. 

PR