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Nancy, la francesa secuestrada y torturada por el "Comandante Emilio"

Se cumplen cuatro años del secuestro de la francesa Nancy Michel, quien fue torturada y mutilada durante tres meses a manos del Comandante Emilio

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Escrito en GUANAJUATO el

“Las Flores, señora”. Esa fue la última frase que escuchó Nancy Michel antes de pasar 78 días en cautiverio y bajo tortura en una pequeña casa de San Miguel de Allende, considerada la “Mejor Ciudad Pequeña del Mundo”.

La Silla Rota tuvo acceso al expediente que describe los días de violencia y tortura que vivió Nancy durante su secuestro en 2017, orquestado por Raúl Escobar Poblete, alias “El Comandante Emilio”, un chileno que en ese tiempo se encontraba prófugo de la justicia luego de ser acusado de varios asesinatos en su país natal.

El 13 de marzo del 2017 fue el último día de la rutina de Nancy Michel. Eran las 11:30 de una mañana normal para la mujer franco americana residente en San Miguel de Allende.

Michel caminaba por Calzada de la Aurora en dirección a la tienda Vía Orgánica, entonces ubicada en calle Margarito Ledesma número 2, en la colonia Guadalupe. Era el recorrido habitual de la extranjera. Esa última vez que se le vio mientras se dirigía a comprar sus alimentos.

Raúl Escobar, usando el idioma francés para comunicarse, le dijo: “las flores, señora”. Se le plantó de frente, el rostro lo ocultó detrás de un ramo con envoltura de papel; por atrás, un sujeto sorprendió con violencia a Nancy, la inmovilizó, levantó y la metió a la fuerza a una camioneta Van, conducida por un tercer malhechor. Tres meses después, sin una cuota de rescate cubierta y con un dedo menos, la franco americana, de entonces 61 años de edad, recuperó su libertad.

LOS DÍAS EN CAUTIVERIO

A Nancy la llevaron ese día hasta el Fraccionamiento La Vista, al número 22 del Circuito Azucena, a 7 kilómetros de distancia en vehículo, desde el punto del secuestro. Para Nancy identificar el recorrido fue difícil, los secuestradores manejaban rápido, conocían bien la ciudad, el ajetreo de las rocas del pavimento, la sacudían una y otra vez. Hasta que de pronto el pavimento se volvió liso, Nancy supuso que fue trasladada a las orillas de San Miguel, donde ya no había piedras en el piso.

El número 22 se ubica en la esquina de lado izquierdo en la planta baja (Foto: Eugenio Ruíz). 

San Miguel de Allende se caracteriza por las calles empedradas en la totalidad de su mancha urbana, ser Ciudad Patrimonio obliga al pequeño municipio a mantener dichos detalles.

El Fraccionamiento La Vista se encuentra sobre la carretera a Dolores Hidalgo; a 15 minutos de la zona centro, sin tráfico y hasta 30 minutos o más con el tráfico habitual de los fines de semana. Pero a Nancy la raptaron un día entre semana, por la mañana, cuando las vialidades de la ciudad se encuentran libres de turistas y los sanmiguelenses están trabajando.

Durante el trayecto los secuestradores hablaron poco; Nancy solo pudo identificar un acento ajeno al de un mexicano.

A la víctima la bajaron y la metieron rápidamente al pequeño domicilio, en el Fraccionamiento donde las casas más grandes tienen tres habitaciones y las más pequeñas dos, una de esas sería la prisión de Nancy Michel. Las casas son contiguas, una tras otra, pero muchas están deshabitadas.

El domicilio utilizado para el secuestro actualmente no tiene medidor, la reja está cerrada con una cadena y en la ventana hay una hoja pegada (Foto: Eugenio Ruíz).

El Fraccionamiento está alejado del ajetreo de la ciudad y aunque en un inicio los domicilios no sobrepasaban los 700 mil pesos, hoy, una casa pequeña como en la que se protagonizó el secuestro, se vende hasta en un millón 700 mil pesos.

Dentro del domicilio, en la habitación y prisión de la víctima había cuatro bases para colchón de madera, las cuales formaban una jaula, las paredes habían sido tapizadas artesanalmente con cobijas para aislar el sonido y al centro, en el piso, el colchón de la víctima.

“Me dijeron ''este es nuestro negocio, no esperes ninguna piedad ni simpatía. Nos comunicaremos por escrito y habrá un código de luces. Cuando vayamos a entrar prenderemos la luz tres veces, tú te voltearás a la pared para no vernos y te pondrás de rodillas en el colchón. Cuando salgamos volveremos a encender y apagar la luz tres veces para que puedas voltearte de nuevo''. De noche las luces eran bajas, a menos que me torturaran. Ahí estaban encendidas todo el tiempo”, dijo Nancy en su declaración ante un Juez.

