Main logo

Si no luchamos juntos, nos matan por separado: Pueblos Unidos vs cárteles

Habitantes de cuatro municipios se han levantado en armas para defenderse de la violencia de los cárteles en Michoacán

Por
Escrito en ESTADOS el

ARIO DE ROSALES, MICH.- El reciente grupo de pobladores que se han levantado en armas en Michoacán y que se autodenominan Pueblos Unidos, tienen una premisa: “Si no luchamos juntos, nos matan por separado”.

También lee: Acusan a responsables de seguridad en Michoacán de aliarse con CJNG +video

Aclaran que no son autodefensas, ni guardias comunitarias; son pueblos enteros de cuatro municipios, que se armaron contra el asedio y abuso de los diferentes cárteles.

Incluso, denuncian, para “hacer el trabajo de seguridad que le corresponde a las autoridades municipales y federales, omisas y coludidas con el crimen organizado”.

EL INICIO

En julio del año pasado se desbordó la desaparición de hombres, mujeres y jóvenes en el municipio de Ario de Rosales, donde su principal actividad económica es la producción de aguacate.

Otras víctimas eran privadas de su libertad, torturadas y en el mejor de los casos regresadas bajo amenazas a su lugar de origen, a manos de una célula criminal del CJNG.

Unos habitantes eran asesinados, pero otros más desaparecidos en esa región donde converge la zona fría con la tierra caliente del estado.

Rubén de Jesús González Gómez, presidente municipal de La Huacana, se hizo acompañar de uno de los jefes de plaza, para que Pueblos Unidos dejara de movilizarse.

 Se trata de un objetivo criminal y sobrino de Miguel Ángel Gallegos Godoy “Migueladas”, lugarteniente del Cártel Jalisco Nueva Generación.

El acuerdo fue que se reestablecería el flujo vehicular y que la célula criminal no iba a meterse más con los habitantes de Ario de Rosales y sus comunidades, recuerdan.

Los productores de aguacate, comerciantes y jornaleros, también eran extorsionados, secuestrados y en algunos casos asesinados por el Cártel de Los Viagras.

Acusaron que la organización criminal que lideran los hermanos Sierra Santana, también cobraba derecho de piso e incluso se apoderó de control del comercio.

Cansados del asedio criminal, un grupo de agricultores aguacateros de las comunidades de San José de Chuén, Rancho Nuevo de Chuén, Buen Suceso y Toyonguio, de Ario de Rosales, tomaron una decisión: levantarse en armas.

En acuerdo con los habitantes de esa franja colindante entre La Huacana y Ario de Rosales, los iniciadores de este movimiento instalaron barricadas con civiles armados.

Eso evitó que el CJNG y Los Viagras continuaran con sus abusos contra la población y ese movimiento cobro fuerza; se extendió pueblo por pueblo a cuatro municipios.

LAS BARRICADAS

Las barricadas de los Pueblos Unidos se extendieron a lo largo y ancho de los municipios de Ario de Rosales, Nuevo Urecho, Salvador Escalante y Taretan.

Una vez que lograron pacificar a sus comunidades y bajar el índice de delitos de alto impacto hasta en 90%, la lucha civil armada se reorganizó.

Cuentan que tuvieron un lapso de paz y tranquilidad cercano a los 6 meses, hasta que uno de sus integrantes fue privado de la libertad por el CJNG.

Raúl Medrano Álvarez salió el 3 de junio de su tierra natal Tomendán, municipio de Taretan, de donde se trasladó a Nueva Italia, municipio de Múgica.

El agricultor iba a visitar a su novia y a realizar un trámite a las oficinas del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) municipal.

Pueblos Unidos buscó por distintas formas que les regresaran al comunero y lo que recibieron fue, el 6 de junio, un ataque del CJNG, donde murió un poblador.

“Lo que exigimos es que liberen a mi hermano con vida. Él es campesino. No nos han hecho llamada para rescate; no nos han pedido dinero”, explicó un familiar de Raúl.

“Es la primera vez que pasa esto. Le atribuimos esto a que participamos en las barricadas y ese fue el pretexto para levantarlo”.

Eso hizo que reforzaran su seguridad y que implementaran una serie de movilizaciones y bloqueos sobre la Autopista Siglo 21 y en las vías del tren a la altura de Tomendán.

A menos de 15 kilómetros, en otra de las barricadas, uno de los comandantes explica a LA SILLA ROTA cómo trabaja ese movimiento de civiles armados:

“Aquí el movimiento que usted está mirando es gente de Pueblos Unidos. Al principio se levantó en armas contra un cártel llamado Los Viagras”.

“Inició en el municipio de Ario de Rosales, porque la gente ya estaba cansada de lo que esas personas (Viagras) estaban haciendo”, expuso el comunero que pidió anonimato.

Dijo que, pobladores de otros lugares se unieron a ese movimiento al ver que lograron combatir y desterrar a los criminales.

El mando explicó que entre los mismos comuneros adquirieron las armas con las que los agricultores y jornaleros, hoy confrontan a las organizaciones criminales.

“Porque usted sabe que para luchar contra un cártel, no puedes andar así con una pala”, expresa el hombre, que se hace acompañar de su arma larga.

Ahora, dice, su lucha se ha intensificado por el secuestro de uno de sus hermanos de lucha y de quien exigen sea liberado sano y salvo, aunque no confían en las autoridades.

PUEBLOS UNIDOS ES PARA TODA LA VIDA

En Ario de Rosales, otro de los representantes mencionó que son cerca de 59 puestos de vigilancia y control los que han establecido en ese corredor aguacatero.

Señala que esas barricadas están conformadas por puros pobladores, a los que les toca vigilar una vez cada tres o cuatro semanas, sin descuidar sus actividades laborales.

Enfatizó que es igual de importante el trabajo de las mujeres desde su actividades, que el de los hombres que están en las barricadas.

Por eso es que advirtió que ello, les ha permitido fortalecerse y que habitantes de otros municipios les pidan el apoyo para levantar a sus comunidades en armas.

Empero, sostuvo, no como autodefensas, ni guardias comunitarias, sino como pueblos autónomos, unidos por una misma causa: velar por la seguridad de sus familias.

Por eso advirtió que se extenderán si otros pueblos quieren hacerse cargo de su propia seguridad, ante la omisión y corrupción de las policías locales y del gobierno federal.

Esta lucha y este movimiento, no será solo por un tiempo, sino que, esperemos, sea para toda la vida, porque solo se puede confiar en la misma gente de un pueblo


esc