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La lucha de El Zapotillo: 34 años de conflictos para traer agua a León

Han pasado 6 presidentes de México y 8 gobernadores, y no pueden traer a León el agua prometida de El Zapotillo

Escrito en GUANAJUATO el

León, Gto.- Los primeros acuerdos son de 1987. El presidente de México era Miguel de la Madrid Hurtado y se publicaron los acuerdos para garantizar el agua de Río Verde, Jalisco, para la ciudad de León porque se veía ya un riesgo de sequía a futuro. Treinta y cuatro años después, no hay una sola gota de agua para León.

La historia para traer agua de El Zapotillo es larga y enredada. Primero no había dinero para construir la cortina de concreto de la presa. Después no había voluntad política para sacar los acuerdos y construir la presa de 105 metros de altura.

El proyecto consiste en construir una presa en Cañada de Obregón, Jalisco, localizada a 140 kilómetros de distancia de León, y traer el agua a través de un tubo de 2.5 metros.

El plan lo diseñó la Comisión Nacional del Agua (Conagua) como única alternativa para abastecer del líquido a León, a 14 municipios de Los Altos de Jalisco y al sur de Guadalajara. A la fecha, la construcción de la presa ha dejado múltiples conflictos financieros, legales, sociales y políticos tanto en Guanajuato, como en Jalisco. La presa no se ha podido terminar. 

Así pasaron 6 presidentes de México: Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, y no está concluida la presa. No hay dinero. Y así pasaron 8 gobernadores que han exigido los recursos y nunca llegan: Rafael Corrales Ayala, Carlos Medina Plascencia, Vicente Fox, Ramón Martín Huerta, Juan Carlos Romero Hicks, Juan Manuel Oliva, Miguel Márquez y Diego Sinhue Rodríguez, y no hay dinero, y no hay presa.

El trámite para construir la presa lleva 34 años, y ahora viene el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador a decir que León está descartado. El actual Gobierno Federal no ha otorgado recursos para El Zapotillo, pero sí ya dejó claro que León no recibirá agua.

Aquí presentamos la historia del conflicto. Durante 34 años, El Zapotillo ha tenido que sortear múltiples complicaciones.

PRIMER PROBLEMA: HAY QUE TRAER AGUA DE JALISCO 

Desde los años ochenta, los expertos advirtieron en León que los mantos acuíferos estaban casi agotados. Cada año el acuífero sufría un abatimiento de 1.5 y hasta 2 metros, lo que no tardaría en representar un problema grave para la ciudad. A la fecha se extrae agua a más de 350 metros de profundidad y hay un “estrés hídrico preocupante”.

En la región existe una veda desde 1948 para no aprovechar el agua del acuífero del Valle de León por cuestiones técnicas y para evitar complicaciones.

De tal forma que en 1987 se dio un decreto presidencial en el que se estableció la necesidad de traer agua de Jalisco para el municipio de León y los Altos de Jalisco. El plan era construir una presa en Río Verde, Jalisco, para contener el agua de lluvia y después enviarla mediante un acueducto a estas regiones del centro del país.

En 1995 se dio un decreto presidencial -con resolución emitida en el 2015-, a favor del Estado de Guanajuato para garantizar que León reciba 119 mil millones 837 mil metros cúbicos anuales de agua a través de una presa construida en Jalisco.

Aunque una de las mayores complicaciones era conseguir los recursos para la presa.

SEGUNDO PROBLEMA: CONSTRUIR UNA CORTINA DE 105 METROS 

El costo de la presa de El Zapotillo estaba estimado en 8 mil millones de pesos en el arranque de la obra en el año 2010 durante el gobierno de Felipe Calderón. Sin embargo, la primera etapa de la presa costó 10 mil millones de pesos y fue la obra hidráulica más importante del sexenio de Felipe Calderón.

La presa tiene una longitud de 72 kilómetros y cuenta con una capacidad de 410 millones de metros cúbicos de agua. La cortina original era de 105 metros de altura. La presa está ubicada entre las comunidades de El Zapotillo y Cañadas de Obregón, Jalisco, a 17 kilómetros de la cabecera municipal de Yahualica.

La obra dotaría de agua a 2.3 millones de personas de Jalisco y Guanajuato. El proyecto original establecía que la obra terminaría a finales del 2012 para llenarla en el 2013 y, si las lluvias eran buenas, comenzar a verter agua en el 2014.

En la inversión inicial el Gobierno Federal aportó 4 mil 327 millones de pesos, el Gobierno de Guanajuato dio 190 millones de pesos y Jalisco colaboró con otros 174 millones de pesos. El resto de la obra, el acueducto, se haría con un financiamiento de 5 mil 359 millones de pesos, de los cuales el Fondo Nacional de Infraestructura aportaría el 49 por ciento, y el resto lo pondría una empresa privada que ganara la licitación.