Nancy Kendall aseguró que sus captores ponían diferentes volúmenes de música. Hay evidencia de que las paredes tenían vestigios de espuma aislante y en el celular que portaba el Comandante Emilio se logró extraer un audio previo al secuestro de la mujer, en el que una voz masculina sostiene "sí, mañana temprano yo consigo las cobijas ahí para clavarlas".

En un segundo audio, se logra escuchar la respuesta "ok, entonces yo voy a tener las tarimas esas y ocupamos también el tapete que está allá atrás, entonces podemos poner cobijas debajo del tapete y otra cobija encima y ahí hacemos un buen acolchonamiento. ¿Vale?".

Por 78 días, Nancy vio pocas veces a sus secuestradores de frente, únicamente cuando la torturaban, aunque la mayoría de las veces le cubrían la cara, señaló en su testimonio. Los criminales se tapaban el rostro frente a ella, y aun así los pudo identificar en imágenes.

Michel Kendal fue obligada a aparecer desnuda frente a la cámara, en ocasiones también la torturaban para grabarle y enviarle videos a su esposo y así exigirle el pago que empezó con 6 millones de dólares y terminó en un millón de dólares. En su testimonio Nancy los calificó como psicópatas.

"El Tribunal de enjuiciamiento pudo darse cuenta del estado emocional evidentemente alterado de la ofendida, quien lloraba y hacía súplicas; es una clara muestra de que pasaba un dolor moral intenso", dice la sentencia.

LOS CÓMPLICES DEL SECUESTRO

Los vecinos del circuito Azucenas refieren que el comandante Emilio era una visita frecuente al número 22 del fraccionamiento, a pesar de señalar que la vivienda era un regalo para su hijo.

Los distintos testimonios citados identificaron a otros dos plagiarios, uno de tez blanca y otro, moreno, según describen. Y la sentencia contra Escobar Poblete alude a cómplices.

"Para mantener a la ofendida privada de libertad intervinieron al menos dos sujetos, quedando patente el actuar de cada uno de ellos, uno para abordarla al vehículo y el otro conduciendo el mismo, de los cuales se está seguro que ninguno de ellos era el acusado Raúl Escobar Poblete".

De acuerdo al fiscal de Guanajuato, Carlos Zamarripa Aguirre, existen indicios de la participación del excompañero de armas del Comandante Emilio, Ricardo Palma Salamanca, alias El Negro Palma. Al igual que Raúl Escobar, Palma se instaló por años en San Miguel de Allende, y una vez descubierto el Comandante, Ricardo escapó junto a su familia a Francia, donde logró refugio. Pese a esto, el Ministerio Público activó una petición de extradición en su contra. En la sentencia contra Escobar, al menos, hay pocos rastros del Negro Palma en el secuestro de Nancy, aunque sí de su vida literaria: en una de las casas allanadas del Comandante Emilio, se encontró un libro de tapa roja. era Il grande riscatto, la traducción al italiano del texto de Palma Salamanca sobre la fuga de la Cárcel de Alta Seguridad.

EL RESCATE DE NANCY

El esposo de Nancy supo del secuestro el mismo día. “Alain, Nancy está bien, cero policías, es garantía de vida, espera comunicaciones”, decía el mensaje enviado a las 16:52 horas.

Ese mismo día, el auto de Nancy fue localizado estacionado en la Calzada de la Aurora.

Zona en donde secuestraron a Nancy Miguel Kendal, Calzada de la Aurora cruce con La Luz, una avenida transitada en el municipio (Foto: Eugenio Ruíz)..

Al día siguiente el mensaje se completó con un correo: “Nancy está bien, para liberarla necesitamos seis millones de dólares”. Como prueba de vida, decía, “Alain, espero que todavía te guste la casa de los secretos”, nombre con el que la pareja de franco americanos llamaba la casa de playa.

Entre Whatsapp, mail y llamadas telefónicas, los mensajes fueron llegando uno por día, a veces cada dos; cada vez eran más violentos. Amagaron con matarla.

A los 78 días del secuestro, el 30 de mayo de 2017 la desesperación de Escobar Poblete por conseguir el dinero del rescate, y su obsesión por asegurarse de la entrega de un mensaje, derivó en su captura y la liberación de la víctima.

El dedo mutilado de Nancy, enviado en un taxi, fue lo que derivó en la captura inesperada del Comandante Emilio, sin policías ni rescate de por medio.

Ese 30 de mayo, uno de los cómplices de Raúl pagó 500 pesos mexicanos a un taxista por trasladar un pequeño paquete. El taxista tenía que entregarlo en el hotel Nirvana, ahí tenía que identificar a Alain, un hombre alto y de acento francés, le indicaron, estaría en el área del restaurante.

Cuando el taxista emprendió marcha se percató que un hombre lo perseguía a bordo de una camioneta blanca marca Toyota Tacoma. Asustado revisó el paquete con cautela, minutos después estaba en shock. El taxista vio un dedo, que después se supo se trataba del meñique izquierdo de Nancy Michel Kendall. También había cartas de Kendall escritas en francés, donde advertía que a la próxima su cuerpo entero sería cortado, si no pagaba el rescate.

