León.- El ingeniero Agrónomo Napoleón Elizalde del Castillo Negrete era un hombre reconocido en la comunidad de Punto Verde, en León: uno de los pioneros del fraccionamiento, y también de los socios más antiguos del club deportivo, donde a sus 68 años acudía con regularidad a nadar o a hacer pesas.
Mantenía una buena relación con los vecinos, principalmente con los de su cuadra, en la avenida del Deporte, la principal de la colonia. Los guardias del fraccionamiento le respondían el saludo diario; la caseta de vigilancia está muy cerca de la casa del ingeniero Napoleón.
Estaba separado, y tenía dos hijas que también asistían al deportivo.
Era egresado de la Escuela Nacional de Agricultura Chapingo, Generación 1970 – 1977, y fue encargado del Campo Experimental Forestal Zoquiapan, Chapingo; profesor-investigador de tiempo completo en la Universidad Autónoma Chapingo; ocupó diversos puestos en el gobierno federal, en la entonces Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH) en Guanajuato. En el gobierno estatal, fue director forestal en la Secretaría de Desarrollo Agropecuario y Rural.
Fue coordinador de la Cuenca Lerma-Chapala, en la Semarnat en Guanajuato, asesor del subsecretario de normatividad de la propia dependencia, y finalmente subdelegado de planeación de la Semarnat.
Por eso, la noche del miércoles causó gran sorpresa cuando personas no identificadas sorprendieron a Elizalde del Castillo. Él estaba en la cochera de su casa y fue acribillado.
BALAS SE OYEN HASTA EL CLUB
"Hasta acá se escucharon las detonaciones, fueron como unas quince", dijo un socio del club, quien a esa hora (19:20) iba saliendo de hacer ejercicio. Estaba abriendo la cajuela de su auto para guardar su maleta deportiva, y oyó el estruendo.
Ya cuando se iba, al pasar por avenida del Deporte hacia Paseo de Jerez vio el movimiento de gente y que iba llegando una ambulancia de Bomberos. Los socorristas llegaron pronto, pues tienen su cuartel muy cerca de ahí.
En realidad no fueron 15 balazos: en el lugar, los elementos de la Fiscalía recogieron siete casquillos.
Los testigos dijeron que el crimen fue cometido por una sola persona, un hombre que huyó corriendo hacia Paseo de Jerez.
Don Napoleón estaba muerto, en la cochera de su casa, con la cabeza atravesada por las balas.
Las causas del asesinato son totalmente un misterio: el ingeniero no tenía, que se supiera, cuentas pendientes con persona alguna. Los vecinos creen que fue un intento de asalto, pero apenas comienza la investigación a cargo de la Fiscalía del Estado.
CV