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'Muñe': la perrita que "renació" y se convirtió en planta

En León la incineración de perros tiene la intención de cerrar ciclos y ser amigable con el medio ambiente. Este proceso oscila entre los 2 mil y 3 mil pesos

Escrito en GUANAJUATO el

León-. El proceso de la muerte de ‘Muñe’ es similar al de cualquier persona. Eros, su dueña, dice que en la empresa en la que la cremaron por 2 mil pesos también le entregaron una hoja parecida a un acta de defunción y una carta con sus huellas y unos mechones de cabello.

En el mueble de televisión recuerdan a la perrita, ahí está, en la sala, en una pequeña maceta donde guardan sus cenizas. De ella salen hojas verdes. Falleció en septiembre, pero renació para darle vida al hogar de sus amos. 

Con 12 años de vida canina -equivalentes a más de 60 años humanos- ‘Muñe’ llegó a la casa de Eros para darle alegría  cuando ella tenía 13 años “estaba en secundaria”, dice. Movía la cola cada que ella y su familia llegaban, era una perrita hogareña a la “que le daba miedo la calle”.

En León, pocas personas deciden cremar a sus mascotas, platica Ana Horta, veterinaria y tanatóloga que trabaja en la cremación de mascotas Horta. El dinero, es uno de los inconvenientes, platica.

“El mexicano no está muy relacionado con esta actividad como en otros países. Los prefieren enterrar, son las circunstancias, la economía”.

  

En México la cremación de mascotas tiene 20 años, la empresa Horta lleva 14 años en León. A pesar de que este servicio no es muy común, dice que hay quienes están “tomando conciencia” e incineran a sus mascotas para ayudar al medio ambiente. “El servicio se requería, para evitar la contaminación más que nada”.

Afirman que ella y la compañía tienen la finalidad de dar un trato digno a las mascotas.  “No nos consideramos comerciales. Es por dar el servicio y dar una atención”.

Otra de las razones que Horta considera importante es el cierre de ciclos.

En septiembre el ladrido de ''Muñe'' se dejó de escuchar en la colonia Buenos Aires. Falleció luego de que su intestino se inflamó, dejó de comer y tampoco aceptó el medicamento. Eros relata como es despedir a “un miembro más de la familia”.

“Por ejemplo, todavía cuando se nos cae un pedacito de comida y esperamos a que ella llegue a agarrarlo. Es muy triste ya no ver sus pelitos en la sala, en el pasillo”.

Luego menciona que decidieron calcinarla para que ‘Muñe’ sea recordada como “otro ser vivo”.

“Ella está en un macetita, está incinerada, sus cenizas están abajito. Se me hace algo muy bonito para no olvidarla. De mis anteriores perritos, pues no sabía donde estaban. ‘Muñeca’ se merece, y todos los perritos, se merecen esto”.

 

En noviembre, mes de la muerte, los artistas urbanos dedicaron un mural del Panteón San Nicolás para recordar a los ‘lomitos’ caídos. Por “Firulais”, “Solovino”, y todos los que se adelantaron. Eros describe cómo se siente tener un perro de compañía.

“Te demuestran el amor que tienen, incondicional (…) Yo siento que los perritos nos ven cómo héroes, no sé (sonríe la entrevistada) porque te aman. Porque te vas un minuto a la tienda y te hacen fiesta”.

“No sentimos que se haya ido”, afirma Eros Delgado, quien tiene 25 años y pasó 12 años a lado de su perra. “Muñeca’ tuvo la dicha de caer en buenas manos”. 

La cremación de mascotas es prácticamente nueva en la ciudad. Ana, como veterinaria, recomienda esparcir las cenizas en un terreno amplio o en un área abierta. Asegura que al guardarlas en una maceta o en un espacio pequeño se endurecen.

Ella es Sabina, otra perra que sus amos incineraron tras morir en León

En Horta no permiten que los clientes vean el proceso de incineración. “No recomiendo que estén en el acto presencial, de hecho por seguridad no se permite”. En contraste, Erika, trabajadora de Huellas en el Paraíso afirma que los clientes pueden ver el paso a paso de la inhumación en su empresa.

¿Tú, cremarías a tu perrito?