"La persona que estaba en el interior de la camioneta, en el lado del conductor, se quedó viendo el número de patente del taxi, y una vez que lo pasó, avanzó detrás de él, continuando su recorrido, incluso cuando se salió de su ruta por temor".

El taxista de apellido Aguilar, asustado, cambió el destino de Nancy y Raúl. Se detuvo en la gasolinera ubicada en la esquina de la Calzada de La Estación con libramiento José Manuel Zavala; aún estaba a poco más de 20 minutos de su destino, el hotel Nirvana.

Minutos antes de parar en la gasolinera, el taxista, sin llevar su teléfono a su oído, marcó al 911, puso el altavoz para denunciar lo sucedido; la policía lo orientó y le pidió hacer una pausa prolongada en la gasolinera. Así lo hizo.

Raúl se detuvo en otra bomba, pidió gasolina y a los pocos minutos lo tenían preso recargado contra la camioneta en la que se localizaron más cartas de la franco americana secuestrada.

El taxista no descendió de su unidad. Entregó el paquete y sus datos a la policía. Posteriormente participó activamente en el juicio contra el chileno secuestrador.

En el Tribunal, cuando Aguilar rendía su testimonio explicando que se estacionó en la bomba número uno de la gasolinera, Raúl, quien lo acusó de complot, intervino gritando: ¡Mentira!, yo me estaciono en la bomba número uno, echo gasolina, hago todo lo necesario y me voy y soy detenido.

Pero la sentencia señala que no hubo pruebas suficientes para validar el supuesto complot del taxista.

“No se puede encontrar alguna explicación a ese complot que dice el acusado fraguaron en su contra, basado en su pasado, pues este no se conoció al momento de su detención, porque hasta ese momento se ostentó como Ramón Alberto Guerra Valencia, de nacionalidad mexicana (...) El acusado miente"

Apenas en 2020, el taxista recibió por parte del Ayuntamiento sanmiguelense un auto nuevo, por su oportuna y valiente participación.

Minutos después de la detención de Raúl Escobar, en el domicilio número 22 del Fraccionamiento La Vista, donde Nancy seguía secuestrada, se enteraban de lo que acababa de pasar en la gasolinera.

El expediente señala que Nancy Michel Kendall empezó a escuchar mucho ruido en la casa. Escuchó como si se llevaran muebles, envases de refrescos y voces de gente molesta gritándose, como reclamándose. Escuchó que decían: "¡Detuvieron a Ramón!". Ramón fue el nombre con el Comandante Emilio se presentaba con la sociedad sanmiguelense.

Quince minutos después, Nancy volvía a ver la luz del sol.

El Comandante Emilio, llamado Raúl Escobar Poblete, fue sentenciado como el autor material e intelectual del secuestro. Fue condenado a 60 años de prisión en el Penal de Máxima Seguridad de Ocampo, Guanajuato.

EL DELICTIVO PASADO DEL COMANDANTE EMILIO

Raúl Julio Escobar Poblete nació en Chile el 17 de octubre de 1963. Su historia de violencia comenzó en 1987. Ese año ingresó en el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR). Su infancia estuvo marcada por la desaparición de varios familiares durante la dictadura del general Augusto Pinochet.

La muerte de su tía Elizabeth Escobar en el marco de la “Operación Albania” desató su carrera al margen de la ley. En ese momento dejó de ser el ciudadano Raúl para convertirse en el Comandante Emilio.

Tras una primera detención, Emilio endurece sus métodos y forma pareja con El Negro Salamanca, con el que inició una activa vida guerrillera que alcanzó la luz pública con el asesinato de un coronel de Carabineros en 1990. Su nombre empezaba a sonar. Y un año después, salta “a la fama” tras el asesinato del senador Jaime Guzmán, considerado uno de los ideólogos del dictador Pinochet.

Convertido ya en un guerrillero famoso, en 1993, protagonizó un rescate de película. El 30 de diciembre de 1996, aprovechando la cercanía de Fin de Año, descendió con un helicóptero en la Cárcel de Alta Seguridad. En una canasta blindada, con la que lograr evitar los disparos de los guardias, logra rescatar a cuatro compañeros del Frente.

Ricardo Palma Salamanca, Pablo Muñoz Hoffmann, Mauricio Hernández y Patricio Ortiz Montenegro son rescatados. Mientras el aparato levantaba, el vuelo acribilla con una ametralladora a los guardias del penal. Una operación conocida en Chile como el “Gran Rescate” que supone la hazaña final de su carrera como guerrillero.

Por años se le perdió el rastro hasta llegar a México. Operó con su banda de secuestradores durante una década en la turística ciudad de San Miguel de Allende. Fue en el territorio mexicano donde se convirtió en un violento secuestrador y torturados de víctimas inocentes.

Fue en México donde no pudo librar la cárcel. Hoy, tras su captura, está sentenciado a 60 años de prisión.

sp