Main logo

Silvia almacena agua de lluvia para bañarse; ella pide El Zapotillo

Los vecinos de El Caserío tienen 14 años sin agua potable. Ellos esperan El Zapotillo

Por
Escrito en GUANAJUATO el

León.- La señora Silvia Vega tiene adaptado en su casa un sistema casero para captar el agua de lluvia. No tiene de otra. Debe hacerlo así para aprovechar gota a gota. Su marido diseñó el sistema: El techo de su casa conduce a una canaleta que lleva hasta un tubo que concentra el chorro de agua. Después, el chorro va directo a un barril de plástico. Con una buena lluvia, Silvia puede captar hasta medio barril en un día.

“La necesitamos. Por eso no la dejamos perder”, dice. 

En la colonia El Caserío -en la zona de Las Joyas-, no saben lo que es abrir una llave y recibir cómodamente agua pura y potable. Los vecinos tienen que arreglárselas para captar agua de lluvia, traer agua de la toma comunitaria y guardarla en barriles, cubetas y tinacos para todas las actividades cotidianas que requieren agua.

“Para tomar agua llenamos garrafones de la toma domiciliaria. Para lavar la ropa y hacer el aseo, llenamos los tinacos y barriles. Y para bañarnos o echarle al baño agarramos el agua de la lluvia”, platica Silvia Vega, una señora que tiene 14 años viviendo sin líquido.

“Necesitamos mucho el agua, pues tenemos las tomas nada más”, cuenta Silvia, quien tiene la esperanza de que algún día llegue el agua potable en una llave adentro de su casa.

Además de buscar y procurar el agua para su hogar, ahora Silvia Vega tiene una nueva preocupación: la presa de El Zapotillo ya no dará agua a León.

“A lo que se dice en las noticias que El Zapotillo pues no nos van a dejar el agua para León. ¿Qué vamos a hacer?”, dice la señora. “Queremos una solución. ¿Se imagina?, unos con agua y otros sin agua y así hay que vivir, pero también que haga algo el Gobierno”, agrega Silvia, afuera de su casa.

De acuerdo al Censo 2020 del INEGI en Guanajuato el 2.7 por ciento de la población no tiene agua entubada en su casa. Una de las regiones en donde no hay agua en León es en la colonia El Caserío, localizada en la región de Las Joyas. Este fraccionamiento irregular comenzó a habitarse hace 15 años y todavía no llegan los servicios. No hay agua potable, no hay drenaje y no hay energía eléctrica. Los vecinos tienen que robarse la luz con diablitos -mediante un sistema improvisado de palos de madera-, y construyen fosas sépticas en sus viviendas para hacer del baño.

Aunque en El Caserío sí hay tomas comunitarias del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de León (Sapal), pero no es lo mismo. A tres cuadras de distancias de la casa de Silvia hay una toma comunitaria y ella debe instalar una manguera de más de 200 metros para llenar el tinaco que tiene en el patio. “Llenamos los dos tinacos con agua de la toma comunitaria y los barriles con el agua de la lluvia. Así nos alcanza para hacer la comida, lavar la ropa, echarle agua al baño y bañarnos”, platica Silvia. Ella tiene 3 hijos en casa. Su marido se dedica a hacer trabajos de albañilería.

Decenas de personas viven sin agua en El Caserío.

Otra señora del rumbo, María Aracely Manzano, muestra preocupación por el tema de El Zapotillo.

“¿Qué vamos a hacer sin agua?. No vamos a tener nada de agua”, platica María Aracely mientras carga a su niña en los brazos. “En estos barriles guardamos el agua. La cuidamos mucho. Tenemos que llevar la manguera, como de 100 metros, a la toma de agua y llenamos el tinaco y los barriles. Llenamos el tinaco dos veces a la semana pero a veces hay mucha gente”, dice la señora.

María Aracely Manzano afirma que León va a necesitar el agua de la presa.

“Nosotros ya pedimos el agua. Ojalá que el Gobierno escuche”, dice.

La colonia El Caserío es irregular y eso impide el acceso a los servicios públicos. Los vecinos no tienen papeles, no tienen escrituras, ni títulos de propiedad. Por lo mismo el Gobierno no puede llevar agua, ni luz, ni alumbrado público. No hay drenaje. Las calles son de tierra y ellos han construido un sistema de energía eléctrica con palos de madera.

“Nosotros cuidamos mucho el agua”, explica María Aracely, a un lado de los barriles.

Los vecinos de El Caserío han aprendido la importancia de cuidar el agua como si fuera un tesoro. “Si no la cuidamos, se llena de maromeros y solo sirve para el baño. Como no tenemos agua, la cuidamos más que otros”, platica.

PR