Guanajuato.- A lo lejos se alcanza a ver una extraña figura, es una montaña pero parece que está a la mitad, como cortada, como si le faltara una parte. La asombrosa obra de la naturaleza es el Cerro de la Mesa.
Algunos le llaman La Mesa Redonda, otros la conocen como Mesa del Llano pero ambos son apodos que con cariño le pusieron los habitantes de las localidades aledañas que rodean el cerro y que desde ahí se puede ver la impresionante figura.
El Cerro de la Mesa se encuentra ubicado exactamente en el municipio de Lagos de Moreno Jalisco, pero el enorme monolito se alcanza a ver desde algunos lugares de Guanajuato.
Esta forma en los promontorios es definida como meseta, la del Cerro de la Mesa midé 38.7 hectáreas. Su historia se remonta a hace 66 millones de años atrás. El surgimiento de esta gran roca ocurrió en la era Terciaria, cuando terminó la era glacial y las primeras civilizaciones humanas aparecieron en la tierra.
Mientras la montaña se quedaba ahí, inerte, viendo la historia de la tierra pasar, millones de situaciones ocurrieron a su alrededor, ahora estos eventos se convirtieron el leyendas y mitos que no solo convierten al cerro en una figura extraña, sino misteriosa.
Este es el camino que recorren algunos senderistas hacia el cerro
Un tesoro escondido por en una cueva secreta
Hace muchos años, allá por 1926 comenzó un movimiento histórico en el país conocido como la Guerra Cristera. El conflicto se dio por muchos factores, pero el principal fue la política laica de Plutarco Elías Calles que buscaba limitar la práctica del catolicismo, ante esto se formó el Ejercito Cristero como grupo opositor.
Como en muchas guerras, la única manera de financiar su movimiento en contra la Ley Calles era obteniendo dinero de manera ilícita. Los cristeros iba en de pueblo en pueblo saqueando negocios mientras eran perseguidos por su fe.
La leyenda del Cerro de la Mesa cuenta que algunos cristeros estaban en busca de un lugar para resguardar su oro cuando dieron con el cerro. Cargados de dinero encontraron ahí cueva suficientemente grande donde cabían todas sus riquezas. Depositaron los valores ahí, tomaron sus caballos y siguieron su camino a la guerra, pero jamás regresaron. Sobre si dejaron dinero o no, es un mito, pero lo que es cierto es que los cristeros pasaron por ahí.
Desde la cima se ven las nubes (Foto: Rudy Prieto
Este hecho enorgullece a los devotos de los mártires cristeros que con frecuencia visitan la montaña para recordar la guerra y su lucha, ellos junto con los peregrinos sanjuaneros son los principales grupos que suben la montaña y que, sin quererlo, a su paso la dañan.
El Cerro de la Mesa se deteriora con el tiempo
Tantos años han pasado y tantas formas de practicar algunos ritos surgieron con el tiempo, entre ellas está el de subir el Cerro de la Mesa, punto de referencia para los creyentes de la Virgen de San Juan de los Lagos.
Cientos de miles de peregrinos caminan cada año hacia San Juan buscando una bendición de su patrona, pero antes de llegar hay una parada obligada, la Mesa Redonda.
Cansados, ampollados y con malestares suben cargados de cruces hasta la cima de la montaña. El recorrido es de 4.7 kilómetros de ida y vuelta de acuerdo el sitio web de senderismo All Trails y está calificado con una dificultad media, casi al final los espera una pendiente inclinada y una vez arriba se liberan de la carga clavando en el suelo las cruces y abandonándolas ahí.
Sanjuaneros escalando el cerro. (Foto: captura de pantalla MegaPromoTV)
Además del daño al suelo por las cruces, a su paso, tanto ellos como los devotos cristeros, destruyen la vegetación y obligan a los animales (algunos endémicos) a huir. El daño ha sido tal que estudiantes de la Universidad de Guadalajara y demás ecologistas acuden con frecuencia para ver qué pueden rescatar y como pueden subsanar el daño.
“Después la ceremonia que los peregrinos efectúan al pasar por el cerro hacia San Juan de los Lagos, (los desechos) permanecen en la base del cerro, o van siendo dispersados por el viento, desechos de todo tipo: orgánicos, inorgánicos, sanitarios. La acumulación de estos desechos propicia la contaminación tanto del suelo como del aire; conforme el sol y el agua van descomponiendo los residuos, sus componentes se adhieren o se filtran y alteran el ecosistema. Esto se vuelve más preocupante en cuanto a que afecta la sobrevivencia de dos especies de mamilarias endémicas, y también dado que animales, como pájaros y vacas, confunden los residuos con alimento y mueren por consumir materiales inapropiados”, relata Marina Ortiz para el diario del Centro Universitario de los Lagos.
Sanjuaneros se instalan en el cerro (Foto: captura de pantalla MegaPromoTV)
El Cerro de la Mesa es un lugar emblemático, místico y asombroso para muchos. Aunque pertenece al territorio de Jalisco, los guanajuatenses que ven la extraña figura del cerro de la mesa desde sus carreteras y campos, no dejan de enorgullecerse de él.
PR