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UG: 72 horas en paro

Nunca se había visto algo semejante en la Universidad de Guanajuato. Aquí la crónica puntual de cómo se gestó el movimiento estudiantil en cuestión de horas. Los estudiantes de la UG están haciendo historia

Escrito en GUANAJUATO el

Tras el feminicidio de Ana Daniela Vega y la encrudecida violencia sistemática hacia estudiantes tanto de la Universidad de Guanajuato como de otras instituciones educativas, alumnas y alumnos convocaron a diversas manifestaciones. La primera fue el martes, encabezada por integrantes de la Red de Movimientos Feministas.

Esta movilización tuvo como punto de encuentro la Alhóndiga de Granaditas, donde inicialmente alrededor de 400 mujeres, todas de negro y algunas con pañuelos que cubrían sus ojos y boca, comenzaron la protesta. 

Entre performance, gritos, consignas y cánticos causados por el enojo e impotencia, las mujeres en una sola voz izaron su inconformidad ante los acontecimientos tan terribles que viven en la ciudad y el país; feminicidios, acoso y violencia de género. 

Durante la movilización, se realizó el performance “Un Violador en el Camino”, un cántico que se ha posicionado en todo el mundo como himno y estandarte feminista ante la violencia machista. 

Después de poco más de una hora, el contigente se movilizó hacia el Teatro Juárez. Durante el transcurso, cada vez más personas se sumaban tomando las calles del centro histórico, conformando una marcha de casi mil personas, quienes ascendieron hacia la basílica encendiendo las luces de sus celulares mientras avanzaban en silencio con las manos en alto. 

Al llegar al Teatro Juárez, el contigente se dispersó acaparando todas las escalinatas y el pórtico, con las ocho musas que coronan este edificio de su lado, con sus fuertes y enérgicas consignas conquistaron el viento y los sentidos de cada expectante.

Parte de sus reclamos y ante una serie de polémicos casos relacionados con abusos y hostigamientos sexuales cometidos por estudiantes y maestros dentro de la comunidad universitaria, se gritó fuerte la consigna “La UG no me cuida; me cuidan mis amigas”, éste último, a causa también de la falta de protocolos efectivos para atender y sancionar verdaderamente situaciones de violencia, abuso y acoso sexual. 

“Daniela no está sola, ustedes tampoco; ¡ya no más!”

No es con una abeja; es con todo el enjambre

Una segunda convocatoria fue emitida. Ahora, alumnos y alumnas de todas las facultades que articulan la academia UG, se concentraron desde las cinco de la madrugada en el edificio central de esta casa de estudios, ubicado en el centro de la capital. 

Ni el frío o la distancia fueron impedimento para que desde el inicio más de 100 personas estuvieran ya con pancartas y consignas que exigen justicia para las y los estudiantes que han desaparecido o han sido asesinados. Y, ante ello, visibilizan la omisión de autoridades universitarias, municipales, estatales. 

En punto de las 9:15 de la mañana, la calle que enmarca la Universidad de Guanajuato ya estaba tomada por más de 600 alumnos que dominaron el viento, haciendo eco en todo el centro histórico. 

Es aquí cuando una comitiva de la Rectoría, encabezada por Cecilia Ramos (Secretaria General), intentó negociar con los estudiantes, ofreciendo organizar una comisión para entablar diálogo con el rector. Sin embargo, el medio millar de alumnas y alumnos, no cedieron; fijaron su postura en que si hay un diálogo, será con todos los alumnos y no con una comisión improvisada. 

Durante el intento de negociación y con el lema «Sin los cuatro no hay trato», estudiantes leyeron el pliego petitorio, cuyo documento se exige que sea firmado en un solo recinto, en un solo momento y a puño y letra por cuatro personas: Diego Sinhue Rodríguez Vallejo (gobernador de Guanajuato), Luis Felipe Guerrero Agripino (Rector General), Carlos Zamarripa Aguirre (Fiscal General) y Alejandro Navarro Saldaña (presidente de Guanajuato capital). 

Ante estas condiciones, a las autoridades universitarias instruidas por el Rector, no les quedó más opción que entregar el megáfono e irse sin cumplir el cometido de llegar a un acuerdo. La protesta siguió por horas y horas. El contingente seguía creciendo, por lo que se tomaron las dos principales calles del centro capitalino. 

Siendo casi las dos de la tarde, Luis Felipe Guerrero Agripino intentó negociar por segunda vez. A través de un comunicado, manifestó estar dispuesto a dialogar con los estudiantes, «siempre y cuando sea de forma ordenada». No obstante, volvió a ser rechazada su propuesta.

A partir de este momento, no hubo otro diálogo entre estudiantes y autoridades universitarias para consolidar un acuerdo. Las horas pasaban, y la energía inagotable de las y los jóvenes se notaba, no había lugar para el cansancio...

