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Testigo desmiente: La Guardia Nacional nunca les hizo el alto a estudiantes

Ángel vivió momentos de pánico antes de morir, también Edith, su compañera herida en el ataque. Testigo relata que los elementos les dispararon sin decir nada

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Escrito en GUANAJUATO el

Irapuato-. La versión que circuló sobre el ataque de elementos de la Guardia Nacional a cuatro estudiantes de la Universidad de Guanajuato fue que los militares les pidieron a los jóvenes que se pararan y ante la negativa, una vez que avanzaron en su vehículo, les dispararon, pero no fue así. El pasado 27 de abril los hechos ocurrieron de otra forma, dice uno de los sobrevivientes. 

Eduardo fue testigo del ataque, pues era el que conducía la camioneta Ford ese día, en la comunidad El Copal. El estudiante de la Ingeniería en Agronomía desmintió esta interpretación y en el testimonio que dio ante el Ministerio Público y a sus compañeros, detalló que la Guardia Nacional nunca les pidió pararse.

El miércoles pasado, Eduardo convivía con sus compañeros de carrera: Ángel, de 19 años, Edith, de 22 y Laysa. Los cuatro descansaban y tomaban unas cervezas debajo de un árbol que está en un predio de El Copal, a unos 100 metros del campus de la UG.

A un lado de donde descansaban hay unos ductos de Petróleos Mexicanos, en donde comúnmente los elementos de la Guardia Nacional hacen operativos, y que según su versión oficial, ese día cumplían con esta estrategia.

Un hecho extraño fue que ese día un señor en bicicleta les tomó una fotografía a los jóvenes, sin que en ese momento ellos lo vieran con preocupación. Minutos después, elementos de la Guardia Nacional llegaron al terreno y los estudiantes prefirieron irse para evitar problemas, contó Eduardo.

En ningún momento los elementos les pidieron detenerse o someterse a una revisión. Por este motivo Eduardo aceleró a su camioneta para ir de regreso a casa, detrás de los otros dos vehículos donde viajaban otros 8 compañeros.

En ese momento se escuchó que un disparo perforó el medallón. Eso no lo hizo pararse, Eduardo manejó más rápido, con temor y las manos temblando.

En su testimonio dice que se dio cuenta que las balas hirieron a su amigo Ángel porque este recargó su cabeza en su brazo, desangrándose. Al mismo tiempo Edith estaba lesionada por el disparo que recibió en el brazo izquierdo.

Los elementos dispararon del lado del copiloto, donde iban Ángel y atrás de él Edith. Laysa y Eduardo sobrevivieron y resultaron ilesos del ataque.Los balazos causaron momentos de caos y tensión, Eduardo solo pensaba en ir a atender a sus amigos.

Ángel murió casi al instante, su amigo se detuvo en la calle principal de El Copal, a unos metros de la UG, pero su compañero ya había muerto.

Actualmente Edith Carrillo está hospitalizada en la clínica T-1 del IMSS en León, se recupera de la herida y de acuerdo con las autoridades está estable.

El día del ataque la Guardia Nacional informó que un elemento se bajó de la unidad y disparó de forma unilateral, pero el presidente Andrés Manuel López Obrador detalló este lunes que fueron dos guardias nacionales los involucrados.

El primer acusado identificado como Iván, fue detenido pero liberado a los pocos días porque un Juez Federal determinó que sus balas no coincidían con las usadas en el ataque.

El segundo elemento acusado fue un marino, que actualmente está preso y tendrá una audiencia este 6 de mayo.

La muerte de Ángel Yael Rangel indignó al país. Cerca de 7 mil estudiantes de la UG protestaron en las escalinatas de la casa de estudios, en la capital, para pedir justicia por su homicidio. 

IO