León.- Una noche de Halloween, dos pasajeros que van a una fiesta de disfraces abordan un taxi, el carro es conducido por Lotta, una mujer que pinta la monótona vida de muchos de sus clientes de alegría, empatía y optimismo ¿Cómo le hace? con una peluca y maquillaje.
Lotta en realidad se llama Martha Sánchez y desde hace un par de años dejó su vida “común” como empleada de tienda departamental para convertirse en una conductora de taxi un tanto diferente. Lotta deseaba darle un giro a su vida, convivir con las personas, compartir historias y ser más independiente, descubrió que el camino que la conduciría a ello sería -literalmente- estar detrás del volante.
“Aquellas personas que les notas un semblante serio, apagado se ríen y me cuentan que su día ha sido pesado, agotador y al verme se ríen, se alegran, carcajeamos juntos”, recuerda la conductora mientras suelta una risa.
“Creo que yo la conozco” dice un chico después de ver una foto de Lotta caracterizada como catrina, por supuesto, ella es difícil de olvidar. La joven mujer maneja todos los días con una peluca, maquillaje excéntrico y con un vestuario ad hoc a la época, en Navidad usa un sombrero de Santa Claus y adorna el tablero de su auto con una pequeña villita navideña. En esta ocasión, por ser Halloween, decidió usar una peluca de colores, en su tablero hay un sombrero de brujita y en el techo una araña negra.
“La gente me da las gracias por transmitirles la vibra alegre que llevo conmigo, lo disfruto al máximo. Creeme que a parte de hacer mi trabajo, verles una sonrisa en el rostro es el mejor pago que recibo. Paso en mi auto tantas horas que verles sonreír sin duda es la cereza del pastel”, cuenta Lotta mientras va a dejar a sus pasajeros vestidos con disfraces de alien y astronauta.
A pesar de su excéntrico estilo que atrae miradas y despierta curiosidad, lo que en realidad hace a Lotta inolvidable es su carácter alegre, el cuál comparte con los demás sin importar la situación que esté viviendo.
Un sobrerito de bruja está adornando su tablero.
“Es poder tener una dosis de infancia, de poder reír, olvidar por unos instantes la vida adulta, es regresar por unos días a esos momentos donde lo importante era disfrazarnos, pedir dulces y al final, poder disfrutar de ese momento dulce que nos ofrecían aquellos caramelos que las personas nos obsequiaban”, comenta.
“Nada dura para siempre, los momentos difíciles se acaban”
Como todo el mundo, la conductora ha vivido momentos difíciles a lo largo de su vida, pero considera que así como todo viene, todo se va. Un tiempo atrás se tuvo que enfrentar a una situación complicada en la que perdió parte de su patrimonio, admite que lloró y se molestó, pero recuerda más lo que pensó después, supo que todo tiene un lado bueno e incluso pudo nombrar las cosas positivas que llegarían con la despedida de su objetos perdidos.
La noche previa a Halloween, Lotta optó por llevar una peluca de colores
En el trayecto a la fiesta de disfraces Lotta explica un poco de su seudónimo, proviene de una película brasileña que vio una vez, se llama Flores Raras. La historia narra la relación amorosa que surge de manera inesperada entre la poeta estadounidense Elizabeth y la arquitecta brasileña Lota. La conductora se identificó con el personaje de Lota y, siéndole fiel a su personalidad indiferente a prejuicios, lo adoptó.
Ya cerca del destino, Lotta cuenta que también lleva su actitud social a las redes, donde creó un espacio para que los miembros de la comunidad LGBT puedan distraerse. Por medio de su página “Por Amor al Arte", Lotta busca hacer reír a las personas como lo hace al volante.
“Ten, les doy su calaverita”, dice antes de espedirse mientras estira la mano para entregar dos paletas de caramelo. El viaje concluyó, los pasajeros están en su destino y la chofer tiene que ir en busca de más clientes por sorprender.
PR