León.- Era julio de 1921, un día normal en la ciudad de León, Guanajuato. En el Centro Histórico la actividad de ese viernes era normal, los panzas verde hacían sus quehaceres diarios. Mientras, en un lote, ponían manos a la obra en la construcción que poco tiempo después se convertiría en un ícono de León: el Templo Expiatorio.
Las historias que rodean esta histórica construcción son muchas, unas hablan de pasadizos secretos por los que los cristeros huían, exorcismos y el fin del mundo, sí. Su edificación tardó décadas, se esperaba que en el 2012 se terminaran pero hasta la fecha se discute si aún queda más por agregarle, entre los leoneses existe el chiste interno de que el día que sea concluido, será el fin del mundo.
El Templo Expiatorio es reconocido a nivel mundial, miles de artículos académicos, culturales e históricos hablan de esta construcción centenaria.
El catalogado como Monumento Histórico fue ideado por el padre Bernardo Chávez Palacios. La historia cuenta que después de haber estado confesando a los fieles se inspiró para solicitar que se llevara a cabo esta obra. Al obtener la autorización de la Diócesis arrancó el proyecto que se llamaría Templo Expiatorio del Sagrado Corazón de Jesús.
La arquitectura pertenece al estilo neogótico. Cada detalle guarda una historia y significado, en sus vitrales están plasmados pasajes bíblicos y la imagen de Dios y los Santos; el piso fue elaborado en Brasil; tiene 7 catacumbas con mil 919 criptas cuya construcción fue interrumpida gracias a la devastadora inundación de 1926.
La obra se pausó poco tiempo después de su inicio gracias a la Guerra Cristera. Fue hasta 1930 que se comenzaron a oficiar misas y la llegada de miles de personas que no paró jamás.
Foto: La Silla Rota / Patricia Robles
Se convirtió en un atractivo turístico pero es importante no olvidar su valor cultural y religioso. Para la Iglesia Católica, asistir a una misa especial en el Expiatorio podría ganarle indulgencia plenaria.
Su construcción, según muchos, no termina; así que para los leoneses la leyenda aún no se convierte en profecía, el mundo seguirá existiendo unos cuando años
Foto: La Silla Rota / Patricia Robles
PR