Entre cánticos, bailes y más consignas, a las cuatro de la tarde una parte del contingente decide movilizarse. Ahora el Teatro Juárez era parte de los recintos que habían tomado, sumándose a los edificios de Química, Museo de la Universidad de Guanajuato, las bibliotecas, DCEA, la facultad de Ingenierías y Arquitectura, entre otros.

A las 7:45 de la noche, más de 300 estudiantes se plantaron a las afueras de la Presidencia Municipal exigiendo la presencia del alcalde Alejandro Navarro, quien a los pocos minutos salió junto al Secretario de Seguridad, los directores de Protección Civil, Fiscalización, Servicios Públicos y el Secretario de Ayuntamiento. Aunque Navarro ofreció firmar dicho pliego petitorio en ese momento, la reacción colectiva estudiantil lo rechazó, y reafirmaron la postura de que esa acción debe realizarse junto al Gobernador, el Fiscal y el Rector. 

Aquí fue donde se le convocó al Alcalde para que asistiera al día siguiente (jueves) a las diez de la mañana para que él y las demás autoridades firmaran y se comprometieran con el cumplimiento del pliego petitorio. 

Cayó la noche, pero el ánimo de lucha seguía muy arriba. Personas anónimas llevaban cobijas, café, agua, medicamentos y comida para las y los alumnos que hicieron guardia ahí, en la calle Lascurain de Retana, recostados sobre los adoquines y algunos utilizando las pancartas para cubrirse del frío.

Comerciantes mostraron su unidad a la huelga, ofreciendo tamales, tacos, elotes y panecillos a las y los alumnos que se cimbraron en las calles del edificio central.

A la mañana siguiente y después de 26 horas consecutivas protestando, un grupo de estudiantes tomó bolsas y escobas para limpiar las zonas donde se habían concentrado. Todo estaba listo para llevarse a cabo el encuentro con las cuatro autoridades e iniciar un diálogo. Con credencial en mano que los identificara como alumnas y alumnos de la Universidad de Guanajuato, los y las jóvenes conformaron dos filas para entrar en orden al Teatro Principal. 

Mientras esto ocurría, el primero en llegar fue el rector Luis Felipe Guerrero Agripino, quien se mantuvo a un costado de las escaleras de acceso mientras llegaban los demás convocados. Minutos después arribó el presidente municipal Alejandro Navarro, quien al principio se mantuvo distante y ocasionalmente se paraba de puntitas para ver a quién veía. 

Sin previo aviso, sin escoltas ni asesores a la vista, como casi nunca anda, arribó el gobernador Diego Sinhue, quien a su paso se encontró con el alcalde Navarro. Ya los tres juntos, Sinhue, Agripino y Navarro, subieron a la puerta para ingresar al recinto. Sin embargo, los estudiantes con contundencia y respeto, expresaron: “… Primero entran los estudiantes”, lo que hizo que las tres autoridades regresaran, esperando indicaciones de los y las estudiantes. 

Sin Los Cuatro No Hay Trato; se rompe encuentro

Una vez que entraron estudiantes, pasó la prensa, y al final tres de las cuatro autoridades citadas para consolidar un primer acuerdo llegaron. En el escenario había cuatro sillas y una de ellas desocupada; era el lugar del Fiscal General Carlos Zamarripa Aguirre. Inicialmente, estudiantes de pie y con los puños arriba rindieron un minuto de silencio “para todas las abejas (emblema de la Universidad de Guanajuato) que ya no están”.

Ante la ausencia del Fiscal Carlos Zamarripa Aguirre, los estudiantes cumplieron lo advertido: “Sin los cuatro no hay trato”, manifestaron rompiendo la posibilidad inmediata llegar a un acuerdo. “Regresen a sus sedes, compañeros, el paro sigue”.

Con el mismo orden como entraron, así salieron los y las estudiantes del Teatro Principal, dejando a Diego Sinhue, Luis Felipe Guerrero Agripino y a Alejandro Navarro parados, solos y sin acuerdos en el templete, debido a la ausencia del fiscal. 

La retirada de Agripino

Había dos frentes, uno integrado por más de 500 estudiantes que mantienen tomado el edifcio central y sus calles aledañas. En e otro lado y que se venía acercando, estaba encabezado por el Rector General, Luis Felipe Guerrero Agripino y parte de sus asesores. Con los puños en alto y en silencio, los estudiantes dirigieron el camino del Rector, quien leía en su mente las pancartas y mantas en su contra mientras asentaba con la cabeza.

En ese momento, las y los alumnos en protesta rodearon todo el edificio central en silencio, mientras el Rector se dirigió a su vehículo para retirase, al igual que el goberndor Diego Sinhue y el alcalde Alejandro Navarro… ¡Sin acuerdo! 

Cumpliendo más de 60 horas sin parar, la huelga siguió.