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La Navidad de un indigente

En León 73 indigentes pasarán las fiestas decembrinas con una cobija sobre el suelo o en una banca. Entre un ir y venir de gente haciendo compras

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Escrito en GUANAJUATO el

León-. A unas horas de la Navidad hay dos adultos mayores pidiendo dinero en la esquina de la Catedral. Uno de ellos sostiene un bastón y tiene un sombrero para cubrirse del sol. -“Una monedita por favor”, dice. El que está a un lado de él también pide dinero. Y a unos metros más delante está “El Mochilas”. Las fechas decembrinas para un indigente parecen ser igual que cualquier día.

A “El Mochilas” le da igual si será Navidad o Año Nuevo. La única diferencia que hay en él es un nuevo look: cabello recortado y a punto de pintarse de blanco por las canas. Usa unas sandalias tipo crocs, dejó las botas. 

Le preguntamos su nombre y no contesta, sólo se queda mirando. Tampoco dice nada cuando se le habla de la Navidad, voltea sus ojos pero intenta sonreír. Se sorprende cuando le damos los “buenos días” y se deja fotografiar.

Sobre la calle Álvaro Obregón, frente al Instituto Cultural de León, el indigente resguarda unas cinco mochilas y bolsas, sólo él sabe lo que carga. Viste un pants color rojo, una camisa de manga larga y un chaleco. 

Como él, hay 73 personas en situación de calle en León, según los datos recientes del Sistema del Desarrollo Integral de las Familias (DIF). El área de comunicación de la dependencia informó que la mayoría son originarios de este municipio, el resto de otros estados y ciudades como Jalisco, Michoacán, Aguascalientes, Nuevo León, Chiapas y Ciudad de México.

“El Mochilas” ve a la multitud pasar. Familias completas con bolsas repletas de estrenos para Navidad y regalos de intercambio. Parejas enamoradas que gastan su aguinaldo en un gusto o en una comida. Incluso ve pasar a otros indigentes, que también circulan por el centro con la esperanza de llevarse unas monedas a la bolsa.

A unos metros de donde él está, sobre la misma calle Obregón, en la esquina de la Catedral, hay dos indigentes más. Dos adultos mayores que estiran la mano para pedir dinero. Usan ropa limpia pero descuidada, un bulto de camisas para cubrir el frío y una delgada chamarra.

Frente al sol de las 10:00 de la mañana, esperan su “aguinaldo”.

Los indigentes en León seguramente pasarán la noche en el suelo, con una cobija, si es que la tienen. Debajo del puente del Malecón del Río o en las jardineras de la Plaza Principal. 

Otro hombre que está también en el perímetro de la Catedral, en la Plaza de los Mártires, se sienta sobre una banca. Junto a él hay una cobija y un letrero en el que pide le regalen una moneda.

Con el cabello despeinado y la ropa y zapatos en mal estado, el hombre ve a la gente pasar. Atrás, un policía se pasea en un patín eléctrico.

Sobre la calle Hermanos Aldama, antes de cruzar el bulevar López Mateos, afuera de una tienda Oxxo, está otro indigente de cabello largo y chino. Un joven de complexión robusta que hace sonidos particulares con la boca cuando mira a las personas, especialmente a las mujeres. 

El joven parece estar “cuerdo”. Minutos antes de las 9:00 de la mañana se cruza el semáforo de López Mateos y Hermanos Aldama y pide dinero: “Me regala una moneda por favor”, dice con una voz jovial.

Otro indigente que comúnmente recorre las calles del centro, esta vez hace fila en una fonda de comida en el bulevar Saturno, esquina con Francisco Villa. Como si fuera comprar, el hombre de los ojos amielados espera su turno, pero es para pedir “un taco”. 

Su aspecto es aún más descuidado que cuando rondaba el centro, su cabello es más largo y su apariencia hace pensar que vive peor. En la primera quincena de diciembre, su situación sigue siendo como un día cualquiera. En un especial de LSR Guanajuato se recogieron los testimonios de personas que conocieron su pasado.

La zona centro es uno de los lugares donde más se concentran los indigentes, además de la calle Madero, el Malecón del Río, la Central Camionera y las zonas de mercados, de acuerdo con el DIF. 

El promedio de personas contabilizadas como indigentes es de 70 a 80 por año. El DIF señala que algunos van de paso, por eso el número puede variar cada año, actualmente tienen identificadas a 73. 

El 90 por ciento de los  indigentes reconocieron que sí tienen un domicilio pero atraviesan por alguna adicción, entre ellas el alcohol, los solventes, marihuana y metanfetaminas. Situación que genera una ruptura en el tejido familiar y social que conlleva a permanecer en la calle y sentirse rechazados, informa el DIF. 

CM