Todo estaba muy bien en el papel, hasta que llegaron los conflictos sociales.

TERCER PROBLEMA: INUNDAR 3 PUEBLOS Y PAGAR AFECTACIONES 

La obra de El Zapotillo comenzó a tener conflictos sociales cuando se dio a conocer que tenían que inundar 4 mil 200 hectáreas en Jalisco, en donde había tres pueblos: Temacapulín, Acasico y Palmarejo. Esa circunstancia desataría un conflicto social en el Estado de Jalisco. Los habitantes de estos pueblos empezaron a expresar su inconformidad por la inundación de los pueblos.

El Gobierno Federal intentó convencer a los habitantes de Temacapulín de que era necesario inundar los pueblos y de hecho ofreció pagarles los costos de sus viviendas para construir nuevos pueblos en terrenos cercanos. La mayoría de los habitantes de ambos pueblos firmaron los acuerdos para abandonar sus viviendas y permitir la inundación de los pueblos, pero el tema comenzó a politizarse.

De pronto comenzaron a llegar organizaciones de izquierda para realizar manifestaciones y plantones en contra de la presa de El Zapotillo, como los Macheteros de Atenco y militantes de Morena. De hecho, Andrés Manuel López Obrador hizo varias visitas a Temacapulín para expresar su apoyo a los manifestantes varios años antes de ser Presidente de México.

CUARTO PROBLEMA: SE POLITIZA EL TEMA DE LA PRESA 

Los conflictos sociales en El Zapotillo fueron en aumento con activistas en Temacapulín y en todo el país, mediante juicios nacionales e internacionales. Incluso las principales universidades de México, como la UIA y la UNAM, organizaban foros a favor de los pueblos que defendían sus derechos a no ser inundados.

La presa de El Zapotillo se convirtió en una bandera política. Al mismo tiempo, el proyecto de El Zapotillo comenzó a tener problemas legales porque la empresa española Avengoa que ganó la licitación para construir el acueducto no pudo cumplir con los tiempos y abandonó las obras. La empresa Avengoa se fue a juicios legales para hacer cumplir el contrato y para no soltar la concesión ganada por la vía legal.

La presa de El Zapotillo entró en un atorón legal y financiero de grandes proporciones.

De hecho algunos tubos del acueducto quedaron abandonados en la carretera ante el incumplimiento de los tiempos por parte de Avengoa. Los juicios siguen en los tribunales y a la fecha no es posible re-iniciar con las obras de tubería. El acueducto mide 140 kilómetros desde El Zapotillo hasta la ciudad de León.

QUINTO PROBLEMA: EL GOBIERNO FEDERAL NO ASIGNA DINERO 

En los últimos 6 años, la mayor complicación fue la falta de dinero. El gobierno de Enrique Peña Nieto otorgó muy pocos recursos para El Zapotillo y la obra prácticamente fue abandonada. No hay avances desde el 2017, y los trabajos están casi parados.

A la llegada de Andrés Manuel López Obrador el problema se hizo más grande. El gobierno de la Cuarta Transformación tampoco ha otorgado recursos para concluir la presa El Zapotillo y no hay voluntad política para seguir con el proyecto. De hecho el ex secretario de Medio Ambiente de la 4T, Víctor Manuel Toledo, propuso en agosto del 2019 derrumbar la cortina de la presa de El Zapotillo que costó 10 mil millones de pesos.

“El acto irracional que yo pudiera registrar es que este pueblo desapareciera”, dijo Víctor Manuel Toledo cuando visitó el pueblo de Temacapulín, en Jalisco.

ÚLTIMO PROBLEMA: AMLO QUITA AGUA A LEÓN 

Por si todo lo anterior no fuera suficiente, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, agregó un nuevo elemento al conflicto del agua entre Guanajuato y Jalisco. En su visita a Temacapulín el fin de semana pasado, Andrés Manuel López Obrador afirmó que la cortina de la presa no debe ser de 105 metros sino de 80 metros, con la decisión de que León no reciba agua de El Zapotillo.

La declaración de Andrés Manuel López Obrador -que todavía no es una decisión técnica de Conagua-, dejaría sin líquido a la ciudad de León, rompiendo con los acuerdos de 1987 y 1995, y dejando sin efecto las negociaciones que se mantienen entre el Gobierno de Guanajuato y el Gobierno de Jalisco desde hace 20 años.

La decisión del Presidente de México sacude a León y a Guanajuato. Los expertos afirman que León tiene agua garantizada para los próximos 13 años.

De no construir el acueducto de El Zapotillo y no respetar los acuerdos, los habitantes de León tendrían graves problemas para tener agua en sus casas para el 2035.


KD