El grupo de rescate animal Huellitas UG transmitió a través de su página de Facebook el momento en que acudieron al rescate de una perra que, de acuerdo a la versión de la dueña, había salido de su casa hace dos días.
Huellitas UG es un grupo de personas que se dedican a buscarle hogar y familia a los perritos y perritas desamparados. Lo hecho ocurrieron el pasado lunes.
En una primera transmisión, una de las integrantes de este grupo relata que una mujer les pidió ayuda para recuperar a su perrita, que estaba en manos de unas personas que venden pulseras y collares a las afueras del templo de San Francisco, en el centro de Guanajuato capital.
Durante la grabación de casi once minutos, las rescatistas explican la situación y señalan al responsable de tener a la perrita, a quien además lo acusan de extorsionar, pues aseguran que pidió mil pesos de recompensa si querían de vuelta al animal.
Después de unos minutos y mientras la transmisión continuaba, el hombre señalado se acerca a las rescatistas y reconoce que tiene a la perrita, pero después se contradice y asegura que unos muchachos se la llevaron. Asegura que se trata de una banda "de muy malos" y que ellos son los que están pidiendo, a través de él, el rescate.
Por su parte, miembros de Huellitas UG no respondieron ante estos comentarios y decidieron llamar a la policía.
Pasaron unos instantes para que un elemento de la policía municipal llegara y abordara a dicho hombre, quien nuevamente exigió el pago de una recompensa para devolver a la perrita.
Durante ese encuentro, aparece una mujer con mochila al frente, quién comenta que esa perrita se la encontraron en la calle y que por lo menos se debe pagar el alimento que se consumió. En este sentido, el policía municipal confirmó que el pago de una recompensa no es obligatoria. En este momento el hombre desapareció. La mujer de la mochila, de quien no se conoce relación con el sujeto, insiste que la perrita representó gastos y que es justo el pago de mil pesos.
En una segunda transmisión, ya sin la presencia policial, reaparece la mujer de la mochila llevándose a la perrita con una correa; una de las rescatistas decidió actuar y cargó a la perrita para resguardarla.
El hombre vuelve a escena y comienza a forcejear para llevarse a la perrita. La perrita confundida, en los forcejeos incluso se orina. La intensidad aumenta y llega a los empujones.
Al final, el sujeto fue remitido por la policial municipal y la perrita regresó a su propietaria.