León.- Allá por los setentas, cuando Don Vicente Fernández buscaba el mejor mariachi que lo acompañara en sus presentaciones, encontró en la entonces pequeña ciudad de León dos agrupaciones que los deslumbraron terminó escogiendo como compañía: el mariachi Juvenil 2000 y Chapala.
Miguel Luna es representante e integrante de la nueva generación del Mariachi Chapala, una agrupación que tiene más de 40 años de haberse formado. Los distintos músicos que han pasado por ella han colaborado con diversos artistas y tocado para celebridades de todo tipo, algunos hasta deportistas como los futbolistas del Club León.
“Fue como por ‘Volver, volver’”, recuerda Miguel; su papá con quien comparte nombre, fue integrante del Mariachi Chapala y tocó a lado de Don Chente por muchos años. Según le ha platicado, todo comenzó en la época en la que el álbum “Volver, volver” estaba siendo lanzado.
Miguel padre, formaba parte del Mariachi Chapala que, junto con el Mariachi Juvenil 2000, estuvo con Vicente Fernández desde el despegue de su carrera. El joven mariachi recuerda algunas historias y anécdotas que le contaba su papá, entre las cuales está la de la vez que el Charro de Huentitán escogió de entre todas las agrupaciones musicales de León, la Juvenil 2000 y Chapala.
De acuerdo al señor Miguel padre, Vicente Fernández visitó León y tocó con distintos mariachis. Todos competían para impresionar al músico, pero solo dos terminaron siendo sus favoritas. Al final, Juvenil 2000 se fue con Alejandro Fernández, y Don Vicente seleccionó como su acompañamiento a Chapala.
“Le gustó por su estilo, no le hacían arreglos a sus canciones como otros mariachis. Chapala respetaba la música del artista”, comenta Miguel.
A pesar de los años transcurridos, aún se habla entre los mariachis Chapala de las distintas anécdotas que se tienen de la convivencia entre los músicos leoneses y don Chente. Su papá, vocalista y guitarrista, le contaba que eran tan cercanos y lo conocían tan bien que con simples señas sabían qué canción era la que debían tocar.
“Se sentaba en los palenques y si se tocaba el botín significaba que quería que tocaran ‘Las Botas del Charro’”.
Los años han pasado, más de 40 ya, la mayoría de los músicos que estuvieron a lado de Vicente ya se retiraron, pero su memoría se sigue transmitiendo de generación en generación sus recuerdos con el Charro de Huentitán